
Por: Roberto Sosa — 22 de julio, 2009
Con las escenas de Y pensar que pudimos, Margarita en la rueca y Kalldewey, da inicio Ser es ser visto, puesta en escena de la CompañÃa Nacional de Teatro, escrita por Luis de Tavira y Stefanie Weiss inspirada en textos de Botho Strauss, Goethe, Wilhelm Müller y Friedrich Rückert.
La casa sede de la CNT será el escenario para las presentaciones de Ser es ser visto, del 7 de julio al 11 de agosto, con funciones lunes y martes a las 19:00 horas.
Desde un punto y un instante en la escena teatral sucede el hecho como consecuencia de la interpretación, a través de los personajes que se mueven en espacio y tiempo en relación con los elementos que conforman el lenguaje escénico, es decir, el espectador tiene frente a sà un trabajo que se desarrolla sin tiempo, hechos que pudieran suceder en otro espacio y otra dimensión. La paradoja escénica, es ver y tal vez no estar viendo.
Los diálogos no hablan de un suceso, ni de un sitio; los personajes aparecen y desaparecen, están en el momento preciso y asà mismo salen de la escena, en un instante único e irrepetible.
Aquà el teatro existe como un suceso tangible y visual, pero en un contexto ilógico y asà mismo lleno de genialidad. Los intérpretes se comprometen en esta dinámica para crear este suceso artÃstico.
El escenario de la Casa de la CompañÃa Nacional de Teatro ubica la obra para un público comprometido con el quehacer teatral, cuatro horas con dos intermedios exige una obligación de ambas partes. Los 43 actores residentes de la CompañÃa toman parte en la puesta en escena.
Se es ser visto, es un lujo en el reparto con una pléyade de actores de primer nivel: Ana Ofelia Murguia, Adriana Roel, Claudio Obregón, Luis Rábago, Luisa Huertas Angelina Peláez, Marta Verduzco, Ricardo Blume, Julieta Egurrola, Roberto Soto, Rosenda Monteros y Arturo Beristain son sólo algunos que conforman el elenco.
La propuesta de Luis de Tavira apela al intelecto del espectador, no es una obra sencilla donde todo está explicado y fácil de entender. ¿Pero que serÃa del teatro, si todo lo expuesto fuera para sentarse y ver todo digerido?
La escena propone un texto para ser interpretado y provocar al espectador; se puede o no se puede entender lo que se ve, pero algo ahà sucede, el público no se queda indiferente. Ser es ser visto, un lenguaje que mueve, que incomoda y también proporciona el placer del teatro.
Como referente, en la escena titulada Kalldewey, aparecen cinco actores: una mujer espera celebrar su cumpleaños, tres de los invitados llegan sin regalo, el cuarto no es invitado pero si tiene regalo; al percatarse de su presencia, le cuestionan qué hace allà en el departamento de la festejada. Kalldewey les responde utilizando un lenguaje obsceno y burlón, cosa que no le soportan, y le piden que se vaya pero la puerta no se abre, entonces lo esconden debajo de la mesa, pero el hombre desaparece sin dejar rastro.
Esto sucede en la estancia de un apartamento en el piso 15, al fondo una ventana que da hacia el cubo del edificio y más atrás en una pantalla se proyectan las imágenes de lo que acontece en la escena principal, pero no en tiempo real, digamos tres segundos después, es ver una escena y la otra, de manera simultanea pero como si fuera en otro tiempo y en otra dimensión. Excelente trabajo escénico.
El rojo es un color recurrente en todas las escenas, un color que lleva la bandera de Alemania. La obra de Luis de Tavira se presenta con esta perspectiva desde la afinidad que tiene con los autores germánicos.
“Presencias que se agolpan sobre las ruinas del muro, frente a un breve instante que se yergue como historia de la reunificación alemana, instante que confunde y excita porque recuerda aquellos ojos atónitos que nos miran desde Auschwitzâ€, Luis de Tavira. Fotos: Sergio Carreón Irreta.
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¿por qué le quita la sorpesa de la escena de Kalldewey a sus lectores?