
Por: Amanda GarcÃa L. — 11 de junio, 2019
Cisnes desplumados, princesas rebeldes y parejas disfuncionales dispararon risas en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris… Les Ballets Trockadero de Monte Carlo, un ballet en tres actos que rompe con los convencionalismos de la técnica de danza clásica mediante un discurso con toques de testosterona y buen humor.
En el marco del ciclo Entre lenchas, vestidas y musculocas, la compañÃa fundada en 1974, visitó por tercera vez la Ciudad de México para reflexionar acerca de los estereotipos, la segmentación y discriminación que permea dentro y fuera del ámbito artÃstico.
Una presentación estelar de Trockadero, ante el público presente en el Teatro de la Ciudad, el pasado jueves 6 y viernes 7 de junio, que en su inusitada visión dibujó pasajes de El Lago de los Cisnes, Paso a dos y Raymonda, tres obras que encuentran la perfección en las erratas vividas durante la ejecución de la técnica dancÃstica.
AsÃ, entre tutus, zapatillas de punta de talla grande, capas de maquillaje que difuminan la sexualidad de los bailarines en escena y una gran simpatÃa, los espectadores gozaron la caracterización que esconde este ensamble drag (artistas masculinos que actúan con vestimenta y maquillaje propio de mujeres), que ha alcanzado un muy significativo estatus en los escenarios más importantes del mundo.
Una función más de las tantas que han ofrecido con gran éxito en su larga trayectoria los Trockaderos en estas más de cuatro décadas de trayectoria que con su talento y carisma han logrado conquistar a muchos. En este sentido, el trabajo Tory Dobrin, como director del ensamble, los bailarines y sus espectáculos han ganado a cientos, a miles y a un tanto más de seguidores que los han visto y aplaudido en las representaciones de los ballets más clásicos, sin embargo, más allá de esto, con su arte han sensibilizado y abrieron brecha para la causa en favor de la diversidad desde su primera aparición en escena.
Las revueltas encabezadas por la comunidad LGBT a mitades del siglo XX en Stonewall, Nueva York, recurrieron al arte y a las manifestaciones culturales como sÃmbolo de lucha y liberación de manera pacÃfica. Y los Trocks, nombre coloquial de la agrupación, no escapan a esta libertad que encuentran en la danza, como un lenguaje universal para comunicar un mensaje de inclusión, respeto y tolerancia en las sociedades de todos los continentes.
El trastabilleo de los tobillos al elevarse en la punta de los dedos; la debilidad de los muslos al intentar encontrar el balance en un solo pie, y la fuerza incontrolable del hombre camuflada al extender los brazos al vuelo, son un hilo de paradojas acompañadas de una gestualidad exagerada que rompen con los moldes universales del ballet.
Es asà como se manifiesta en escena el espÃritu humano de la danza, no sólo con el propósito de acercar a públicos de toda Ãndole a su práctica y apreciación, es romper con la brecha que divide a los bailarines experimentados dentro de su quehacer.
La propuesta escénica de Les Ballets Trockadero de Monte Carlo, es una celebración a la comunidad gay, a la diversidad y a la tolerancia… Es la oportunidad para reÃr de los errores y aceptar que la sutileza no tiene contrato de exclusividad con el género femenino porque la unificación es el aniquilamiento de la expresividad de los cuerpos.
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