
Por: Claudia Magun — 30 de mayo, 2008
“Cuando la gente se concentra en la idea de belleza, está, sin concientizarlo, confrontándose con los pensamientos más oscuros que existen en este mundo. Eso, supongo, es de lo que están hechos los seres humanos” Mishima, Yukio, El Templo Dorado.
De la guerra y la furia incontenible en las conductas humanas, brotaron los polos antitéticos, la violencia y la belleza.
De este concepto tan ambiguo surge una trilogÃa concebida por Gabriela Medina, directora de Manga Video & Danza/ce Co., para conceptuar una propuesta interdisciplinaria que contempla tres obras sobre la base de ir más allá del espacio escénico para plantear una especie de instalación donde los elementos juegan un importante conjunto visual.
Un concepto que surge cuando Gabriela Medina y Mario Mario Villa vivÃan en Nueva York, el dÃa que comenzó la guerra contra Irak, una terrible experiencia que Gabriela recuerda fue cuando presenciaron una escena que realmente los marcó: “una golpiza que un empleado mexicano y el dueño de una tienda de origen chino propinaron a un indigente, por haberse robado unas latas de chocolateâ€.
De esta terrible acción surgieron Irritante y El Hershey Man, dos producciones ya estrenadas que dan paso a una nueva idea que se manifiesta de un tercer elemento que está siempre presente tanto en hechos gloriosos como lamentables: la indiferencia.
A partir de este fundamento, La Manga enfoca su investigación para crear El jardÃn del tartamudo, tercer espectáculo que continúa esta serie de producciones interdisciplinarias que la compañÃa inició en 2003.
Asà con esta creación, este grupo con una sólida trayectoria en el campo de la danza contemporánea y multidisciplina, confirma su interés por fundir el lenguaje coreográfico con diversas disciplinas de la escena y el conocimiento. Un concepto denominado MetodologÃa de Danza Teatral Integrada y Video (DTIV), la cual utiliza en su trabajo artÃstico, para impartir seminarios, y dirigir proyectos de investigación de movimiento con deportistas con discapacidad, luchadores, adultos, bailarines, coreógrafos, actores, niños y jóvenes en situación de calle, ciegos y débiles visuales, y de diversos estratos sociales y nacionalidades.
Fundada en 1994 por Gabriela Medina y Mario Villa, La Manga integra el trabajo de artistas de diferentes disciplinas quienes producen vÃdeo instalaciones coreográficas que se presentan en espacios para artes escénicas y visuales.
De esta manera, los integrantes se adentran en un proceso de reflexión creativa sobre la complejidad humana para percibir y generar, lo mismo belleza, que indiferencia y frialdad. En el El jardÃn del tartamudo, la coreógrafa se basa en una diversa gama de fuentes que incluyen un bebé de dos años de edad, las danzas de cortejo de los flamencos rosados de Mérida, la visión de niños de ocho años de zonas rurales en el Estado de México, las propuestas corporales de bailarines profesionales, las perturbadoras palabras del japonés Yukio Mishima sobre la belleza en su novela El templo dorado y una visita a los campos de concentración de Auschwitz y Birkenau en Polonia.
Cómplice condicional de esta travesÃa ha sido el artista visual Mario Villa, quien como director de arte concibe el espacio escénico de El jardÃn del tartamudo como: “un jardÃn zen, un espacio mágico donde se buscó una economÃa en términos visuales que tiene que ver con cuestiones simples geométricas y abstractas, las cuales no tengan referencia especifica sobre la diversidad temáticaâ€.
En el concepto musical de los tres proyectos participó Carlo Nicolau, quien realizó un contexto sonoro a partir de la temática de cada uno de los espectáculos. Otro de las colaboraciones que hicieron realidad este proyecto fue la participación Guillermo Maldonado, quien llevo a cabo el entrenamiento de los bailarines que participan en esta obra: Marcela Aguilar, Mario Alba, Mariana Granados, Esteban Inzúa, Miguel Mancillas, Evelia Kochen y Marilú Retana.
Este nuevo proyecto de La Manga que ha sido producido gracias al apoyo de la Reserva Nacional de Conservación de la Biósfera RÃa Lagartos de la CONANP, el Centro Regional de Cultura de Valle de Bravo, el Rancho PiscÃcola Los Alevines y el Conservatorio de Danza, FONCA, ha recibido el valioso apoyo de un diverso grupo de especialistas en distintas disciplinas que incluyen a Rosa MarÃa Barajas, David Carbonell, Héctor Ghigliazza, Raúl Francisco Gutierrez, Michelle Ingle, Rosario Manzanos y Marcela Sánchez.
El viernes 30, sábado 31 de mayo y el domingo 1 de junio, en el Teatro de la Danza del Centro Cultural del Bosque, se presenta El jardÃn del tartamudo, visión coreográfica que explora una dramática corporal en un sutil encuentro entre el lenguaje del movimiento, el arte visual y la música. Una experiencia escénica que parte de la búsqueda permanente para la renovación del lenguaje estético.
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