Razones para ser bonita nos habla de la vacuidad en el pensamiento de la sociedad actual

Por: Roberto Sosa — 19 de agosto, 2013

La sociedad moderna dicta los parámetros en el vestir, vivir y hasta en el cómo ser “feliz”. Uno de los principales dictámenes para ser feliz es la belleza, según los cánones sociales si el espejo no refleja un bello rostro y una hermosa figura el arte de la felicidad dificilmente se puede alcanzar. En este sentido, supuestamente los feos y gordos de antemano están condenados, no importando inteligencia, valores espirituales, sentimientos, et., etc., eso queda de lado.

Para triunfar y ser feliz hoy en día, se debe estar bien buena –en el caso de las mujeres–, se puede decir que nalgas, senos y piernas tienen un valor por encima de otras cualidades. En el caso de los hombres, también se necesita tener un buen físico, un buen perfil, un cuerpo musculoso, vestir bien y… en ambos casos se debe ser joven, en las sociedades occidentales como la nuestra, ser viejo es una tragedia… la tragedia de la vejez.

Sobre esta idea, el dramaturgo Neil La Bute escribió una trilogía que explora la “belleza”: La forma de las cosas, Gorda (que se presentó en México en el Centro Cultural Manolo Fábregas, con la actuación de Héctor Suárez Gomís) y Razones para ser bonita, cuyo estreno se llevó a cabo 2008 el Greenwich Village y un año más tarde a Broadway, además en 2011 llegó a la escena teatral londinence.

Avalada por el gran éxito que alcanzó en los escenarios internacional y varios de los más codiciados premios, Razones para ser bonita llega a México para presentarse en breve temporada en el Teatro San Jerónimo, bajo la dirección de Diego del Río (Espejos en 2012 y el éxito El chofer y la señora Daisy) y las actuaciones de Ludwika Paleta, Luis Gerardo Méndez, Sophie Alexander-Katz y Arturo Barba. Se trata de un texto que pone en contexto las relaciones de dos parejas a partir de la perspectiva que el autor plantea sobre la obseción que representa la apariencia física como instrumento de poder y detonante de los sentimientos.

Una obra divertida y a la vez conmovedora que versa sobre las opciones y los sacrificios que estamos dispuestos a hacer en la búsqueda de ese ideal tan difícil de alcanzar: la felicidad. Una historia fresca que versa sobre dos parejas que comparten una amistad originada en su revelación laboral.

La primera pareja, Pepe (Luis G. Méndez) y Stephanía (Sophie Alexandr-Katz), tienen una relación que cambia radicalmente, a consecuencia de un comentario que él hace a un amigo con respecto a su pareja: “Mi novia no es una belleza cómo…”. Lo dice Pepe, lo escucha Stephanía, a partir de esto, ella decide dar por terminada su relación, no soporta tener una cara promedio y vivir con alguien que no le diga que está bonita.

La segunda pareja de Lucía (Ludwika Paleta) y Ricardo (Arturo Barba), tampoco marcha por buen camino. La belleza de Lucía no es garantía de fidelidad por parte Ricardo. Embarazada se entera de la infidelidad de su pareja. Sentada en medio del escenario, con una luz que apenas ilumina su rostro, reflexiona: “las bonitas también pagamos un precio, cómo las feas, pero en otro sentido”. El acoso sexual lo viven las mujeres, día a día y en todos los ámbitos, no importa si se tiene o se carece de belleza.

Razones para ser bonita, es un proyecto interesante, que se apoya en un buen texto, buenas actuaciones y una buena dirección, en lo que respecta a la escenografía, se trata de un diseño totalmente minimalista (pero muy mínimo) apenas una meza y dos sillas sobre el escenario. En su visión escénica, Diego del Río apostó y se gastó el presupuesto en enormes pantallas que colocó al fondo del escenario y se apoyó en la multimedia para realizar el montaje.

Razones para ser bonita, nos habla de la vacuidad en el pensamiento y en el comportamiento de la sociedad actual. Vivimos en comunidades vacías, carentes de valores, donde lo importante es la apariencia, donde se pondera el aspecto y la gente busca los motivos para no ser fea…