Ausencio Cruz y Daniela Zavala en un duelo shakesperiano que ataca el intelecto

Por: Claudia Magun — 5 de mayo, 2014

“Las ciudades son monstruos que vomitan basura”, fragmento de Próspero sueña a Julieta…

Con la genialidad histriónica que le caracteriza, Ausencio Cruz nos lleva por los pasajes oníricos de Próspero sueña a Julieta (o visceversa), un planteamiento escénico que como dice Ignacio Flores de la Lama, quien lleva la dirección de la obra: “invita a jugar dentro de dos obras emblemáticas, La tempestad y Romeo y Julieta”.

Próspero sueña a Julieta (o visceversa) de la Caja Negra Producciones llega al Teatro El Galeón del Centro Cultural del Bosque (de jueves a domingo, hasta el 1 de junio), en el marco de las celebraciones por el 450 Aniversario del nacimiento de William Shakespeare, un texto soberbio donde José Sanchis Sinisterra da una relectura de estas dos historias a partir de dos personajes que tratan de encontrarle sentido a su existencia.

“José Sanchis, le hace a Shakespeare lo mismo que el dramaturgo inglés hizo, es decir, reinterpretar historias”, Ignacio Flores de la Lama.

Una más de esas propuestas célebres de este autor español que con su acostumbrado dominio de la dramaturgía, desentierra a una icónica dupla en un juego escénico donde Ausencio Cruz como Próspero, acompañado por la actriz Daniela Zavala, la Julieta de Shakespeare, entablan un duelo de entredichos sarcásticos que inicia con el primer sueño de Próspero, continúa con el de Julieta, para rematar en un tercer acto donde ambos personajes se encuentran en un pasaje paralelo en el que como dice el maestro Flores de la Lama, “no se sabe si Próspero sueña a Julieta, Julieta a Próspero o alguien más está soñando con ellos”.

Es así que el público vive la obra de Sanchis Sinisterra a través de Próspero, un hombre maduro experto en el arte de la seducción, que al mismo tiempo que es delirante también es totalmente lucido, llorando y con achaques trata de entablar un dialogo con el espectador para explicar los motivos de su conducta.

El espectador también se encuentra con una Julieta quien en el cuerpo de una mujer adulta representa esa juventud impetuosa que desafía y arremete a la vida, y con ese sentido naif que caracteriza la inocencia revive sus recuerdos como si acontecieran en el momento, citando frases sobre aquella la historia de los eternos enamorados.

Sin embargo, la historia que ahora registra la heroína en su mente no es igual a aquella fantasía que vivió hasta su muerta como la romántica damisela que con la candidez propia de la juventud creía en el amor… Esa tan fallida ilusión que comparten las mujeres de todos los tiempos que con los ojos cerrados y el corazón abierto esperan a su Romeo…

Próspero sueña a Julieta (o visceversa) es una historia de sueños pero también de verdades donde un hombre defraudado declara, “Uno quiere despertar a las Ciudades que están llenas de injusticia”, una de tantas frases que como muchas de aquellas que se escribieron desde siglos atrás se asoman con ironía a partir de dos protagonistas ficticios que hablan del presente y sus realidades en la vida de todo hombre, de cualquier tiempo, de cualquier sitio…

Un teatro de ocurrencias, donde con ese sentido chusco y ese manejo del escenario, vemos a un Ausencio Cruz moviéndose como pez en el agua, dándole vida al viejo sabio y hechicero que se ve atrapado en una isla donde busca la venganza, mientras una despistada Julieta, quien representa esa juventud impetuosa, declara “No saber, no querer esperar”.

¿No es acaso eso lo que le sucede al ser humano?, que idealizando un futuro no concretado deja pasar el presente, lo real sin artificios, porque como dice la misma doncella “Aún esperando, confundo el sueño con la vigilia”.

Eso y más hacen Zavala y Cruz, dos actores que dan coherencia a las palabras de José Sanchis Sinisterra quien con su irónica pluma nos descubre a Própero y Julieta, dos personajes shakesperianos que en una mordaz caracterización lanzan dagas que buscan penetrar en el entendimiento de los hombres…

“Shakespeare continúa vigente, y estos textos son tan grandes que cualquier persona puede entenderlos, porque aunque no tenga antecedentes de las obras son una reflexión sobre el teatro desde el teatro”, Ignacio Flores de la Lama. Fotos: Jorge Vargas/Conaculta.