
Por: Enrique R. Mirabal — 1 de septiembre, 2015
Exposiciones, obras de teatro y muestras del quehacer musical de Gran Bretaña han venido sucediéndose en México en este Año Dual. También ha habido la correspondiente presencia de artistas mexicanos en Britania. El intercambio, de este lado del Atlántico, no se siente tan nutrido como era de desearse, tanto en número como en la relevancia de los espectáculos y otro tipo de acontecimientos.
Por fortuna, antes de que termine el año, podremos escuchar una orquesta de larga trayectoria y espléndidas muestras de coherencia artÃstica: la London Philarmonic Orchestra (LPO) que se presenta este mes en el Palacio de Bellas Artes.
La LPO ha sido, desde su fundación en 1932, una de las más añejas de la Isla además de contar con una lista envidiable de directores que no es común encontrar en otras agrupaciones y mucho menos en estos tiempos de ensayo y error.
Las batutas al frente de La London, en una breve selección, incluye a Thomas Beecham, su fundador (apoyado por Malcolm Sargent) y gran impulsor, Adrian Boult, el pocas veces recordado William Steinberg, a pesar de su gran desempeño en América y Europa, Bernard Haitink, identificado por el periodo de esplendor de la Concertgebouw de Amsterdam, el siempre enérgico y sorprendente húngaro Georg Solti, Klaus Tennstedt y Kurt Masur hasta el hoy dÃa director principal Vladimir Jurowski.
Además de apoyar el imprescindible Festival de Ópera de Glyndebourne, la sede permanente de la London Philarmonic Orchestra es el Royal Festival Hall de Londres junto al Támesis, fácilmente identificable por su blanca estructura.
Siempre se habla del sonido, de la impronta, del ataque y afinación de las cuerdas y otras virtudes (o carencias) de una orquesta. En el caso de la LPO se mantiene en un nivel envidiable de calidad en estas y otras caracterÃsticas.
Fue la primera orquesta británica en proponerse emular con el nivel de sus análogas del continente y las norteamericanas y, quizás, la primera en poner a Gran Bretaña en el rango de los mejores conjuntos sinfónicos del mundo, un objetivo que promovió Beecham, allá por los años 20 del siglo pasado al escuchar a las disciplinadas y brillantes orquestas alemanas y neoyorquinas de visita por Inglaterra.
Una anagnórisis sinfónica que deberÃamos imitar. Ojo: los de este ensamble británico, consiguieron una pronta autonomÃa y el saludable apoyo de la iniciativa privada, es decir…
Tendremos la oportunidad de asistir a las presentaciones de la London Philarmonic Orchestra en tres diversas sedes, dos en el Distrito Federal (lunes 14 y jueves 17 de septiembre en el Palacio de Bellas Artes y el viernes 18 de septiembre en el Auditorio Nacional) y uno en Puebla (el martes 15 de septiembre en la Plaza de la Victoria).
Coincidiendo con las fiestas patrias, podemos adelantar que en el primer concierto en Bellas Artes, hasta donde sabemos y era lógico, predominarán los nombres de compositores británicos: Malcolm Arnold, Ralph Vaughn Williams y Oliver Knussen. También se anuncian la participación de la violinista británica Jennifer Pike y la soprano Olivia Gorra, como solistas invitadas.
De México, está anunciado Janitzio de Silvestre Revueltas y para los encore o pilones, que deben ser sorpresa, ya todos pensamos en uno que no fallará y, por lo tanto, no es necesario mencionarlo. En el programa que se dará en Bellas Artes y se repetirá en el Auditorio Nacional, se tocará la Segunda sinfonÃa, Resurrección, de Gustav Mahler con su hora y, lo que explica la inclusión del Coro de Birmingham junto al Coro de Bellas Artes, ambos bajo la dirección de Simon Halsey (esperemos que en este mano a mano, la coral mexicana saque la casta como ya lo han hecho antes).
La dirección de los conciertos de la Orquesta Filarmónica de Londres, será responsabilidad exclusiva de una mexicana cuyo nombre ha sonado insistentemente en su patria como la batuta nacional (incluyendo a los caballeros) con mayor proyección internacional, Alondra de la Parra, quien ha estudiado y trabajado en el extranjero.
Recientemente musicalizó en vivo, en el Auditorio Nacional, la icónica West Side Story, partitura de Leonard Bernstein, primero un exitoso musical de Broadway y, poco tiempo después, una pelÃcula que hizo historia y mucho dinero en taquilla.
En esta ocasión, Alondra de la Parra tendrá una gran responsabilidad al ponerse al frente de experimentados músicos (ya sabemos de las trampitas que les pueden jugar a los noveles) que acostumbran tener en el podio a renombrados directores.
Como quien dice, una prueba de fuego representando a los músicos mexicanos, sobre todo en la hora y media de duración con la Segunda de Mahler en la que deberá motivar a orquesta, coros y cantantes solistas.
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