Teatro

Exceso de equipaje, quince melodramas de Alberto Castillo

Por: Enrique R. Mirabal — 16 de marzo, 2015

Kasteel Teatro presenta Exceso de equipaje, obra de Alberto Castillo con direccion de Pilar Cerecedo, en el Teatro La Capilla, marzo 2015 El microteatro llegó para quedarse y Alberto Castillo Pérez (@CastilloCultura) es, entre nosotros, uno de sus más fervientes practicantes; sin embargo, el dramaturgo no se limita a seguir una fórmula –mal entendida y aún peor aplicada en la mayoría de los casos– sino que toma lo provechoso del minimalismo escénico para integrarlo en la estructura de sus obras.

El mejor ejemplo nos lo da en su más reciente trabajo, Exceso de equipaje, una producción de Kasteel Teatro que puede verse durante los martes del mes de marzo y hasta el 7 de abril en el Teatro La Capilla en Coyoacán.

Desde el título y siguiendo el diseño del programa de mano, no es ninguna sorpresa que nos enfrentemos al metafórico exceso de equipaje que cargamos a través de nuestras vidas y que no se mide en kilos sino en arrugas, neurosis o bilis, poniéndonos optimistas en los resultados. La obra que no excede la hora de duración, se divide en quince microdramas –definición del autor– y sigue un esquema fácilmente identificable con el término musical de tema y variaciones.

Kasteel Teatro presenta Exceso de equipaje, obra de Alberto Castillo con direccion de Pilar Cerecedo, en el Teatro La Capilla, marzo 2015 No hay una exposición como tal, viene implícita en la primera aparición de Romina Coccio y Miguel Conde, los actores que llevarán todo el equipaje emocional a cuestas para mostrarnos las diversas aunque no siempre opuestas maneras de relacionarse de una pareja, en este caso, hombre y mujer aunque cabrían otras permutaciones.

Las diferencias en el tono y los recursos expresivos entre los microdramas se marca con desplazamientos en el espacio escénico que delimitan tiempo y lugar, transformaciones en la ropa y los aditamentos para caracterizar personajes pero, sobre todo, en la interacción entre los personajes, en el toma y daca entre Coccio y Conde, dirigidos con destreza y creatividad por la también actriz Pilar Cerecedo, cercana colaboradora de Castillo Pérez en otras obras.

En Exceso de equipaje, ningún detalle queda al azar, todo está calculado para imprimirle el ritmo y la dinámica necesarias para no perder la atención ni el interés del espectador a través de los quince cambios que marca el texto.

Kasteel Teatro presenta Exceso de equipaje, obra de Alberto Castillo con direccion de Pilar Cerecedo, en el Teatro La Capilla, marzo 2015 Por fortuna, los diálogos y los acentos actorales van dirigidos al acercamiento cómplice con la audiencia, a la identificación con episodios si no vividos, al menos observados de cerca. No hay introspecciones sicoanalíticas ni sesudas (aburridísimas) a la Ingmar Bergman ni la impostación seudointelectual que caracteriza los diálogos de Woody Allen ni mucho menos azotes feministas con regusto reivindicativo.

Todo fluye con humor no exento de agudeza, con cierta resignación ante la pérdida y la deducción implícita de que es mejor aligerar el equipaje a acarrear maletas de resentimientos y frustraciones. Sin tanto rollo y con muchas sonrisas y risas, la verdadera catarsis que no todos saben encontrar.

Al final, se antojan nuevas situaciones y más rupturas liberadoras, algo así como microdramas alternos que se intercambien en las funciones. El tema es tan inagotable como la imaginación del autor que se manifiesta muy cómodo y suelto en el lenguaje, de entrega inmediata y con giros sorpresivos en cada momento.

Exceso de equipaje, produccion de Kasteel Teatro, texto de Alberto Castillo y direccion de Pilar Cerecedo, se presenta en el Teatro La Capilla, marzo 2015 A destacar, la escenografía de Hasam Díaz, el vestuario de Óscar Vázquez Lozano y la magnífica música incidental de Rodrigo Flores López que respeta el principio básico del compositor de teatro y cine, apoyar, subrayar, crear atmósfera pero nunca robar protagonismo.

La clave del éxito, palpable en la respuesta entusiasta del público, la elección de los ágiles y carismáticos actores y la empatía entre ellos lograda por Cerecedo, poseedora de un sentido del timing que es imprescindible en una obra como Exceso de equipaje, una obra redonda a la que, en contrapunto con su título, nada le falta, nada le sobra. Ni un monosílabo.

De Alberto Castillo Pérez, también podemos ver otra de sus obras recientes, Chayote, un regalo dulce pero espinoso, estrenada en una habitación de hotel y que ahora se muda a El Milagro de Milán 24. Del 14 de marzo al 26 de abril. Sábados a las 21 horas y domingos, a las 20 horas. Presenta Kasteel Teatro. Fotos: Alfredo Millan.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.