En Blanco y Negro… 20 años de puro piano en el CENART

Por: Enrique R. Mirabal — 1 de septiembre, 2016

Apunto de comenzar en el arranque del mes de septiembre y anunciada la programación, la agenda de los amantes del piano y de la buena música, ya se pinta en blanco y negro.

Cómo hemos visto nacer y desaparecer en poco tiempo iniciativas culturales plausibles que nos han dejado apenas con la degustación; una programación o ciclo como el Festival Internacional En blanco y negro que ahora cumple 20 años, es digno de destacarse y de ponerlo como ejemplo de lo que se puede hacer, bien y duradero.

El CENART, Centro Nacional de las Artes, que ha sido desde siempre el hogar del Festival no ha apostado por un calendario apretado de rally agotador sino por la pausa necesaria entre uno y otro recital para reposar y asimilar lo escuchado. En este 2016, En blanco y negro… celebra 20 años y el número de recitales corresponde exactamente al del aniversario, el número de ejecutantes, 21, se adelanta en proclamar la mayoría de edad según el viejo calendario.

Tal y como fue anunciado por los organizadores, Ricardo Calderón, director del CENART, y Lázaro Azar como curador, se buscó un equilibrio posible en la selección de los participantes respetando, con toda la corrección política del caso, los países de procedencia, el género de los pianistas y las diferentes generaciones a la que pertenecen además de sus preferencias (me refiero a las de repertorio, escuelas pianísticas…) y, muy importante, asegurar la participación de pianistas mexicanos.

Para tener una idea del alcance de esta edición de En blanco y negro, baste nombrar a algunos invitados y sus países de origen: los mexicanos por delante por ser la delegación más numerosa: Jorge Federico Osorio, Fernando García Torres, Rodolfo Henkel Guerrero, César Reyes y Arturo Nieto. De Corea, Ji, tal cual su nombre.

De Rusia, María Tretyakova (conocida del público de OFUNAM) que tocará un programa alejado de las piezas usuales de tres de los compositores estrella del piano: Sonata en si menor de Liszt, Rajmaninov (a partir de Corelli) y Prokofiev, especialmente su Séptima sonata escrita durante la Segunda Guerra Munidal y estrenada por Richter, muy sencillita como todo Prokofiev.

La formación técnica de los rusos es proverbial y, aclarando lo de sencillo para describir la música de Prokofiev para piano, baste recordar con qué poca frecuencia se tocan los conciertos para piano y orquesta de este compositor fuera de Rusia.

Nada más y nada menos que por las enormes dificultades técnicas incluidas las tímbricas para ejecutarlos y para las que se preparan los estudiantes de piano en Rusia con todo rigor durante sus años de formación. Esperamos encontrar en Tretyakova, a una sucesora de los grandes de aquel país con el reto de tocar una pieza estrenada por Sviatoslav Richter.

Destacamos, al azar de Azar, a los italianos Emanuele Delucchi, fuera de lo común con obras del (casi) siempre ausente Leopoldo Godowsky. Alberto Nosé se refugia en Chopin y Liszt, pilares del romanticismo, una elección que apuesta por lo más gustado, con alto riesgo de las comparaciones inevitables con los intérpretes icónicos. Un desafío del que tenemos que corroborar si sale indemne o no.

Un conocido del público mexicano, es el norteamericano de origen cubano Santiago Rodríguez, de grato recuerdo por sus conciertos en la Sala Nezahualcóyotl hace algunos años, regresa con algo del argentino Ginastera y de Rajmaninov.

Los más destacados por los organizadores y por su trayectoria y la crítica internacional, Leslie Howard y Stephen Hough, ambos británico-australianos con diferente orden al adquirir dichas nacionalidades, seguramente agotarán (y los demás participantes también) las localidades del Anfiteatro Blas Galindo del CENART. Tomar precauciones, máxime si ambos programas vienen cargados de nombres harto conocidos como Liszt, Beethoven, Rajmaninov y Tchaikovsky.

El Festival, que en esta edición lleva como subtítulo La apoteosis del piano, conjuga en este año varias celebraciones: el 160 aniversario de la muerte de Robert Schumann, el 150 del nacimiento de Ferruccio Busoni, los primeros 100 años de Alberto Ginastera y Carlos Jiménez Mabarak y los 100 años del fallecimiento de Enrique Granados.

Vale la pena estar al tanto de las actividades complementarias, el Festival tiene preparado un programa denominado Artefacto donde el público puede asistir a conferencias, talleres y proyección de películas con el piano como protagonista.

Festival Internacional En blanco y negro se lleva a cabo del 1 de septiembre al 16 de octubre en el Auditorio Blas Galindo. Los conciertos también podrán verse vía streaming desde la página del Centro Nacional de las Artes. Buena alternativa el streaming pero no hay como verlo y oirlo en vivo y en blanco y negro.