
Por: MarÃa Teresa Adalid — 1 de diciembre, 2006
La diferencia de géneros es el pan nuestro de cada dÃa, el sexo, el amor y los celos son la referencia para explorar mejor al ser humano. ¿Qué otro tema se puede poner sobre la mesa que la relación de los hombres y las mujeres con su mutua incomprensión de mundos?, este tema es la discusión más arcaica de nuestra era.
En el Centro Cultural Universitario se realiza la obra Othelo sobre la mesa, bajo la dirección de Alberto Villareal DÃaz, cuya lÃnea de trabajo recurrente es tomar textos de autores para argumentar su propuesta escénica, esta vez no fue la excepción. Sören Kierkegard, el Marqués de Sade, Ernesto Sábato, Fernando Pessoa y Daniel Veronese dialogan en esta versión contemporánea de Jaime Chabaud.
En el pasado quedó aquella historia relatada a la luz mediterránea, los textos compilados son complejos, constantes, mezclando una especie de pasado con el tiempo actual, sobre el tema de los celos y la infidelidad.
El Othelo de hoy, se desenvuelve en la sociedad consumista y de autodestrucción, entre la fobia por la ropa â€totalmente†de marca y el camino hacia el poder, plagado de corrupción y dinero. Othelo es un exitoso publicista, diestro del marketing, no existe el general moro al servicio de la República veneciana que se impone a los turcos.
En su versión clásica Othelo, buscará el refugio de la muerte no pudiendo resistir la idea de haber asesinado a una inocente; Jaime Chabaud Magnus, propone que los celos consuman al personaje shakesperiano.
Cuando la imaginación produce toda una maquinaria de cosas absurdas, obscenas, y degeneradas en pro de encontrar algún indicio que compruebe lo que la mente enferma ha aceptado como verÃdico, ese es el verdadero infierno, entre el dolor y el placer, entre la duda y obsesión, cuando el hombre se cree capaz de gobernar y disponer en los pensamientos y sentimientos de otra persona, lo que hace explotar al ser rabioso, iracundo caracterÃstica general de una enfermedad tan compleja como los celos. La fijación de estas ideas quedan como un ancla en lo profundo de la personalidad, que inmoviliza el desarrollo, creyendo en el fondo que se es una vÃctima.
Un tumbling, barras paralelas olÃmpicas, una tabla, una pelota, raquetas de ping-pong y hasta un carro de supermercado son los recursos escenográficos y funcionales de esta puesta que recurre al acondicionamiento fÃsico paralelo a la interpretación, como metáfora del desgaste de las relaciones intensas y apasionadas que afectan el terreno fÃsico y mental.
Los personajes hablan desde la perspectiva de un mundo actual, atiborrado de información, que nubla la manera de ser y comportarse de Casio, Othelo, Desdémona y Yago, los cuales responden a esos estÃmulos en una atmósfera brumosa y ambigua, sin una coherencia en sus acciones prácticas y emotivas, lo cual acrecienta aún más la confusión y problemas en su desarrollo en el mundo contemporáneo.
Con las actuaciones de los actores del Laboratorio Actoral ArtillerÃa, Othelo sobre la mesa de Jaime Chabaud se presenta sábados y domingos en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz del Centro Cultural Universitario bajo la dirección de Alberto Villareal.
Othelo sobre la mesa, es una propuesta que se desarrolla en un espacio minimalista, que se convierte en una especie de gimnasio, haciendo un sÃmil entre las relaciones humanas y los deportes que resultan de alto riesgo, sin embargo, la acción, lo mismo ocurre en una oficina, que en cualquier lugar común de la ciudad.
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