¡Pun! Historia asquerosa para niñ@s que se echan vientos…

Por: Susana Fernández — 13 de noviembre, 2015

Con un lenguaje lúdico y una narrativa sencilla donde títeres, actores y música invitan a niños y grandes a reírnos sobre las flatulencias, Astillero Teatro presenta ¡Pun! Historia asquerosa para niñ@s que se echan vientos.

Querido lector no haga cara de fuchi, ni se imagine que habrá un bombardeo de olores y ruidos extraños, en esta puesta existen ruidos pero la mayoría son de carcajadas y tal vez por ahí se cuele un olor extraño pero –aquí entre nos–, esa “pluma” puede venir de cualquier lado, podría ser de la música…

¡Pun! Historia asquerosa para niñ@s que se echan vientos es un juego escénico donde a partir de esa fascinación que sienten los pequeños por los pedos y cualquier cosa que tenga que ver con los juegos escatológicos, Oswaldo Valdovinos, María Teresa Adalid e Itzel Casas, fundadores de Astillero Teatro, trabajaron el texto del maestro Jaime Chabaud para crear una historia entrañable donde Pacho, personaje principal de la obra, además de compartir con su amigo Jonás los secretos del manual del pedo (heredado por su abuelo) muestra esos lazos de amor que existen entre la familia, además de aquellos que se establecen entre los amigos demostrando que la solidaridad y amistad son las mejores armas para enfrentar el bullying.

Recordemos que es durante la infancia (al menos los primeros años) donde todavía se nos permite jugar y hacer bromas sobre los gases intestinales que provoca nuestro cuerpo, de ahí que sea imprescindible preguntar a los creadores de esta obra, sobre el ¿por qué hacer una historia precisamente sobre pedos?

“Es una etapa casi ineludible de la niñez, lo escatológico es divertido por estar relacionado con la ‘prohibición’ o con algo que de alguna manera molesta a los adultos, pero también tiene un interés lúdico” Oswaldo Valdovinos.

Y es que no piensen, estimados lectores, que esta es una ocurrencia que nació de manera espontánea o a partir de un juego entre los más pedorrros, vale aclarar que la historia original de Jaime Chabaud está basada en una investigación “ampliamente asesorada” por sus dos hijos cuando estos contaban con nueve y seis años de edad.

En esa época el más pequeño solo hablaba de punes, por lo que el también dramaturgo pensaba que algo había mal con tanta obsesión, hasta que un día su hijo invitó a comer a unos amigos y el dramaturgo descubrió que para ellos también ese tema era bastarnte recurrente entre ellos, por lo que asumió que se trata de una etapa muy importante de la existencia humana.

“El texto está conformado como una trayectoria emocional muy importante que aborda los afectos, el encuentro con el rechazo, la amistad y las relaciones familiares, que no siempre son fáciles. Se juega con el asunto de la escatología, pero la obra es muchísimo más que eso“, Jaime Chabaud.

Sobre cómo fue que se eligió el texto y se trabajó con el también editor de la Revista Paso de Gato, María Teresa Adalid nos dice: “Iniciamos una amistad cuando estuvimos en temporada con Onomatopeyas, en el Teatro Casa de la Paz, de la UAM, a Jaime le gustó nuestro trabajo y existió el interés mutuo de hacer algo, pasaron los años hasta que coincidimos en la Muestra Nacional de Teatro en Durango, ahí nos platicó acerca de ¡Pun! y nos encantó la idea. Nos dijo literal: Yo confío plenamente en ustedes. Así tenemos el honor de estrenar mundialmente este texto que es una producción del Programa de Teatro para Niños y Jóvenes del INBA“.

Cabe destacar que parte del sello artístico que ha logrado Astillero en las distintas producciones que ha llevado a escena es su trabajo con los títeres, desde los de pequeño formato que aparecen en Onomatopeyas, Nadie quiere ser mi amigo o De monstruos, gigantes y otras calamidades hasta los que hoy utilizan en Pun! Historia asquerosa para niñ@s que se echan vientos, cuyo tamaño y atractiva imagen constituyen un punto de atracción desde que salen a escena.

Su apariencia es otro de los atractivos de la puesta, ya que debemos enfatizar que los personajes de Pacho, Jonás, sus padres, el abuelo y las niñas Luna, Elisa y Catalina son en su totalidad diseños originales del ilustrador José Alfredo León Váldez en colaboración con los integrantes de Astillero, quienes lograron crear personajes atractivos que se desenvuelven con gran ingenio en el escenario diseñado por Itzel Casas para redondear una historia que es ágil, amena y más allá de los punes trata sobre los lazos de cariño que unen a la familia y a los amigos.

“Nos planteamos una serie de preguntas para definir el estilo gráfico, el tamaño de los títeres, el tipo de escenografía, los colores, la forma, los materiales, perseguimos un diseño de personajes lo menos realista posible y orientado a una interpretación subjetiva, así que solicitamos a Alfredo la propuesta visual de los personajes y fue un trabajo que fue evolucionando poco a poco. En cuanto a los materiales, usamos la espuma de poliuretano, una pasta con base en pegamento blanco y cartón pulverizado, madera para las manos, piernas y brazos, y pintura acrílica, así creamos a Pacho y a todos los personajes que intervienen en esta puesta“, Oswaldo Valdovinos.

Otro factor que destaca en la puesta y que ayuda a mantener tanto el interés como el ritmo es la música original de Yahir Hernández Matus, quien definió el género que ameniza la obra como “un estilo de jazz manouche o gitano“, ritmo que como dice el mismo Yahir, “ayuda a darle un aire callejero a la obra aunque terminó transformándose en algo como manouchelango con una pizca de samba, jazz, pop y otros ingredientes siempre pensando que la energía viva se transmitiera a lo largo de la historia, que fuera cercana y digerible para toda la familia“.

Con un gran equipo donde también participan Sandra Rosales como narradora Karina Miranda y Gustavo Linares en la manipulación de títeres; y los músicos David Martínez Espinoza “Kato” y Daniel Pérez Vázquez, ¡Pun! Historia asquerosa para niñ@s que se echan vientos, se presenta sábados y domingos en la Plaza Ángel Salas del Centro Cultural del Bosque, un divertido relato para niños pedorros y padres con un corazón muy cercano a sus hijos que escuchen todo lo que los pequeños tienen que decirles. Fotos: Francisco Pérez.