Gergely Bogányi regresa a Bellas Artes

Por: Claudia Magun — 14 de mayo, 2013

“Me gusta tocar a Liszt después de Schumann. Se trata de dos estilos diferentes, sin embargo las obras que voy a tocar armonizan por el contraste que significan sus diferencias”, Gergely Bogányi.

Escuchar la música de Franz Liszt representa uno de los momentos más sublimes para cualquiera que guste de la buena música y si a esto sumamos que este compositor sea el favorito del pianista Gergely Bogányi, invitado por Bellas Artes para ofrecer un concierto esta noche, podemos esperar una espléndida velada.

Es así que una vez más nos deleitaremos con la presentación de Bogányi en este mismo escenario donde, en mayo de 2011, el público se le entregó a su arte sin reservas y se congratuló con cada pieza que evocó al piano con una incuestionable calidad técnica y un talento muy especial que denota el privilegio de llevar el sentimiento por la música a flor de piel.

Cuando se le escucha hablar de las obras que interpretará es como vivirlas, su pasión por la música y su instrumento revelan un espíritu que va más allá de la simple interpretación, él no sólo se compromete, él se compenetra con aquello que sentía y vivía el autor cuando trabajaba aquella partitura: “trato de ponerme en el espíritu del compositor”, así lo expresó el intérprete húngaro durante la conferencia de prensa que ofreció ayer en el palacio de mármol.

Así de manera simple, sin rebuscamientos, sus sencillas palabras nos llevan a comprender lo que para él significaban las obras que interpretará en su presentación en Bellas Artes, en este escenario que para el pianista húngaro tanto le significa y que hoy 14 de mayo –al cumplirse 29 años de restablecimiento de relaciones entre México y Hungría– nos llevará por la música de Robert Schumann y Franz Liszt.

El programa estará conformado por la Sonata No. 2 en sol menor, Op. 22 y Carnaval Op. 9 de Schumann; además del Estudio trascendental No. 4 en re menor Mazeppa, así como las Leyendas No. 1, San Francisco de Asís: la prédica a los pájaros; y No. 2, San Francisco de Paula caminando sobre las olas de Liszt.

Con Liszt, el pianista húngaro tiene una conexión especial, es su compositor favorito al que se siente ligado por la herencia cultural que comparten y el gusto por la profundidad en la música.

“Lizt es un compositor único, cuando escribió estas obras estaba profundamente inmerso en la religión y tomó de ésta el misticismo. Con su virtuosismo nos eleva a un estado atemporal y nos otorga un pequeño contacto con la vida eterna”, Gergely Bogányi.

En el caso de la Sonata, el pianista comentó: “es una pieza típica de Schumann, una obra intensa que en sus notas expresa la profunda espiritualidad del compositor alemán. Por su parte, Carnaval es una de las piezas más conocidas de Schumann, es como un cuadro donde aparecen toda clase de personajes e imágenes que representan el espíritu de ésta fiesta.”

Gergely Bogányi, desde siempre amo la música, a los cuatro años empezó a estudiar piano, a los seis años se acreditó su primer reconocimiento –en el Concurso Nacional de Piano de su país natal, donde la primera ocasión ganó un premio especial y dos años más tarde obtuvo el primer lugar– y a sus 39 años se le considera uno de los intérpretes más representativos del romanticismo y uno de los pianistas europeos con mayor proyección internacional.

Estudió en la Liszt Academy de Budapest y perfeccionó sus estudios en la Academia Sibelius de Helsinki y en la Universidad de Indiana en Bloomington. A lo largo de su trayectoria ha sido acreedor de diversos premios y distinciones, entre los que destacan: el primer lugar en los concursos Chopin (1993) y Ferenc Liszt de Budapest; Competencia Mozart, concurso de Helmi Vesa, en tres ocasiones; además a los 22 años de edad (1996), fue nombrado “Ciudadano honorario” de Vác, su ciudad natal; y en el año 2000 recibe la Cruz del Mérito de la Rosa Blanca de Finlandia.

En esta nueva visita a nuestro país, Bogányi tiene el privilegio –“con gran orgullo y felicidad”, como el mismo mencionó– de presentar la colección de CDs que integra las obras completas para piano de Frédéric Chopin, una producción muy significativa de otro de sus grandes inspiraciones, un virtuoso polaco a quien le tomó 39 años componerlas y, 29 a Bogányi para aprenderlas y 21 días para grabarlas. En noviembre de 2010, el gobierno de Polonia lo premia con el pasaporte especial de “Ciudadanía del Año Chopin” por haber interpretado la totalidad de esta obra.

En su estancia en México, Gergely Bogányi también se presentará el 19 de mayo en el Festival Cultural de Mayo de Guadalajara, en el Teatro Degollado y el martes 21 en un recital especial en la Iglesia de Santa Mónica, a favor de la restauración de este importante templo tapatío.

Gergely Bogányi, hoy 14 de mayo en el Palacio de Bellas Artes… “Un concierto no apto para menores de 18 años”, pasión mística de un húngaro que ama la vida y la música.