Marionetas de la Esquina lleva la magia de El Circo al Helénico

Por: Josué Romero — 28 de noviembre, 2009

“Entre las marionetas y quienes las hacen cobrar vida se tejen numerosas metáforas acerca de la vida y la conciencia”, Lucio Espíndola.

Cuando el Circo llega, las ciudades se transforman, por lo menos eso es lo que se decía en el pasado. Por eso hoy y en homenaje a la primera Compañía de Títeres en el México, la Familia Rosete Aranda, cuando el Circo llega, al Centro Cultural Helénico se transforma.

Y cómo no se va a transformar este foro sí la magia de los títeres de la Compañía Marionetas de la Esquina nos presenta El Circo, un espectáculo único, maravilloso, lleno de magia y color para todos nuestros sentidos, en homenaje a este tradicional grupo originario de Tlaxcala.

El Circo, dirigida por Lourdes Pérez Gay cuenta con un elenco de actores-titiriteros integrado por Ulises Mendoza, José Luis Juárez, Paola Huitrón, Osvaldo Valdovinos, Priscila Morales, Laura Hernández, Bertha Vega, Ixchel Sánchez y el propio Lucio Espíndola, fundador de Marionetas de la Esquina.

“Se trata de una de las primeras obras que fue montada por nuestra compañía, desde su fundación en Argentina en 1974. Realmente nos emociona traerla nuevamente para el público porque es uno de los montajes de más exigencia técnica de nuestro repertorio”, Lourdes Pérez Gay.

En esta representación, una marioneta-payaso, llamado Mondolirón Jiménez, se encuentra con Néstor Medina Santander, un personaje que deriva de las marionetas de Aranda. Ajenos en el tiempo, la personalidad y el estilo de actuar, estos dos protagonistas comparten un circo.

Y que padre, porque imagínate, para empezar, el desfile de la banda de música. ¿¡Ya!?… Pues bueno, después del desfile, empieza la verdadera magia: porque entonces conocerás a Pepe y a Pepe ¿qué quiénes son?, pues son… mejor no te digo y ven a descubrir que también hay un equilibrista acompañado de su traviesa silla, un alambrista que desciende del techo, un domador con su león —que es más travieso que feroz—, una trapecista, cuatro focas y lo que nunca falta en el circo, los payasos.

Esta puesta en escena —única en su género— no sólo es un homenaje a la Compañía Rosette Aranda y a sus viajes que realizó por toda la República a través de las caravanas de carretoneros en donde llevaban y brindaban su espectáculo por los pueblos que pasaban.

También es una propuesta que cuestiona sobre el papel de los títeres y de los titiriteros, porque El Circo es una obra para exhibir la destreza de las marionetas, y es que cuando hay niños de por medio —sin importar que estén pegados a la televisión o a los videojuegos— el títere (o la marioneta) sigue siendo el referente de las emociones, pues es fascinante para el niño y el adulto. Los muñecos son, pues, animadores por excelencia.

Y es que cualquier lugar es bueno —pero es mejor el Centro Cultural Helénico, todos los domingos hasta el 6 de diciembre a las 13:00 horas— para acoger el estallido de música, color, vistosidad y alegría que surge cuando, en esta ocasión, El Circo de Marionetas de la Esquina, que al cumplir 35 años de existencia, alza la carpa con este estreno.

Porque bajo el arco iris de su techo suceden y se alternan alegres ocurrencias, sorprendentes destrezas y tiernas emociones, que agitan el corazón del viejo arte de la maroma y el malabar.