
Por: Oswaldo Valdovinos — 16 de mayo, 2006
Todo principio irrefutable está basado en la incertidumbre ante lo extraordinario… Asà pues, es mejor dar por sentado una verdad absoluta que tolerar la posibilidad de interpretaciones y lecturas diversas para un mismo hecho, o al menos eso sostienen quienes temen al abismo y prefieren quedarse en el borde antes que saltar al vacÃo en pos de quebrantar las fronteras para encontrarse inmersos en una encrucijada, que si bien no conduce a la verdad, da la oportunidad de inmiscuirse en lo fantástico y lo quÃmerico.
Bajo tal perspectiva, los hallazgos de esa búsqueda pueden conducir a situaciones en apariencia carentes de sentido, pero de una congruencia interna que por sà misma está basada en un discurso capaz de sostenerse en sus propios cimientos y aguantar cualquier embate que pretenda quebrantarla.
Y es en este úlmino sentido que se puede incribir la Temporada de Primavera que el pasado 30 de abril, el Ballet Teatro del Espacio concluyó en el Teatro Espacio Cultural, conformada por las coreografÃas “Hasta la ternura siempre”, de Etienne Frey y “El miedo, recuerdos del futturo”, de Michel Descombey.
“Hasta la ternura” siempre versó sobre unos individuos que enfrentan la amenaza de ser conquistados, pero que, en lugar de pelear, disfrutan del amor y la ternura de sus semejantes. “Se trata de una obra larga que, además, da la posibilidad a los integrantes de Ballet Teatro del Espacio de bailar con un estilo distinto a lo que venimos haciendoâ€, explicó Michell Descombey, director artÃstico de la compañÃa.
En cuanto a “El miedo”, recuerdos del futuro, basada en un cuento de Oscar Wilde, fue una coreografÃa de Descombey que abordó diferentes manifestaciones del miedo. “Todos sabemos que el poder se sostiene a través del miedo, pero hoy dÃa también se le teme a las guerras, las masacres, el peligro inminente de que algún dÃa despertemos sin agua, el calentamiento global o la desaparición de paÃses por inundaciones, lo cual quiere decir que hay un gran miedo por parte de la sociedad… algo que todos sentimos en un momento dadoâ€, señaló el coreógrafo.
En este sentido, también señaló Descombey, que “mientras la danza clásica mantiene su fuerza en la técnica y el virtuosismo, aunque sus temas sean cuentos de hadas, la danza contemporánea aborda “una poética de lo socialâ€, porque nuestra existencia depende de elloâ€, ya que “el papel de la danza contemporánea es lograr interpretar una realidad, a través de sÃmbolos y metáforas, sin importar que su mensaje sea abstracto. Buscamos, mediante el movimiento, que la gente reaccione a nuestras propuestas, pero lo más importante es que llegue a su sensibilidadâ€.
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