Con aires de nostalgia

Por: María Teresa Adalid — 7 de septiembre, 2005

Ciudad de México, año 1920 a 1940. Noche oscura con tenue lluvia impregna una atmósfera tranquila con un dejo de nostalgia; es el lugar idóneo para encontrar el amor, ese olor de antaño y esas parejas que se enamoraban en torno a uno de las manifestaciones artísticas más importantes que influyó en todo el acontecer de la época del cine de oro, la radio y en la actitud de vida: el Bolero.

Este género nació en Cuba, en 1885, y fue ahí donde adquirió su distintiva fusión con ritmos de guitarras, bongós y congas, para más tarde evolucionar hasta alcanzar al género romántico difundido principalmente con serenatas. De esta manera logró adaptarse a las distintas clases sociales que encontraron en él un punto en común, como lo es el amor.

Venciendo barreras se apoderó del nivel radial y del formato del disco contribuyendo a su difusión. Asi fue como adquirió el estigma de clásico y de perpetuidad a través de los tiempos.

Por eso no es de extrañarse que en medio de tantas propuestas, géneros y concepciones en torno al teatro, salten puestas en escena como Bésame Mucho, obra que llevó 5 años en la planeación de producción y una exhaustiva investigación de más de 630 boleros para hacer una selección y finalmente escoger los 30 más representativos. Es así como este género es el motivo y la columna vertebral de la historia.

Ocesa teatro incursiona en lo que llama La comedia musical mexicana. Hacedores experimentados del teatro comercial internacional, y siguiendo con la línea Broadway, esta obra pretende innovar con las tradiciones mexicanas y latinas exponiéndolas en el género de la comedia musical, apoyando su intención con fuertes recursos tanto económicos como administrativos y técnicos.

En América Latina, México y Cuba sobresalieron por su importancia en el bolero. Fue tal su auge, que se complementó con las inquietudes que en los demás países latinos surgían, lo que ayudó a una hermandad de género. Para la obra Bésame Mucho se retomó esa complicidad existente entre México y Cuba, el grato enriquecimiento multicultural, lo cual se ve reflejado escénicamente con un internacional elenco, entre quienes destacan: Natalia Sosa, Plutarco Haza, Miriam Bayard, Daniel Araujo, María Filippini, José Antonio López Tercero, entre otros. Todos ellos nos comparten dos historias, una que transcurre en tiempo presente y otra situada en Cuba a finales de los años 20`, las cuales retoman todos los elementos característicos del romanticismo, que destacan que el amor y el desamor son sentimientos universales.

Hugo es el enamorado de Elena, una cantante cubana. A su vez, Caridad y Felipe, un músico trovador dibujado en sus características al que fuera el flaco de oro, viven un proceso de un amor no consumado, pues están separados por décadas. Asi, entre el amor, la mezcla de culturas y el choque de ideologías modernas con tradicionales, el bolero es el medio de expresión y la manera más honesta de emitir un sentimiento, por lo que cada interpretación es una carga emocional de sus protagonistas.

Los recursos técnicos abarcan doce músicos, que ejecutan 36 piezas musicales, 30 boleros, 50 técnicos, 270 vestuarios y 29 cambios de escenografía.

Bésame Mucho fue escrito por Consuelo Garrido, Lorena Maza y Víctor Weinstock, a partir de una idea original de Federico González Compeán. Cuentan con la participación de Marianela Boán como coreógrafa, Violeta Rojas como diseñadora de vestuario, y John Farrel como diseñador de escenografía. La obra se presenta en el Centro Cultural Telmex, Teatro 2.

El bolero es aroma a nostalgia, a tiempo, el teatro es el instante simultáneo para congelar esos momentos de la manera en que se vive la vida con amor y desamor.