Josefina Lavalle, institucionalidad y rebeldía…

Por: Susana Fernández — 1 de febrero, 2009

Patricia Camacho da testimonio de una vida que definió la historia de la danza mexicana.

En el marco de su cumpleaños 85, el pasado jueves 29 de enero, la maestra Josefina Lavalle recibió un merecido y emotivo homenaje en el Centro Nacional de las Artes con la presentación del libro Josefina Lavalle: institucionalidad y rebeldía de Patricia Camacho Quintos.

Con una larga trayectoria como investigadora de la creación coreográfica, la maestra Camacho posee un don especial para narrar historias de una forma amena que contagia entusiasmo y descubre el lado humano de los creadores dancísticos. La publicación de este trabajo es un reconocimiento a la bailarina, coreógrafa, maestra y mujer.

En entrevista, Patricia Camacho habla sobre algunos aspectos de la concepción de Josefina Lavalle: institucionalidad y rebeldía.

¿Cómo nace la idea de escribir Josefina Lavalle: institucionalidad y rebeldía?
Sin ser bailarina, estoy vinculada al medio de la danza mexicana desde hace 27 años, casi el mismo tiempo que tengo de conocer a Josefina Lavalle. Cuando era periodista la observaba de lejos, la escuchaba en sus conferencias y luego, cuando ingresé como investigadora al Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de la Danza, hace 15 años, tuve el enorme privilegio de contar entre mis colegas a figuras destacadas del arte de Terpsícore, entre ellas a la maestra Lavalle, cuyo profesionalismo, sentido de la responsabilidad y talento llamaron siempre mi atención. Entonces me propuse escribir un libro sobre ella, el cual se publica ahora gracias al apoyo del FONCA.

Usted comentaba, que este libro –al igual que Danza y Box: Bálsamo y herida– está narrado de forma novelesca, ¿cómo logra narrar una historia de forma amena sin perder el rigor del registro documental?
Este libro no tiene elementos de ficción, pero si hay un trabajo literario en la manera de narrar los acontecimientos. Me interesa mucho llegar a públicos más amplios con mis investigaciones y mi manera de lograr ese objetivo es con formas narrativas que implican una búsqueda personal que atienda siempre a la idea de un hipotético lector, con el cual pueda entablar un diálogo a través de mi escritura. Josefina Lavalle: institucionalidad y rebeldía está dedicado a los estudiantes mexicanos y con lenguaje sencillo y ameno trato de comunicarme con ellos, para compartirles –a través de la historia de vida de Josefina Lavalle–, la manera y el contexto en el que se formaba y desarrollaba la vida de un artista durante casi todo el siglo 20.

¿Por qué elegir esta forma de escribir?
El ejercicio creativo de la palabra escrita es mi manera más genuina de encontrar un lugar en el mundo. Con esa herramienta, trato de brindar un servicio de divulgación a la labor de bailarines, coreógrafos y maestros de danza, a quienes admiro y respeto profundamente, porque en nuestra sociedad tienen todo en contra para desarrollar su profesión y cuando se sostienen en el esfuerzo, a través de toda una vida, como lo hace Josefina Lavalle, quien a sus 85 años se mantiene activa en la danza, lo menos que puedo hacer es poner mi granito de arena para honrar ese enorme esfuerzo.

¿Es difícil abordar desde una perspectiva objetiva una figura tan emblemática como lo es la maestra Josefina Lavalle?
Esta pregunta me da en mi talón de Aquiles. Yo no soy objetiva en mis trabajos, siempre termino enamorada de mis personajes. No hay vida que no sea interesante. Máxime cuando se trata de un personaje emblemático. El recurso que yo adopté para no deshacerme en elogios fue dejarla hablar. El libro se urde a partir de una serie de entrevistas realizadas a Josefina Lavalle y es ella quien lleva la voz principal, de tal suerte que ella contó lo que quiso y de la manera en la que se sintió cómoda para hacerlo. No es este un libro de análisis, no es un trabajo teórico. Es una obra de divulgación y, sí, lo tengo que decir, es un homenaje a la maestra Lavalle, quien como funcionaria, maestra e investigadora siempre ha sido muy institucional, y como creadora y mujer ha sido rebelde, gracias a lo cual se pudo abrir paso y a la vez logró permanecer en la vida pública de la cultura en México.

Desde su posición y experiencia como investigadora, ¿cuál es el mayor reto que enfrentan los creadores dancísticos actualmente en nuestro país?
El principal reto es ir a la esencia de sí mismos y desde ahí hablar con un lenguaje propio, para comunicarse con los espectadores. No sólo expresarse, sino comunicarse. Pero eso no es de ahora, ese ha sido desde siempre el principal reto de los creadores artísticos. Foto: Ricardo Ramírez Arriola