Fin de año con la OFUNAM

Por: Enrique R. Mirabal — 15 de diciembre, 2007

Juan Carlos Lomónaco dirigió el último programa de la Temporada 2007 de la OFUNAM La OFUNAM (Orquesta Filarmónica de la UNAM) cuenta con un nuevo director titular desde la temporada de otoño. El británico Allun Francis ha dirigido numerosas agrupaciones europeas y tiene una discografía amplísima que contempla cerca de ochenta óperas y obras de todo tipo y carácter del repertorio universal, incluido lo contemporáneo.

En el primer programa de Francis con la OFUNAM, el maestro le apostó al clasicismo con Beethoven, su Novena sinfonía para ser más específicos, obra con la que Carlos Miguel Prieto también cerró su temporada con la Orquesta Sinfónica de Minería. Tocar la Coral es un reto en la medida que puede tomar uno de dos caminos divergentes: engrosar la lista de las correctas ejecuciones rutinarias o devenir en una sorprendente interpretación que marque hitos.

Usted juzgará si escuchó las dos mencionadas o alguna de ellas. Quien esto escribe confiesa haber eludido ambas, so pretexto de localidades agotadas.

Para el mes de diciembre, días 8 y 9, Francis, el director, cerró su participación en la Temporada de Otoño con un programa Desde Rusia con amor: Obertura Gran pascua rusa de Nikolai Rimsky-Korsakov, el Tercer concierto para piano y orquesta de Sergei Prokofiev con Jorge Luis Prats como solista y la Segunda sinfonía de Alexander Scriabin a manera de despedida del año. Este concierto no estuvo nada mal porque llevó implícita una evaluación o corte de período y se pudieron medir algunos resultados: su approach con la orquesta, el peso de su batuta y la posible empatía con el público.

Horacio Franco solista invitado a la clausura de la Temporada 2007 de la OFUNAM Las obras escogidas no se caracterizan por su fácil ejecución: Rimsky exige brillo y ritmo, Prokofiev, rispidez y casi fiereza del pianista y del director, en batalla por ganar las codas; por su parte Scriabin exige una libertad aparente y controlada, algo de locura temporal (sin ser irrespetuosos con Alexander) pero, sobre todo, acotar metales para no desvirtuar la partitura. Sonaba interesante por ser lo mejor del mes de diciembre en cuanto a vuelo musical y un distanciamiento del trillado germanismo clásico.

En el concierto final, días 15 y 16, Juan Carlos Lomónaco dirigió su Rimsky-Korsakov, esta vez, Scheherezade, y dos obras para lucimiento de nuestro flautista pico internacional, Horacio Franco, con el Concierto de Vivaldi para flauta sopranino y el Concierto de Mihael Wolpe, compositor israelí, dedicado al intérprete quien lo ha convertido en pieza habitual en sus conciertos con una impecable ejecución y gran éxito de público, mismo que una vez más hoy sábado, se rindió ante la interpretación de Franco y le dedicó varios minutos de aplausos.

Así la Filarmónica de la UNAM culminó el ciclo de 2007, ahora hasta su regreso en el 2008 para presentar el primer concierto del año con un programa titulado Gala de Año Nuevo, el 12 de enero, donde bajo la dirección del maestro Alun Francis, el organismo universitario presentará un programa que integra las obras: Obertura de El murciélago, Vals Emperador, Polka Cucú, Marcha egipcia, Voces de primavera, Galop Vía libre, Polka Tritsch tratsch y Danubio azul de Johann Strauss; Polka pizzicato de Josef Strauss; Caballería ligera de F. von Suppe y Los patinadores de E. Waldteufel.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.