
Por: Claudia Magun — 1 de mayo, 2008
La compañÃa Mandinga Mar presenta en el Teatro de la Danza La Zaranda, obra coreográfica que contó con el apoyo del Programa de Fomento a Proyectos y Coinversiones del FONCA. Del cómo nace y se crea esta producción trata esta entrevista con Irene MartÃnez, directora de la compañÃa.
¿Cuál es el hilo conductor de La Zaranda?
A partir de la observación del fenómeno climatológico de la sequÃa, que con tanta frecuencia afecta a nuestro paÃs y ha marcado definitivamente la historia del mundo, esta obra es una reflexión sobre la ecologÃa que busca alternativas frente la devastación de la naturaleza que estamos viviendo.
¿Qué elementos retomas en la construcción de esta obra coreográfica?
Concibo el quehacer coreográfico como un permanente buscar, proponer, observar, intuir, suponer, indagar, pedir, preguntar, confesar, sugerir, oÃr, provocar. He trabajado La Zaranda, desde esta perspectiva y para mà lo más importante es que en el discurso están presentes pensamientos, convicciones, emociones y, por supuesto, la creatividad de los bailarines y bailarinas que participaron en el proceso. En esta obra exploro la sonoridad que puede producir el movimiento en interacción con los elementos escenográficos.
¿Cómo integras movimiento, música y tradición con la visión de la danza contemporánea?
La danza interactúa con la escenografÃa que está conformada por cáscaras de fruta seca que son tradicionales de nuestro paÃs. La música fue compuesta por Gerardo Tamez especialmente para la obra y trabajamos en estrecha colaboración. A veces el movimiento inspiró la música y otras la música spiró el movimiento. De la constante interacción de estos elementos nace La Zaranda, que definitivamente refleja el espÃritu de nuestro tiempo.
¿Qué representa para ti la danza?
Una forma de estar en el mundo y comprenderlo, de expresar, comunicar y sobre todo compartir. Una manera de acercarme a lo más Ãntima del sentir humano.
Mandinga Mar
Dirección escénica: Irma MartÃnez RÃos
La Zaranda
Teatro de la Danza
12, 19 y 26 de mayo
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La zaranda es un cernidor. No todo pasa a través. Pero lo que pasa es esencial, para la vida, para el movimiento, para el futuro de la especie y de las especies.
Quien provoca la cadena de movimientos, provoca una reacción que afecta a diferentes niveles de lo real y de lo simbólico. Nadie está exento, aun entre esos que compartimos una lengua, una expresión por medio de signos, de sentir el vértigo y la angustia de la canÃcula. La sed, el hambre nos salvan, depredadores, o carroñeros miserables pero rex, mientras mantengamos el esfuerzo, el movimiento y la cadencia. Viva la vida.