
Por: Arturo Carrasco — 30 de octubre, 2015
Siempre se ha pensado que el amor es un efecto maravilloso, que rebasa todo razonamiento y que nada puede igualar lo que nos hace sentir y pensar… pero, qué pasarÃa si el amor no fuera una sensación natural, un sentimiento que causa magia y sólo fuera el resultado de un proceso quÃmico que afectará nuestros sentidos.
¿Es en verdad amor lo que uno siente o sólo es un efecto, quizás placentero, pero al fin al cabo un efecto quÃmico? ¿SerÃan reales o no los sentimientos? ¿Hasta qué punto es válido experimentar y jugar con las emociones de las personas? ¿El vivir bajo este efecto, nos aleja de lo que realmente somos?
Esta y otras interrogantes son expuestas de manera magistral en la puesta en escena El efecto, una obra de la dramaturga británica Lucy Prebble que plantea al público este cuestionamiento bajo un panorama existencialista del amor que nos permite adentrarnos y explorar el universo de la mente y del corazón.
El efecto es una pieza teatral que nos relata la historia de Connie y Tristan, dos jóvenes con vidas totalmente diferentes que se conocen mientras participan en una prueba clÃnica de un antidepresivo, encuentro que les permite relacionarse, intimar y hasta –a la par que experimentan los efectos de los medicamentos– iniciar un romance que lleva al espectador a preguntarse ¿el amor que sienten es real o simplemente es un efecto secundario provocado por el antidepresivo que están ingiriendo?
Lucy Prebble es considerada como uno de los nuevos talentos jóvenes del teatro británico, calificativo que se ganó gracias a su trabajo en la serie británica Secret Diary of a Call Girl, una exitosa serie de la BBC que narra la historia de una joven universitaria que para pagar sus estudios decide trabajar como una prostituta de lujo.
Prebble crea esta historia a partir de una serie de noticias que hablaban sobre las consecuencias de pruebas clÃnicas con nuevas drogas, llevadas a cabo en una unidad de investigación privada en el Hospital de Northwick. Un suceso trascendente para la sociedad del siglo XXI donde la depresión y las consecuencias que este problema afecta ataca a más de 350 millones de personas en el mundo.
AsÃ, la autora se interesa y la lleva a la dramaturgÃa en una mezcla extraordinaria que aborda temas como la neurociencia, la depresión, el amor y la culpa. Todo con el fin de llamar la atención sobre este terrible mal que afecta sin distinguir edad, sexo, posición social o modo de vida.
“Imaginé que serÃa interesante escribir sobre el amor en ese ambiente y diseccionar el tema de forma apropiada, tanto biológica como quÃmicamente, y estudiar las implicaciones sociales que ello tiene”, Lucy Prebble.
AsÃ, la dirección de Gilberto Guerrero, uno de los principales directores en nuestro paÃs que ha a lo largo de su exitosa carrera ha dirigido más de veinte producciones, lleva a escena esta historia que cuestiona la condición del ser humano, su cuerpo y sus reacciones y cómo pueden ser alterados por un medicamento, o bien a consecuencia de la falta de amor, ese ambiguo sentimiento que puede ser más reconstituyente que cualquier medicamento que la ciencia utiliza para tratar de “curarlo”.
Vicky Araico, Moisés Arizmendi, Enoc Leaño y Natalia Traven conforman el elenco de El efecto, si bien todos como actores desarrollan un trabajo más que destacado en la obra, mención aparte merece Vicky Araico, quien no sólo da muestras de su talento histriónico, sino también de su compromiso con el mismo, pues además de involucrarse en la produción, realizó la traducción del texto original, situación que para ella no implicó adaptar la historia al contexto mexicano, dado la universalidad del argumento.
El efecto, un proyecto que parte de las actividades del año dual 2015: México en el Reino unido y el Reino unido en México, se presenta los sábados, hasta el 28 de noviembre, en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico, una propuesta que como dice Gilberto Guerrero, “lo importante es que detrás de esta puesta en escena hay una base cientÃfica que nos hace pensar si los antidepresivos son un negocio de las farmacéuticas o bien, existe realmente una cura que nos libra de la depresión”.
De ahà podrÃa desprenderse la pregunta, ¿quién determina si es una enfermedad o sólo es mal de amores. “Y en cuestiones del amor, ¿estamos enamorados o sólo es la dopamina que produce nuestro cuerpo estimulada por el antidepresivo?”. Fotos: Alfredo Millán.
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