Teatro

Reencuentros familiares

Por: Oswaldo Valdovinos — 1 de abril, 2006

La casa suspendida de Michel Tremblay Todo mirada hacia el pasado conlleva una introspección hacia el interior. De los vestigios grabados en la memoria se recupera aquéllos que aún tienen significado alguno en el presente, de tal manera que esa retrospectiva no se quede en el simple hecho de volver la mirada hacia atrás, sino que se convierta en un antecedente que ha de influir en el presente.

Bajo esta premisa es que se inscribe la obra La casa suspendida, de Michel Tremblay, bajo la dirección de Raúl Quintanilla. A partir del concepto del la simultaneidad de espacio y tiempo, la acciones suceden en tres realidades simultáneas, en una misma noche: una en 1910, otra en 1950 y una más en 1990.

La casa suspendida se presenta en el Teatro Orientacion A partir de este juego de realidades alternas se cuenta la historia de una familia vista en tres noches que acontecen de forma paralela en el escenario. En este contexto el autor hace una revisión del sentido de la familia, su capacidad destructiva, el manantial del mundo sentimental que implica este núcleo y la manera en que ha cambiado el concepto de cotidianeidad, convivencia y sentido de vida con el paso del tiempo.

Tres épocas distintas que se unen a través del recuerdo. Personajes complejos aferrándose a su única herencia: la memoria. Una historia llena de nostalgia que apela a la fantasía de la imaginación, en donde la realidad dolorosa se abandona por momentos.

En este sentido, la apuesta de Quintanilla está dirigida a recuperar el escenario donde se privilegie la palabra para llegar a grandes intensidades humanas, al grado de la obsesión de lo que significa para él la actoralidad.

Casa suspendida, bajo la direccion de Raul Quintanilla. “Hay dos cosas que son fundamentales en la teatralidad, primero el actor y segundo, en este momento, la palabra. Con esta idea, cuando leí La casa suspendida lo que más me interesó fue la posibilidad de crear atmósferas en el escenario y de entrarle a algo que se ve cada vez menos, una actoralidad que se atreva a puntos de explosión de la realidad. Para llegar a grandes intensidades en el desarrollo de la puesta se necesita un texto que tenga como privilegio una situación interesante, pero sobre todo muy bien descrita a partir de palabras precisas e ideas muy claras”, Raúl Quintanilla.

El elenco de La casa suspendida está integrado por Arturo Beristáin, Víctor Huggo Martín, Fabián Corres, Karina Gidi, Patricia Eguía, Dora Cordero, Juan Carlos Vives, Cristóbal Martínez y Carla Carrillo. La escenografía e iluminación están a cargo de Phlippe Amand, el vestuario de Cristina Sauza. Las funciones se realizarán de jueves a domingos en el Teatro Orientación del Centro Cultural del Bosque. Fotos: José Jorge Carreón.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.