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Por: Paola Zamora — 1 de octubre, 2014
Un escenario nada ostentoso, la luz tenue alumbra un radio y unas esculturas que se dificultan observar, un diván que presume de resolver muchos dilemas y la espera de un diálogo sin precedentes. Asà es como inicia La última sesión de Freud, con una escenografÃa detonadora de argumentos tan cuestionables como subjetivos.
Sergio Klainer y DarÃo T. Pie dan vida a dos personajes tan excluyentes como complementarios, personajes que bajo la dirección de José Caballero crean imágenes tan vÃvidas y nÃtidas que uno puede trasladarse de inmediato al Londres de los años 40. La puesta en escena, llevada a cabo en el Teatro Helénico, celebra la vida de Sigmund Freud, padre del psicoanálisis y figuras icónica del siglo XX, quien falleció el 23 de septiembre de 1939, apenas 22 dÃas después del comienzo de la Segunda Guerra Mundial.
La última sesión de Freud, se centra en el debate que Freud entabla con Clive Staples Lewis, autor de Las crónicas de Narnia y un creyente devoto sobre la importancia de Dios, diálogo que emerge en medio de un mundo que parece desmoronarse y que pone en tela de juicio cualquier argumento a favor o contra. La esencia de esta discusión radica en la eterna pregunta que el ser humano se ha hecho a lo largo de la historia: ¿Dios existe?
Es asà que sobre la escena vemos un juego dialéctico que expone esta creencia divina como el génesis de los mitos y leyendas predominantes en toda la sociedad, argumentación dramática que se da en medio de la decadencia de una civilización que teme a los cambios y que adopta lÃderes que masacran y arrasan con los diferente.
En el estudio del padre del psicoanálisis en Inglaterra, Freud y C.S. Lewis se confrontan y dan paso a sus mejores argumentos para resolver la más grande duda de todos los tiempos, intentan cada uno con sus problemas, dudas, esperanzas e ideales, tratar de convencer y alegar qué es lo más conveniente para una situación como la que ellos están viviendo, donde el cáncer terminal que aqueja a Freud y el temor a la guerra que experimenta Lewis son el marco perfecto para la realización de un razonamiento digno de dos vertientes opuestas.
Sin duda, La última sesión de Freud se centra en la existencia o no de un ser divino pero también se enfoca en temas como el amor, la muerte, el sexo o la relación con los padres, ¡Tan tÃpico del psicoanálisis! Sin embargo, a pesar de que son temas que devienen de una pregunta, estos se lÃan fácilmente al problema en cuestión.
Todo lo que nos rodea se relaciona pues son variables interdependientes que se complementan entre sà y que nos forman un criterio ante algo o alguien, es decir, lo que nos rodea moldea nuestro pensamiento y personalidad, por ende, es necesario que la búsqueda de respuestas a estos tópicos esté ligada a sà se cree o no en un ser superior.
Provocar el debate y el intercambio de ideas es probablemente lo que La última sesión de Freud busque, incluso la diversión se encuentra aquà pero más que eso es poder acerca este tipo de textos al público en general. Es decir, no se necesita saber mucho de Freud o de C.S. Lewis para comprender las múltiples referencias que se hacen a sus libros, artÃculos y/o relaciones con personajes sumamente importantes para la historia de la humanidad.
La obra es un esbozo de lo basto de los argumentos pero esto jamás deja al espectador en un estado de confusión o de inquietud, al contrario incita a que se quiera indagar más de los personajes principales.
En cuanto a la parte histriónica, Sergio Klainer y DarÃo T. Pie, quienes personifican a Sigmund Freud y C. S. Lewisse, respectivamente, el maestro José Caballero hace que los actores encarnen a personajes tan emblemáticos de forma justa e impecable, cada lÃnea de texto y cada movimiento escénico que realizan es un viaje interminable que nos adentra como público a dos mentes brillantes en un punto de quiebre de la historia contemporánea.
Escrita por el estadounidense Mark St. Germain, quien se baso en el ensayo La interrogante de Dios del doctor Armand M. Nicholi, y con la tradución de Andrés Roemer, La última sesión de Freud es una obra que se disfruta, que exige la atención del espectador y que en conjugación con la escenografÃa y la ambientación logra ofrecerle al público una tarde de dudas, debates y reflexiones pues finalmente, cada uno tiene su propia versión de la existencia o no de un ser divino.
La última sesión de Freud se presenta de viernes a domingo, en el Teatro Helénico del Centro Cultural Helénico, un debate que va más allá de lo ideológico, puesta en escena que lleva lo filosófico a la vida diaria, que confronta la fe con la ciencia y que, sin duda, enfrentará al espectador con sus convicciones más fervientes, cualquiera que éstas sean. Fotos: Yanko Bribiesca.
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