
Por: Claudia Magun — 14 de junio, 2018
“Ella es como un Sol que no puede sino producir calidez y dicha cuando sube al escenario…” (Revista BBC Music)
La bien llamada voz del “tono puro que aporta expresión espiritual inolvidable”, Julia Lezhneva llegó el pasado sábado 9 de junio por primera vez al Palacio de Bellas Artes con el compromiso de conquistar al público presente en este escenario. Esta única presentación se debió a la invitación que le hizo el INBA para sustituir a la cantante Magdalena Kožená, quien por motivos personales canceló su participación en esta gala donde compartirÃa el escenario con la orquesta de cámara Les violons du roy.
Un hecho que no agradó a muchos de aquellos que esperaban a la Kožená y decepcionados cancelaron los boletos para esta función en Bellas Artes. Sin embargo, después de la interpretación de la Obertura de Giulio Cesare in Egitto por parte del ensamble canadiense dirigido por su fundador, Bernard Labadie, el escenario se iluminó con la presencia de Julia Lezhneva, poseedora de una voz que el New York Times describe como “belleza angelical”
Da tempeste il legno infranto, una primera actuación que sobrecogió a los asistentes al descubrir la calidez de su lÃrica y la proyección escénica que se descubre en su interpretación. El resultado fue una espléndida evocación de esta talentosa cantante que en este fragmento nos recordó la grandeza de la música de Georg Friedrich Händel.
Para aquellos que ya conocÃan la calidad artÃstica de Julia Lezhneva, esta intervención confirmó el por qué la admiración que profesa esta talentosa artista –nacida de 1989 en la Isla Sakhalin– que comenzó a tocar el piano y a cantar cuando tenÃa cinco años y hoy es considerada como una de las principales intérpretes de su generación.
Después vino el Concerto grosso en re mayor, op. 6 No. 5, a cargo de Les Violons du Roy, el cual sirvió de preámbulo a la segunda actuación de la Lezhneva con la Brilla nell’alma de la ópera Alessandro, la cual representó el gran cierre para la primera parte del concierto y la total entrega del público que le reconoció su talento con un aplauso total.
La segunda parte inició con el Concerto grosso en si bemol mayor op. 6 No. 7 y la Obertura de la ópera Agrippina, obras interpretadas por el ensamble canadiense que demostró su conocimiento y dominio del repertorio de los siglos XVII y XVIII, para el que utiliza instrumentos como el archilaúd y el clavecÃn, asà como réplicas de arcos de la época.
Para continuar la soprano rusa evocó Un pensiero nemico di pace y Lascia la spina, dos arias del oratorio El triunfo del tiempo y del desengaño, también de Händel. Y como gran final se escuchó Agitata da due venti de la ópera Griselda del italiano Antonio Vivaldi, un gran cierre tanto para Julia Lezhneva como para Les Violons du Roy. El público agradeció de pie el gran concierto y como agradecimiento los artistas ofrecieron un breve fragmento del Aleluya y la repetición de Lascia la spina, a manera de encore.
AsÃ, el pasado sábado 9 de junio, el escenario del Palacio de Bellas Artes vivió una noche mágica donde se disfrutó el talento de Julia Lezhneva y Les violons du roy a través de la música de dos insignes compositores: Georg Friedrich Händel y Antonio Vivaldi.
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