Teatro

Más pequeños que el Guggenheim, excéntricos pero divertidos

Por: Josué Romero — 1 de junio, 2013

Mas pequenos que el Guggenheim, obra de Alejandro Ricano, se presenta en el Centro Cultural Helenico, junio 2013 “Nuestra intención es re-instituir la fe en el teatro, especialmente el hecho en México, además de tratar de traer de regreso a todos aquellos que lo han abandonado como una opción de entretenimiento divertido y satisfactorio”, Alejandro Ricaño.

En el terreno de las artes escénicas, a veces, la solemnidad se vuelve una constante. Hay pinturas, esculturas y obras de teatro obligadamente ceremoniosas. Densas y rete-serias. Cuidadito y si sonríes.

Es entonces, cuando se agradece que haya escritores y directores menos suntuosos pero igual de intensos y talentosos: Tal es el caso de Alejandro Ricaño —originario de Xalapa, Veracruz—, quien fuera ganador del Premio Nacional de Dramaturgia 2008, precisamente con la obra Más pequeños que el Guggenheim.

“Hay obras que hacen reír mucho y se quedan en eso, acá hacemos reír para desarmar al público para contarles una historia dolorosa, sensible, cuyo objetivo es conmover. La obra no es cursi ni pretenciosa, no busca hacer llorar, es inevitable lo que le pasa a los personajes y es inevitable lo que sienta el espectador, es difícil que éste no salga conmovido de la obra. Si uno va al teatro y no se conmueve no tuvo ningún sentido asistir”, Alejandro Ricaño

Mas pequenos que el Guggenheim, obra de Alejandro Ricano, se presenta en el Centro Cultural Helenico, junio 2013 Más pequeños… es una propuesta que puede ser la biografía de cualquiera de nosotros. La historia comienza cuando, al concluir sus estudios, Sunday (Adrian Vázquez) y Gorka (Austin Morgan) viajan a Europa en busca de las mieles del éxito en el teatro (nada de probar suerte, sólo encontrar el éxito y la fama), situación que se convierte en un reverendo y rotundo fracaso. ¿Alguna vez has vivido una historia parecida?

Con el fracaso a cuestas, los dos compañeros regresan a México. Tres meses bastaron para conocer el sabor de la derrota. Situación que provocó que no volvieran a hacer teatro y además, dejarse de verse durante diez años. A los amigos nos pasa mucho de eso.

Mas pequenos que el Guggenheim, obra de Alejandro Ricano, se presenta en el Centro Cultural Helenico, junio 2013 Cuando se (re)encuentran regresan los planes y los proyectos. Aparecen las ganas de hacer teatro de nuevo y quieren montar una obra que les devuelva el sentido a sus vidas y con esto, de alguna manera combatir el fracaso, pero sobre todo, la soledad.

A esta nueva empresa se les unirán un albino bizco y huérfano llamado Al (Miguel Corral), un oligofrénico cajero de un mini-super que sueña con ser actor y dice llamarse Jamblet (Hamlet Ramírez).

Ellos, los cuatro, comienzan a montar una obra hilarante que a la larga será un barco rompehielos para surcar las regiones más frías e inhóspitas del mundo. En suma, dejarán de ser, todos, insignificantes.

“En algún momento nos hemos sentido insignificantes ante la magnitud de los sueños que hemos imaginado y eso es una condición muy humana que nosotros como actores tenemos y claramente la veo reflejada en mi personaje”, Miguel Corral.

Mas pequenos que el Guggenheim, obra de Alejandro Ricano, se presenta en el Centro Cultural Helenico, junio 2013 Porque cuando la tragedia y el fracaso dejan de ser destino, por automático se alcanza el éxito y el triunfo ¿a poco no? Por ello, asentamos en InterEscena que esta obra es una comedia sobre la amistad. Una visión simple de la vida.

Es una reflexión sobre el fracaso, donde cuatro personajes simplemente aceptan una vida que no es ni remotamente la que esperaban y en su desesperación por concretar el montaje, les ocurren una serie de situaciones tragicómicas que ofrecen una reflexión profunda, pero al mismo tiempo dulce, sobre el fracaso, la amistad y el destino. En suma, un tema que a todo mundo le llega, porque uno cumple cierta edad y la vida no es como uno la piensa.

Mas pequenos que el Guggenheim, obra de Alejandro Ricano, se presenta en el Centro Cultural Helenico, junio 2013 Con un guión inteligente y muy bien escrito, Más pequeños que el Guggenheim contiene diálogos repletos de humor ríspido e incisivo que resulta, en estos momentos donde la vida cotidiana es bastante compleja, sumamente refrescante por la ausencia —a Dios gracias— de solemnidad y de corrección política.

Es cierto, quizá algunas situaciones son absurdas. Sin embargo, está divertida propuesta de Alejandro Ricaño que después de una exitosa gira por España, Miami y Perú, se presenta en una nueva temporada, ahora los martes en el Centro Cultural Helénico demuestra que, en el teatro, la seriedad está sobrevalorada.

“Es una obra que habla sobre los sueños rotos, pero también de quienes están dispuestos a luchar por ellos hasta el final, reconociendo en ellos la única manera de encontrarse a sí mismos”. Alejandro Ricaño.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.