
Por: C. Magun y S. Fernández — 1 de febrero, 2009
Con el objetivo de crear un puente entre el pasado y presente del universo de William Shakespeare, la Dirección de Teatro de la UNAM ha preparado dos importantes y atractivos estrenos para este mes: Otelo y Desdémona, la historia de un pañuelo.
Dos producciones que alejadas en tiempo comparten la finalidad de buscar la reflexión, la discusión y al diálogo de ideas a partir de la visión de sus creadores. Por su parte, el clásico de Shakespeare, Otelo, bajo la dirección de Claudia RÃos, y un texto contemporáneo Desdémona la historia de un pañuelo de Paula Vogel, dirigido por BenjamÃn Cann, ambas con la traducción de una autoridad en la materia, el doctor Alfredo Michel.
En entrevista, el maestro BenjamÃn Cann compartió con InterEscena, algunos de los aspectos de esta puesta que se cuenta desde la intimidad femenina pero como si la viéramos a través del telón, cuando las mujeres no están en escena.
“Desdémona la historia de un pañuelo intenta contar qué pasaba con las mujeres de Otelo, mientrás allá en el escenario –en el mundo real shakesperiano–, los hombres están intrigándose tontamente. Mientras Yago está engañando a Otelo, atrás hay unas mujeres que nosotros aprendemos a conocer porque son ellas quienes dictaron que el mundo fuera asÃ. Los hombres sólo son tÃteres de los hechos de las mujeresâ€, narra entre apasionado y divertido con la propia historia.
Sobre el reto de abordar estas personalidades femeninas, creadas por Shakespeare, pero en este caso, descifradas a partir de la mirada de Paula Voguel, Cann, puntualizó:
“No es una obra feminista, es una obra real… Tenemos que entender, que en Otelo, Desdemona es una vÃctima de la ceguera, la brutalidad, la necedad y los manejos polÃticos ambiciosos de los hombres”, enfatiza y prosigue todavÃa más categórico.
“Acá, nosotros entendemos que esa mujer era mucho más que la vÃctima buena que estaba enamorada, porque el amor en las mujeres es una parte importante, más compleja que eso que creen los hombres que es poseer a una mujer. En esta obra tenemos verso pero va mucho más allá del acto amoroso, es una parte compleja, una parte que sólo la mujer entiende de qué se trata, no es este momento de eyaculación o posesión que entendemos los hombresâ€, BenjamÃn Cann.
¿Cómo fue abordar estas personalidades femeninas, primero con actrices tan diversas como Zaide Silvia Gutiérrez , Marina de Tavira y Mariannela Cataño desde su perspectiva masculina?
“Esta es una obra que aborda –además de una manera casi fársica– qué es lo que las mujeres construyen mientras los hombres se están peleando por tonterÃas. Por un lado está Zaide, que es una actriz que yo admiro y respeto. Es una persona adorable, compleja, una actriz exigente que personifica a Emilia. Yago depende de ésta y su necesidad de asegurar la vida, de ser, de tener un techo siempre y tener cierta certeza de cómo vivir el dÃa a dÃa. Cosas que a los mexicanos de hoy nos son tan familiares en este momento de incertidumbre, eso es lo que preocupa al centro del mundo que Emiliaâ€. Sentencia BenjamÃn y prosigue.
“Por otro lado, se encuentra Marina que es el diablo, en el buen sentido. Es exigente, siempre quiere saberlo y aprenderlo todo, quiere hacer perfectamente todo y logra recrear una Desdemona, que también es otra vÃctima, de las intrigas de Yago, una mujer que la autora nos presenta como un ser frágil, reflexivo y pensante, lo contrario a los hombres que buscan solucionar sus conflictos a través de la muerte.
Y Mariannela, la más joven, probablemente la que menos conoce la gente, es una actriz que va a llegar a estos niveles que tocan Zaide y Marina y que en esta obra se pega a ellas y está a la altura de ellas con Bianca, que es una gran prostituta en la obra, es una mujer que entiende que la vida es amor y comprende que el amor tiene que ver con un mundo que depende de los instintos, de los razonamientos de un ser humano, y no de la calentura o necesidad sexual de un hombre.
