Por: Marcela Chávez — 15 de febrero, 2008
Aplaudido como un artista capaz de transformar su voz en un instrumento más que reproduce los sonidos más variados, Bobby McFerrin llega al espacio por excelencia de la cultura en nuestra ciudad, el Palacio de Bellas Artes.
Ganador de más de diez Grammy, incansable explorador de las múltiples formas de la música, con una amplia experiencia también como director de orquesta –herencia de su progenitor, el también director Robert McFerrin–, este neoyorquino saltó a la fama, casi de manera involuntaria, con el tema Don’t worry, be happy, inlcuido en el soundtrack de la pelÃcula Cocktail (1988) protagonizada por Tom Cruise.
Sin embargo, más allá de la popularidad del tema, que en su momento se mantuvo por muchas semanas en el No. 1 de las listas de popularidad, el artista ha logrado venecer el éxito efÃmero para mantenerse en el gusto del público como un consagrado a base de una gran técnica vocal y un basto conocimiento musical.
La diversidad de su trabajo lo ha llevado a colaborar con artistas de la talla del prestigiado violonchelista Yo-Yo Ma; los jazzÃstas Chick Corea y Herbie Hancock; asà como un buen número de orquesta internacionales, entre las que se encuentran la Filarmónica de Nueva York, el Cleveland Orchestra, la Chicago Symphony, la Orquesta de Filadelfia, la Filarmónica de Viena y la Saint Paul Chamber Orchestra.
Su capacidad para recorrer desde el clásico, el jazz, la capella, el folk, el pop y una multitud de influencias de músicas del mundo que recorren el tiempo, hacen que sus presentaciones mantengan a los asitentes expectantes. Su magia, que ya ha sido probada en nuestro paÃs, se crea a partir de los sonidos guturales que reproduce y que ya ha logrado imponer como un estilo propio. Sus actuaciones expresan su gusto y fascinación por una disciplina que domina y que siempre está dispuesto ha enriquecer.
En su presentación en nuestro paÃs, en Guadalajara (13 de febrero) y el Distrito Federal (jueves 14 y domingo 17), McFerrin se presenta solo… situación que no le es desconocida y que representa para él un atractivo especial al salir a escena, el reto es mantener al público pendiente de sus improvisaciones, del ritmo y estilo que ejecutará para producir en éste desde la sorpresa, admiración y por supuesto, alegrÃa.
Rockero en sus orÃgenes, la diversidad que expone y demuestra en sus conciertos colocan a Bobby McFerrin como una excepción en la música, un innovador e improvisador que no conoce fronteras.
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verdaderamente es una estrella y para mi concepto este personaje no tiene fronteras y por lo tanto no es efimero,
el es muy buen cantante literalmente hablando.