Un buen Berrinche… para divertirse y reflexionar

Por: Josué Romero — 22 de mayo, 2013

Sin importar el día, la hora o el lugar, todos en algún momento de nuestra vida, hemos hecho y visto un berrinche, ya sea como niños o como papás. No importa si lo hicimos en la calle, con la abuelita o en las escaleras de un centro comercial, pero siempre, invariablemente, escuchamos la lapidaria frase: “pero ya verás cuando lleguemos a la casa”. ¿La recuerdan?

Pues de eso se trata BerrRRinche, una inteligente puesta en escena de la compañía FiguraT (mexicana) en coproducción con Théatre Motus (Québec), que emplea diversos recursos y lenguajes, desde el teatro de sombras y el musical hasta marionetas de gran formato para que, sin importar la edad, reflexionemos de forma natural acerca de las pataletas.

La historia es como la de cualquier día normal. Mamá (Paola Huitrón) está muy apurada, se le hace tarde para ir a trabajar y Samuel (una marioneta manipulada por Lizeth Rondero y Sergio Bátiz) no comprende el por qué de tanta prisa. Él sólo quiere seguir jugando con mamá y con Ami, su tigre de peluche.

De repente, todo se vuelve incomprensible para los oídos de Samuel: “Voy a lavarte tu pan tostado mientras que tus dientes se enfrían…” Mientras esto ocurre, Ami se divierte a lo loco, Mamá se acelera más que cualquier otro día y Samuel empieza a gritar más de lo debido. ¡Es suficiente! ¡La crisis está a punto de estallar! Y a Mamá le salen de las manos unas horribles garras y Samuel se transforma en un enorme y feroz tigre.

Ambos están enojados y las palabras dichas los hieren: Mamá llora y se refugia en la cocina. Samuel junto con el gigante Ami se refugian debajo de la cama y tratan de buscar una solución. Ahí, desde el refugio, imaginan la historia —proyectada en sombras— de una diosa de las cóleras y de un cazador de tigres, para descubrir, al final, un nuevo espacio de armonía.

Escrita y dirigida por la canadiense Hélène Ducharme, BerrRRinche es una de las mejores puestas infantiles que se presentan actualmente en la cartelera citadina. Es inteligente y divertida, pero también real y cruda, que no sólo le da voz a los niños, sino también evidencia –mientras los adultos nos retorcemos en la butaca–, la falta de comunicación con nuestros hijos.

Sin lugar a dudas es una obra que le da voz tanto a los niños como a los adultos, y sin ofensa alguna trata de desentrañar de dónde surge esa fiera que devora lo más amado: la relación entre padres e hijos.

Confieso que la he visto dos veces más y cada vez que me he sentado a la butaca lo he hecho con miedo, pero lo pierdo cuando en la tercera llamada empieza una obra de teatro que logra una franca cercanía desde la honestidad y el reconocimiento de la sensibilidad en las relaciones entre padres e hijos.

En el Teatro Helénico es donde se presenta BerrRRinche (todos los domingos hasta el el 14 de julio), un escenario muy accesible donde, sin duda alguna, se puede apreciar una de las mejores obras de teatro infantiles que tocan como pocas el lado más vulnerable de los padres. BerrRRinche es una obra perfectamente redonda realizada con el compromiso de un grupo de artistas que creen en la transformación social a través del arte como válvula de escape.

¿Por qué siempre tengo que ser yo el que tenga la culpa? Es una pregunta que invita a reflexionar nuestro rol como padres y la posibilidad de cambiar la palabra “culpa” por la palabra “responsabilidad”, entonces porqué no nos preguntamos, ¿quién tiene la responsabilidad de dominar al tigre que todos llevamos dentro?

Así que padres, ¡relajense! Es hora de aprender a controlar cualquier BerrRRinche…, el de los niños y porqué no, también el de nosotros, los padres.