
Por: Susana Fernández — 21 de septiembre, 2008
“Los hombres son esclavos aunque hayan nacido rebeldes“, Fiodor Dostoievski.
A más de una año de haber cerrado sus puertas, el Teatro Julio Jiménez Rueda levanta el telón para dar la bienvenida a los amantes del teatro con un montaje de lujo, El gran inquisidor, bajo la dirección del legendario Peter Brook y la –no menos magistral– actuación de Bruce Myers.
En una frÃa noche donde se dieron cita algunas de las principales figuras del arte dramático –directores, actores, escenógrafos y autoridades–, Myers mostró el significado de ser actor. En un cuadro que acota su espacio de movimiento, el británico pasa de ser el narrador al Gran Inquisidor que increpa Jesús, figura cuya presencia –prácticamente imperceptible–, situada en un extremo del cuadro, da pie para un texto que plantea una de las interrogantes que el hombre se ha hecho a lo largo de la historia: ¿la existencia de Dios?
Basada en un capÃtulo de Los hermanos Karamazov de Feodor Dostoievski, donde Iván lee a Alioixa un poema suyo que describe el encuentro entre el Cardenal Gran Inquisidor y Jesús, que ha vuelto entre los hombres, quince siglos después de su muerte y resurrección, antes de lo acordado.
El gran inquisidor que cuenta con la adaptación de Marie Hélène Estienne, trata sobre una historia que inicia en la Sevilla de la Inquisición, en tiempos de un poder ejercido en nombre de Dios para esclavizar a los hombres.
Ataviado con un austero abrigo negro, el Gran Inquisidor increpa sin consideraciones: ¿Por qué has venido a perturbarnos?, ante un Jesús que escucha imperturbable. Myers cuestiona sobre la libertad de los hombres, de su debilidad y las condicionan que propician el dominio del hombre por el hombre.
Él, el Gran Inquisidor ha tomado el poder de guiar y “salvaguardar†el libre albedrÃo dado al ser humano. Entre la ironÃa, la complacencia y hasta la complicidad, este hombre acusa, se reconoce y se coloca a la altura del propio Jesús a través de un monólogo interpretado con la entonación perfecta y el efecto adecuado, una disertación donde el texto hace vibrar en una combinación perfecta: personaje-escenario-público, una muestra secreto del saberse y ser actor.
Con más de cuatro décadas de trabajo en colaboración con el Señor Brook, la noche de este viernes 20 de septiembre, Bruce Myers dio muestra de un oficio aprendido en las tablas, la experiencia adquirida en la Royal Shakespeare Company y su colaboración con el CICT Théâtre des Bouffes du Nord. Actuación que todavÃa podrá disfrutarse, los dÃas 21 y 22 de septiembre, en el citado escenario, dentro del III Festival Otras Latitudes, organizado por la Coordinación Nacional de Teatro, del INBA, una muestra que hasta ahora dejo un buen sabor a todos aquellos que estuvieron atentos a este ciclo que cierra el próximo jueves 25 en el Teatro Julio Castillo, con el espectáculo argentino de teatro aéreo bajo la dirección de Saeed Peezeshki, el cual lleva por tÃtulo Decir adios y cuenta la historia de tres parejas que habitan el mismo espacio, que se quieren, se detestan, pero al final, irremediablemente, se dirán adiós.
El gran Inquisidor, un texto arrebatado que desvanece los lÃmites entre las vÃctimas y los endriagos en este cabildo actual, heterodoxo y satÃrico sobre la libertad y la religión.
“En realidad los secretos como los misterios son solamente vagos y románticos cuando no se les exploraâ€, Peter Brook.
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I love this guy.. is awesome.
Peter Brook is the best.. after Grotowski.
I’m goin’ to work with him 🙂