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Por: Aracely Cortés — 1 de junio, 2013
“Ser payaso no se enseña, se necesita creer en ello para convertirte en un verdadero payaso. Es algo que se te otorga desde el cielo, es una forma de vidaâ€, Gory Chernickovskii, director artÃstico de Slava´s Snowshow.
Detrás del payaso que relacionamos con la vida infantil y con la risa, hay toda una historia de actuación y, sobre todo, una propuesta artÃstica. Vyacheslav Ivanovich Polunin, mejor conocido como Slava Polunin, ha trabajado como mimo desde 1968, aunque fue años más tarde cuando llegó a ser profesional.
Fue entonces cuando en Leningrado -hoy nuevamente San Petersburgo- organizó el desfile del mimo (1982), un evento de gran trascendencia donde más de 800 artistas de la ex Unión Soviética tomaron parte y esto le valió ser reconocido como todo un pionero en organizar a los representantes de las distintas expresiones teatrales y principal convocante del Festival de Teatro de la calle (1987). Sin duda, se habla de uno de los maestros del clown contemporáneo que ha reformulado el estilo de ejercer este oficio que sin palabras transmite ilusiones.
Creador del espectáculo Slava’s Snowshow, Polunin nos ha descubierto un mundo alternativo donde aun cuando de alguna manera seguimos conectados a la realidad, la fantasÃa nos lleva más allá de nuestra cotidianidad.
“Estamos rodeados de tragedias o dramas pero les damos un toque de absurdo porque la risa nos hace más fácil la existenciaâ€, comentó Gory Chernickovskii, director artÃstico de este magico espectáculo que hoy regresa a los escenarios mexicanos para presentarse en corta temporada en el Centro Cultural Telmex 2 (hasta el 5 de junio).
Es importante recordar que la temática central del trabajo de Polunin –obras que van desde Litsedeyi hasta la Caravana de paz y han llevado actores a muchos paÃses de Europa Oriental y Occidental–, ha sido precisamente expresar la situación que padecÃan los pueblos después de la caÃda del muro de BerlÃn y la forma en cómo los ciudadanos que vivÃan en la precariedad total sorteaban la vida, sobre estas ideas es que surge el personaje al que ha dado vida: Slava, el cual en su presentación en México es interpretado por el joven Artem Zhimo.
La puesta en escena de Slava’s Snowshow hace referencia a todos estos elementos, a los mimos y artistas de la calle, al payaso que por un lado hace reÃr y, por otro lado, da unas cuantas pinceladas de melancolÃa. Slava nos lleva por ese juego ambivalente de lo hermoso que es ver caer la nieve y lo desolador que resulta cuando no tienes dónde resguardarte del frÃo.
Un nostálgico personaje –que aun cuando se dice que toma algo de los clásicos Marcel Marceau y Charles Chaplin, tiene tintes propios– que deambula por el escenario con esa carismática personalidad que cautiva y que en un dos por tres se conecta con el público, llevandolo con su muy particular talante a que se envuelva en esa magica interpretación que lo hace soñar con un mundo mejor.
El resto de los payasos, también tienen la sutileza que requiere un mimo, se desplazan con una ligereza que hace que cada movimiento sea casi imperceptible, no obstante, logran captar la atención de niños y adultos, que no pierden un solo detalle. Los payasos amarillos y verdes son una especie de pintura en movimiento que se vuelven uno con la escenografÃa para hacer sentir al espectador en un escenario que al mismo tiempo que es el blanco de la nieve es una fantasÃa del color y de las emociones.
Payasos vienen, payasos van, suben y bajan del escenario, interactúan con la gente, todo en medio de un gran silencio recordándonos que el contacto humano es algo más que palabras, un mundo donde lo visual, la música y, por supuesto, el teatro, son códigos de comunicación que están presentes en toda relación humana.
Tan brillante es el trabajo actoral como el marco de la música, asà como el diseño de la escenografÃa y el vestuario que con gran sentido lúdico fue creado por Ivan Yaropolskiy, Dimitri Sakhalov y Alexey Lavrentyev quienes unen su creatividad con el talento de Gary Cherniakhovskii.
Cubrir todo el teatro con una tela que recuerda una gran nevada, mojar al público -al menos al de las primeras filas- y terminar con enormes pelotas de colores en un pausado discurrir por las filas del teatro, son algunas de las sensaciones que se experimentan en este espectáculo que garantiza al público vivir la tradición de la legendaria escuela europea del clown.
Hay quienes reconocen en Slava Polunin al mejor payaso del mundo; en su larga trayectoria ha ganado muchos premios importantes, incluyendo La Nariz de Escocia, el Gold Nose de España, el Lawrence Olivier por el Mejor Espectáculo en la cartelera de Londres, sin embargo, el mayor reconocimiento que obtiene es que en todas sus producciones tiene un éxito asegurado y el reconocimiento de todo el gremio por la labor social que realiza en beneficio de los artistas.
“Slava’s Snowshow es la belleza de un copo de nieve cuando cae suavemente en tu hombro, es el sonido de una risa incontrolable, es la alegrÃa de creer que todo es posible, es la tristeza de un adiós en una estación de tren… Es la constatación de que la vida es realmente maravillosaâ€.
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