
Por: Susana Fernández — 7 de marzo, 2006
Los ecos de la música ya se oyen, el ritmo de la danza está por apoderarse del escenario, el silencio del teatro anuncia que la tercera llamada ha sido dada y que de un momento a otro la XXII edición del Festival de México en el Centro Histórico (FMCH) está por comenzar.
Reconocido ya como un punto de encuentro, donde más allá del público cautivo que año con año logra congregar asisten más curiosos de lo que podemos imaginar, el Festival se ha convertido en una ventana hacia lo que algunos llaman la fiesta de las artes, misma que después de dos décadas se mantiene y va en aumento en la oferta de espectáculos de gran calidad.
Distinguiéndose por ser un espacio de difusión musical básicamente, el FMCH ha sido marco de importantes manifestaciones juveniles y no tanto, desde la sorprendente convocatoria que Wynton Marsalis y la Lincoln Center Jazz Orchestra tuvieron en el Zócalo de esta Ciudad en el 2004, hasta la transformación que tuvo el Love Parade y el Tecnogeist en 2002, cuando la catarsis electrónica se convirtió en una manifestación polÃtica que reivindicó la lucha de los espacios públicos y por la defensa de la ley para jóvenes. Dato que debemos tener presentes ya que este hecho evidenció la polÃtica de “tolerancia†y “apertura†a espectáculos no convencionales de unos que hoy son candidatos y de los que aún no conocemos su propuesta cultural para esta Ciudad, pero en el ánimo de no perdernos y celebrar en esta ocasión únicamente la llegada del Festival, ese será tema que en otro momento habremos de abordar con la seriedad e información requerida.
Es asà que el Festival es mucho más que dos semanas de espectáculos, se trata de una iniciativa que ha ido creciendo, con todos los milagros económicos que esto implica, sin sacrificar la calidad y diversidad de los artistas que presenta.
Prueba de esto son las diversas actividades programadas en los espacios de RADAR y Radical Mestizo. El primero se ha caracterizado por ser una plataforma para la música contemporánea y de vanguardia en nuestro paÃs, a la vez que ofrece una posibilidad de acercamiento a las corrientes artÃsticas que exploran las posibilidades que ofrece la tecnologÃa. Por su parte, Radical Mestizo es un espacio que se ha dado dentro del FMCH a las expresiones de mestizaje culturales de distintos puntos del planeta y que cada año trae artistas que están innovando las corrientes musicales, tal y como ocurrió el año pasado con Sidestepper y que este año promete con los colombianos de Aterciopelados y los franceses de Mouss et Hakim.
En fin, a hacer espacio en la agenda y tomar nota de los espectáculos que en esta ocasión es como en botica y hay mucho de donde elegir. No olviden consultar las recomendaciones semanales de Interescena y de nueva cuenta la invitación para quienes quieran compartir la experiencia del escenario con nosotros.
Susana Fernández
susana@interescena.com
Claudia Magun
cmagun@interescena.com
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