
Por: C. Magun y S. Fernández — 1 de octubre, 2008
Desde el inicio de la historia, incluso antes de la palabra, el ser humano danzó. Invocando la benevolencias de la naturaleza, representando el miedo, la alegrÃa o la tristeza, música y movimiento han permanecido unidos en un ritual que expresa la identidad del ser humano.
Esta combinación ancestral que nace de la profundidad del espÃritu se hace presente en African Footprint, una súper producción al estilo Broadway llevada a la escena con la fuerza de los tambores, los cantos extraÃdos de las profundas raÃces africanas y la danza tribal en una combinación que va de lo étnico al hip hop.
Creada por el multifacético Richard Loring, este espectáculo narra la vibrante y diversa historia de Sudáfrica a través de una impresionante mezcla de música africana y europea con movimientos simbólicos que surgen del kwelajive, gumboot tradicional, el tap, el ballet contemporáneo y hasta el pantsula, un baile sudafricano nacido en los barrios bajos allá por la década de los 50, código no escrito que emula una forma de vida, vestir y hablar.
Como el audaz empresario que es, tanto como productor, realizador y ejecutante, Loring es uno de esos personajes con ojo para el negocio del espectáculo. Asà como se le reconoce en el cine por la sorpresa que le resultó Los dioses deben estar locos, en Broadway y en el West End ha logrado dos o tres éxitos taquilleros como Girl Talk, A Touch of Webber – A Taste of Rice y, el más reciente, Hairspray. Ahora, con Afrincan Footprint, el británico nos muestra el pasado de una cultura colmada de tradiciones hasta llegar a una emblemática escena donde un hombre negro abraza, a través de la danza, a un blanco.
Una idea musical surgida en 1999, cuando Loring convocó a los jóvenes de las polvorientas calles de Soweto para conformar una idea estética que más allá de la tragedia urgara en el instinto primitivo que se lleva en el corazón de cada africano… Canto y baile para dar rienda suelta a una catarsis colectiva en una demostración que el dÃa que salió a la luz fue vista por más de 250 millones de televidentes y que de visita a nuestro paÃs se presentará, el próximo 14 de octubre, en el Auditorio Nacional.
Asà surgió African Footprint, una fiesta en honor a la raza negra que desborda ritmos exóticos, cascadas de tambores y un crisol de coloridos atuendos que evocan la mágica cultura del continente de los grandes desiertos, abundantes selvas y múltiples especies de flora y fauna.
Más allá de la alegrÃa en el escenario, cada cuadro coreográfico y toda expresión gestual contienen una carga metafórica sobre la lucha que libró Sudáfrica contra el régimen racista del apartheid, es ante todo una declaración de libertad a través de la música, el canto y la danza. Una alegorÃa artÃstica del coreógrafo David Matamela y la música de Dave Pollecut que traspasa credos, fronteras y razas para celebrar los 90 años de Nelson Mandela.
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