Angelique, una invitación a sacarle jugo a los instantes de la vida

Por: Andres E. Sierra — 30 de enero, 2017

Muriel Ricard es Angelique, espectaculo de Eduardo Castaneda que se presenta en el Centro Cultural Helenico, enero 2017  En una combinación de teatro y música Eduardo Castañeda crea un espectáculo de cabaret que representa aquello que es lo diferente…

En una época como la nuestra, en la que se criminaliza a todos los que cruzan fronteras buscando nuevas perspectivas de vida, Angelique nos confronta con una experiencia dolorosa pero llena de esperanza sobre aquellos que dejan su país de origen. También nos enfrenta con la realidad del racismo y el choque entre culturas, un asunto siempre presente que en esta obra se descubre de frente y sin tapujos, diciendo lo que debe ser dicho, cantando lo que debe ser cantado.

Angelique, es una nueva experiencia de Muriel Ricard que acompañada por David Iracheta en la batería, el contrabajo de Alonso López y el piano de Geo Enríquez, lleva al público por una historia profunda que habla del valor del migrante. Es hablar de los resultados de diversas problematicas económicas, pero con el sentido que el cabaret otorga con ese tono que al mismo tiempo que nos habla de la desgracia de los migrantes, también logra que esta realidad tan mexicana sea graciosa y desafiante.

Muriel Ricard es Angelique, espectaculo de Eduardo Castaneda que se presenta en el Centro Cultural Helenico, enero 2017  A través de la música, Muriel Ricard retrata las virtudes y pecados del pueblo mexicano, pero dejando de lado los afanes o juicios moralistas. Más bien, hace una crítica aguda y certera que al igual que ofrece un divertimento nos lleva a una profunda reflexión sobres aquello que lleva años sucediendo en un país como el nuestro.

Desde que el espectador entra al Foro La Gruta, se instala en el ambiente de finales de los años 50, con aquella música en la que se expresan los deseos, sueños, dolores y hasta las ilusiones de una generación que vivió guerras y como consecuencia fuertes transformaciones sociales. En efecto, las canciones, seleccionadas cuidadosamente, van construyendo un edificio lírico y musical que entreteje la trama de la historia, así las melodías son los ladrillos que dan estructura a la narrativa en un artilugio escénico donde el cabaret se hace presente.

Muriel Ricard es Angelique, espectaculo de Eduardo Castaneda que se presenta en el Centro Cultural Helenico, enero 2017  Cada interpretación complementa la historia de Angelique, que se disfruta como un espectáculo que nos adentra más y más en su mundo. En cada escena podemos identificarnos, no obstante que se trate del pasado, las canciones que se escuchan nos impactan de la misma manera que si se trataran de melodias que hoy escuchamos.

Es un concierto con música que no muere, que sigue teniendo la frescura de cuando fue escrita e interpretada por primera vez. Las escenas y la música del 1959 no representa la nostalgía de un tiempo que se fue, son eternas cuando estan presentes en la apasionada interpretación que caracteriza la figura de Angelique. El clamor que hay en esta historia y la música que le acompaña es pertinente en el pasado, el presente y en todos los tiempos.

Muriel Ricard es Angelique, espectaculo de Eduardo Castaneda que se presenta en el Centro Cultural Helenico, enero 2017  Angelique te enseña a vivir todos los días al máximo, sabiendo que no volverá el tiempo pasado y que lo más importante es levantar la cara hacia el futuro, disfrutando hasta el último detalle del tiempo presente. Angelique es una invitación a sacarle jugo a todos los instantes de la vida, a enfrentar con valentía para seguir adelante, y construir memorias valiosas que nada ni nadie nos puede quitar.

Muriel Ricard, invita a vivir la música de Angelique los lunes (hasta el 17 de abril) en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico, por supuesto siempre que el espectador este dispuesto a compartir una historia que ofrece la posibilidad de cambiar su perspectiva sobre nuestros miedos, a vivir la vida y apelar por un mundo en que la poética tenga cabida dentro de lo cotidiano.

Después de conocerla, el espectador no será el mismo, no sólo por la música y la interpretación que son sobresalientes y conmovedoras, sino porque uno se encuentra cara a cara con una mujer que imprime en su voz algo que va más allá de la simple canción de amor… Ella es la voz de una cantante mulata de origen francés, que hace un ingenioso relato sobre sus raíces americanas, africanas y europeas, y confronta los más profundos y absurdos prejuicios de nuestra cultura. Fotos: Pili Pala y Jorge Vargas.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.