Es un elenco espléndido, demandante, exigente, hermoso, con mucho talento, es un privilegio trabajar con ellasâ€, finaliza el maestro BenjamÃn Cann, entre orgulloso y fascinado por las personalidades y cualidades de cada una de sus actrices.
Por su parte, la actriz y docente, Claudia RÃos, compartió con InterEscena el compromiso y significado que guarda Otelo en su faceta como directora.
“Aborde este proyecto con mucha humildad, porque de pronto, alguien piensa que hacer Otelo de entrada, ¡Hay que arrogancia!, ¡que valiente!!! Yo soy muy trabajadora y en eso confÃo, lo de mi talento –como directora– la gente lo decidirá. En este caso, se que es mi oportunidad en la vida porque yo lo que quiero hacer es dirigir y no me puedo estar deteniendo por tener miedo o respetos inútiles a cosas que amo. Yo amo el teatro, me gusta las cosas que dice, por eso me entrego a él con esa humildad que requiere un trabajo concienzudo”.
¿Qué fue lo que te sedujo de Otelo?
“Yo la escogÃ, esta es la primera obra que yo quise, cuando decidà optar por la dirección , hace muchos años. Yo soy una persona muy insegura de mi fÃsico, luego entonces muy celosa, ese infierno del que habla Otelo es un universo que entiendo y querÃa hablar de él. Yo me identifico con Otelo, no pienso si es hombre o mujer, sólo pienso que está sufriendo un infierno, el infierno de las trampas que nos puede hacer la imaginación cuando pensamos que no nos ama la persona que es nuestra parejaâ€.
Considerada –aun antes de su estreno–, como una mega producción, Otelo integra un elenco por demás atractivo conformado por Hernán Mendoza, Ana de la Reguera Carlos Corona, Cecilia Suárez, Alejandro Velis, Humberto Solórzano, Oswaldo de León, Luis Rosales, Carlos A. Román, Max Flores, Jaume Mateu, Giuseppe Gamba, Antón Araiza, Alan Uribe, Luis Maggi, Gabriela Pérez, y Edgar Parra, para la directora lo más importante es el cómo la obra retrata el universo del ser humano, sus defectos y virtudes, y como éste se relaciona con la sociedad.
“Lo que pasa con obras como Otelo, o La Celestina y La vida es sueño –que ya dirigÖ es que son obras que en si mismas son inconmensurables, enormes monumentos, creo que son de una humanidad tan grande que tienen la disposición para hacernos frente y vernos a los ojosâ€, Claudia RÃos.
¿En que radica el poder de Shakespeare para seguir seduciendo al público?
“El es un poeta y a los poetas todos siempre los vamos a apreciar porque son quienes nos revelan lo que nosotros no podemos ver y eso un privilegio. Poder ver la verdad cuando nuestra cotidianeidad no la podemos mirar, ni apreciar. Con la dimensión que Shakespeare le da a la palabra, con personajes complejos, con situaciones complejas, nos presenta seres humanos tan fuertes como Otelo, que pueden enfrentarse en una batalla, y al mismo tiempo tan frágiles que se pueden deshacer con un pañuelo”.
¿Haz terminado por comprender a Otelo?
“SerÃa una arrogancia decir: ya le entendÃ. No, la obra la entiendo cada vez más y cada vez menos… es inconmensurableâ€, concluye Claudia RÃos con una sonrisa que no oculta la emoción y satisfacción por pertenecer a un gran proyecto.
Haciendo honor a las palabras del maestro Enrique Singer, “frente a la realidad el teatro tiene la respuestasâ€, pronto podremos hacer un ejercicio de espejo donde ambas producciones, Otelo y Desdémona, la historia de un pañuelo nos permitirán reconocernos y comprender desde otra perspectiva nuestra realidad.
Otelo, de Willian Shakespeare, se presenta a partir del 14 de febrero, de jueves a domingo, en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón del Centro Cultural Universitario.
Desdémona, la historia de un pañuelo, de Paula Vogel, se presenta a partir del 26 de febrero, de jueves a domingo, en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz del Centro Cultural Universitario.
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