Valery Gergiev, invitación de lujo para inaugurar con bombo y platillos la Secretaria de Cultura

Por: Enrique R. Mirabal — 23 de febrero, 2016

Valery Gergiev dirige a la Orquesta del Teatro Mariinsky. Palacio de Bellas Artes y Auditorio Nacional, marzo 2016 La Orquesta del Teatro Mariinsky y Valery Gergiev en el Palacio de Bellas Artes y en el Auditorio Nacional…

¿Una orquesta dedicada a tocar música de ópera y ballet sale de gira sin acompañar a las compañías titulares de su teatro sede? No es lo habitual y menos por estas tierras pero los rusos se cuecen aparte.

El Teatro Mariinsky de San Petersburgo fue por varios siglos el centro medular de la música rusa. Por su escenario (y su foso) han pasado obras que han hecho historia, algunas de riguroso estreno mundial, otras como las mejores versiones de la partitura. La lista es interminable y está encabezada por los rusos pero a estos se suman los italianos del siglo XVIII –Cimarosa, por ejemplo– Mozart, Rossini y las primeras ejecuciones de óperas alemanas fuera de su lugar de origen. El cazador furtivo del romántico Weber se interpretó con toda propiedad y brillo en la Rusia zarista así como las óperas de Donizetti y Bellini al poco tiempo de haber visto la luz en Italia.

Elim Chan dirige a la Orquesta del Teatro Mariinsky. Palacio de Bellas Artes, marzo 2016 Inevitable, separar la historia de un país de la vida cultural del mismo. El comienzo del Mariinsky (literalmente, Teatro de María) en 1860 va ligado al Imperio de los zares, el nombre fue dado en honor de la emperatriz o zarina María Alexandrovna. Como teatro imperial acogió a las compañías de ópera y ballet más renombradas, así como a la orquestas titulares que acompañaban a las mismas, todas bajo la advocación de la emperatriz.

Pese a los prejuicios de los snobs de antes y ahora, no se puede negar que el desarrollo de la música está indisolublemente ligado a estos dos géneros, la lírica y la danza. No concebimos a Mozart sin sus óperas ni a Bach sin sus chaconas y la Orquesta del Teatro Mariinsky ha sonado por más de dos siglos para perpetuar estas manifestaciones artísticas.

Behzod Abduraimov solista invitado de la Orquesta del Teatro Mariinsky. Palacio de Bellas Artes, marzo 2016 Sería ocioso enumerar a los compositores y batutas relacionados con el Mariinsky, incluidos los de esta gira de la Orquesta por México. Algunos estrenaron sus obras o las de otros colegas. Berlioz estuvo de plácemes al frente de los músicos petersburgueses y Tchaikovski disfrutó o sufrió el estreno de algunas de sus obras ante la reacción del público mas no por los intérpretes.

La historia de la Orquesta del Teatro Mariinsky tuvo un drástico cambio con la llegada de los soviets al poder y no sólo por la nueva denominación del teatro y de la ciudad que lo alberga sino por las directivas emanadas desde el Comité Central del Partido Comunista de la URSS, el PCUS. San Petersburgo se convirtió en Leningrado en honor al Héroe comunista y el Teatro Mariinsky cambió el nombre de la zarina por el del bolchevique Serguéi Kírov (supuestamente asesinado por órdenes de Stalin).

 Ivan Karizna solista invitado de la Orquesta del Teatro Mariinsky. Palacio de Bellas Artes, marzo 2016 Fueron los años en que se retiraban las partituras de Shostakóvich de los atriles, minutos antes de su supuesta ejecución. El realismo socialista y el nacionalismo a ultranza suplieron a la pluralidad que marcó los años de gloria del Mariinsky cuando se tocaba a Wagner y la Electra de Richard Strauss en temporadas que también incluían a Rimsky-Kórsakov y a Mussorgsky.

Por fortuna, también se sumaron algunos nombres significativos a esta orquesta en la era soviética. Con Evgeni Mravinsky a la cabeza, seguido por Termikanov, el sonido de la agrupación nunca perdió su vitalidad a pesar de que el repertorio se restringiera: nada de vanguardias ni la decadente música occidental. Hacia finales de los años soviéticos, se incorpora al colectivo Valery Gerguiev, insuflándole aires de renovación y de pluralidad estética.

Sergei Redkin, solista invitado de la Orquesta del Teatro Mariinsky. Auditorio Nacional, marzo 2016 Hay que reconocer la labor de Gerguiev al frente de la orquesta del Mariinsky, institución donde también funge como director artístico del teatro, cargo que abarca la ópera, el ballet y la orquesta. Él ha llevado al Mariinsky por giras internacionales, principalmente por Estados Unidos, Europa y Asia, lugares en los que se veía y escuchaba por primera vez la ópera Guerra y paz de Prokofiev.

Para la gira por México, el director artístico del Mariinsky ha configurado cuatro programas en los que su Orquesta no interpretará música de ópera ni de ballet, salvo las Danzas Polovtsianas de El príncipe Igor y El pájaro de fuego de Stravinski en el concierto del Auditorio Nacional. Gerguiev cederá su batuta en los dos primeros conciertos a la directora china Elim Chan y podremos escuchar a tres solistas en ascendente carrera: los pianistas Behzod Abduraimov y Sergei Redkin (Auditorio Nacional) y el violoncellista Iván Karizna.

Valery Gergiev dirige a la Orquesta del Teatro Mariinsky. Palacio de Bellas Artes y Auditorio Nacional, marzo 2016 Los cuatro programas están integrados exclusivamente por música rusa, desde Rimsky-Kórsakov hasta Prokófiev y Shostakóvich además de Rajmáninov, Chaikovski y Stravinski. Habrá que poner, además de oídos atentos, una especial mirada al lenguaje gestual del director titular, conocido por su rigor y académica exigencia a sus músicos.

Valery Gergiev es un ferviente defensor de la música rusa y de toda la buena música universal. Punto y muy aparte de la música, el maestro Gergiev presume, sin tapujos, una incondicional adhesión a las políticas de su presidente Putin, incluida la intromisión en Ucrania y la discriminación a los homosexuales.

En respuesta a la pregunta inicial de por qué la Orquesta del Teatro Mariinsky sale de gira con programas sinfónicos, baste asistir a algunos o todos los conciertos anunciados y será suficiente escucharla para confirmar su sitio preferente entre las mejores orquestas del mundo: sonido singular, cohesión magistral y decenas de virtuosos atrilistas que rara vez se logran conjuntar. Y la gran música rusa a todo sonar. Los concierto se llevan a cabo el martes 1, miércoles 2 y jueves 3 de marzo en el Palacio de Bellas Artes y el viernes 4 en el Auditorio Nacional.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Directorio

Un listado de enlaces a centros culturales, música, teatro, danza, infantiles, festivales y medios y más.

“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.