
Por: Enrique R. Mirabal — 1 de junio, 2008
Hace tres años, la compañÃa de ballet del Teatro Alla Scala de Milán, invitada por Ars Tempo, llenó el Auditorio Nacional con dos versiones de clásicos no vistas en México: El lago de los cisnes según la coreografÃa del ruso Bourmeister que difiere en algunos aspectos -no tantos como los deseados- de la tradicional puesta y Sueño de una noche de verano, creada por Balanchine a partir de la música incidental de Mendelssohn.
En esta ocasión, podremos ver la aderezada versión de Rudolf Nureyev del ballet Don Quijote. Como era de esperarse, los italianos cargarán con su costosa producción y conjunto danzario en pleno, excluyendo algunas estrellas que serán suplidas por invitados especiales procedentes de Rusia para interpretar los papeles principales.
Don Quijote ha sido una pieza clave en la propagación del ballet ruso en Occidente y este detalle, precisamente, asomó apenas hace cuatro décadas. Estrenado en Moscú en 1869, con coreografÃa de Marius Petipa sobre la música de Ludvig Minkus, fue montado poco tiempo después en el Mariinsky de San Petersburgo (Kirov de Leningrado en los tiempos en que Nureyev bailó en él) y sufrió modificaciones a través de los años, principalmente debidas a Alexander Gorsky, el mismo que desharÃa el trazo original de Petipa en El lago de los cisnes.
Con el éxodo de Les Ballets Russes y sus grandes estrellas que plagaron los escenarios de Europa y, más tarde América, con virtuosismo, novedades estéticas y su carga de exotismo, los egresados de la Academia Imperial iniciaron una renovación en la danza occidental y, en algunos paÃses, el verdadero inicio de la tradición del ballet, conservando y renovando las coreografÃas aprendidas en tierra natal.
Además del célebre caso de Nikolai Sergeiev que llevó consigo archivos y apuntes, destacan los coreógrafos que cimentaron el ballet del siglo XX como Fokine, Lichine, Massine y un larga lista de ines que se corona con Balanchine. Hubo muchos más, entre ellos, Anatole Oboukof, maestro y coreógrafo, cuya versión del pas de deux de Don Quijote fue bailada por estrellas del American Ballet Theater. Fuera de esta pieza, el ballet completo quedó excluida hasta que la deserción de Nureyev en 1961 lo convirtiera en coreógrafo y decidiera dar su visión de Don Quijote en la Opera de Viena en 1966.
En 1980, Rudolf Nureyev montó en Milán su Quijote y lo bailó con la prima ballerina italiana Carla Fracci, quien dicho sea de paso, nunca fue una Kitri destacada, entre otros elementos, por carecer de una fuerte técnica y aptitudes fÃsicas indispensables para bailar el papel de Kitri, el principal personaje femenino en este ballet. En México, el Boston Ballet nos visitó en 1982, invitado a un Festival Cervantino en el que Nureyev, primer bailarÃn, se enfrentó a los caprichos de una primera dama.
En el Palacio de Bellas Artes, Nureyev, lui même, bailó su versión de Don Quijote con Lucette Aldous y una de las dos Yoko (Ichino o Morishita). Existe una filmación del Don Quijote de Nureyev con el Ballet de Australia y Robert Helpmann que puede encontrarse en tiendas especializadas en DVDs de danza. En todos y cada uno de estos montajes (el del Ballet de la Opera de Paris con Dupont y Legris también está a la venta) saltan a la vista las virtudes y los traspiés del coreógrafo/adaptador.
De lo que vio y bailó en Leningrado, queda el lastre de la excesiva pantomima y de un estado primitivo de la danza clásica rusa con repetitivos pasos y poca exigencia técnica para los papeles secundarios. Otro punto que no favorece artÃsticamente a esta concepción es la orquestación innecesaria y mercantilista que John Lanchberry hiciera de la música original de Minkus, lucrativa asociación que se repetirÃa en otros ballets.
Del otro lado, queda el espÃritu gozoso de la escuela rusa, el equilibrio entre el baile masculino y el reinado de las puntas, la capacidad de producir un gran espectáculo (a veces se revierte el efecto) y el sentido del humor que resta solemnidad a la trama. Generalmente, Nureyev encargó los diseños de sus ballets a escenógrafos de relumbre. El Ballet de la Scala sigue esta tradición con nuevos telones y colorido vestuario de Raffaele Del Savio y Anna Anni, respectivamente, asà como la aportación básica del buen desempeño de su corps de ballet, heredero de una antigua tradición o escuela que los rusos le devuelven a la casa matriz, vÃa Blasis, Cecchetti y el iluminado Nureyev. Fotos: Marco Brescia
Ballet del Teatro de la Scala de Milán
Obra: Don Quijote
CoreografÃa: Rudolf Nureyev
Música: Ludwig Minkus
Auditorio Nacional
Viernes 13 a las 20:30 hrs.
Sábado 14 a las 20:00 hrs.
Domingo 15 a las 12:00 hrs. y a las 17:00 hrs.
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una excelente puesta en escena donde fuimos testigos de un duelo de primeros bailarines, gracias por llega a mex
En que año bailo Rudolf Nureyev en México en el Palacio de Bellas Artes
. Me podrÃan decir por favor. Gracias