Mireya Cueto con todo y sus hilitos llego al cielo

Por: Fritzi Mazari — 8 de mayo, 2013

La cigarra, la hormiga, el chapulín, Francisca, la muerte y otros tantos personajes fueron los compañeros inseparables de esta insigne artista que sin esperar ningún reconocimiento tanto hizo y deshizo por la cultura en nuestro país…

El pasado viernes 26 de abril, Mireya Cueto (1922-2013) falleció en la Ciudad de México, su muerte se puede considerar una gran pérdida tanto para la escena teatral como para aquellos que quieren y admiran a esta insigne titiritera mexicana que hizo de este arte de muñecos e hilitos la expresión de su alma.

La maestra, quien fue homenajeada en febrero de 2012, por el Instituto Nacional de Bellas Artes con la Medalla Bellas Artes, tuvo una vida y una carrera plena, plagada de vivencias y grandes luchas, momentos significativos que le valieron ser reconocida por su trayectoria artística y por su aportación histórica que enriqueció decisivamente la cultura de México.

Reconocida como una incansable defensora del derecho de los niños a ser respetados en su inteligencia y en su integridad, la maestra fue fundadora de instituciones y promotora del teatro infantil y de títeres durante más de setenta años en los que desarrolló una amplia labor de enseñanza que ha impregnado el arte escénico nacional e internacional.

Para Mireya Cueto el valor más importante que encerraban sus títeres era la exaltación del imaginario infantil en su estado más natural, sin ningún tipo de manipulación, para ella el entorno del divertimento –como ella decía– debía ser despojado de lo superfluo o inútil, debía ser inteligente y reflexivo, ya que con todo aquello que se le adornará de más, se corría el riesgo de empalagar la historia y ensombrecer al personaje.

Heredera del talento de sus padres, los también destacados marionetistas Lola y Germán Cueto, Mireya se graduó de licenciada en Historia Moderna y Contemporánea por la UNAM. Obtuvo una beca de Conaculta con la que realizó la obra La leyenda de los soles (Nahui Olliín), una interesante propuesta en teatro de sombras. En 1965 cursó estudios intensivos de arte para niños en el Protestant School Board de Montreal, Canadá.

En sus inicios fue fundadora de la compañía de teatro Tinglado, a la cual dedicó tiempo y alma –como en todo aquello con lo que se relacionó–, una de sus primeras aventuras en este arte que hoy la reconoce como fundadora de importantes instituciones e incansable promotora del teatro infantil.

De 1941 a 1962 ejerce el arte de los títeres en el Instituto Nacional de Bellas Artes. De 1956 a 1958 se dedica a la creación de filminas para el Instituto Latinoamericano de Comunicación Educativa ILCE–UNESCO y realiza cuatro programas de televisión sobre la historia de los títeres que se transmitían por televisión.

En 1965 cursó estudios intensivos de arte para niños en el Protestant School Board en Montreal, Canadá. De 1971 a 1974 se dedica a escribir guiones de televisión y produce programas infantiles para la Subsecretaría de Radiodifusión; realiza las versiones radiofónicas de El Quijote (Radio Educación) y El Periquillo Sarniento (RTC).

En 1976 dirige el Proyecto para la formación de grupos de teatro de títeres para campesinos en el INCA (Secretaría de la Reforma Agraria) y colabora en la Dirección de Planeación de la Dirección General de Radio y Televisión (RTC) de la Secretaría de Gobernación. De 1982 a 1991 edita el periódico Tiempo de Niños de la Secretaría de Educación Publica.

Un año más tarde, estrenó bajo el formato de teatro de sombras, la obra San Juan de la Cruz, poeta místico, la cual fue presentada en 1994 en el Festival Internacional de Títeres de Bilbao. Apoyada por el FONCA lleva a escena una versión para teatro de sombras sobre el mito griego de Perséfone que estrenó en el Festival Cultural San Ángel en 1995.

A finales de 1998 Mireya Cueto y su grupo de teatro Espiral participa en los homenajes a Silvestre Revueltas con la presentación de El Renacuajo Paseador, pieza para guiñol enmarcada con la música de este célebre compositor que en su estrenó en el Palacio de Bellas Artes fue interpretada por la Orquesta Sinfónica Nacional, dirigida por el maestro Enrique Diemecke.

Otra de sus célebres creaciones fue Poderoso Amor tres Romances Españoles con música en vivo, esta presentación realiza una primera temporada en 2004 en el teatro El Granero Xavier Rojas en la ciudad de México.

Dos años después, la maestra Cueto fue invitada a Buenos Aires por la Universidad San Martín, en esta visita presentó una exposición de títeres y grabados, así como dibujos de Lola Cueto, en el museo Nacional de Títeres Mané Bernardo.

Mireya Cueto, quien desde 1978 fue distinguida como miembro honorario de L’union Internationale de la Marionnette (UNIMA), también desarrolló –durante más de setenta años– una amplia labor de enseñanza que ha permeado el arte escénico nacional e internacional. A lo largo de su carrera que dedicó a la investigación, producción y dirección de teatro de títeres, llegó a publicar numerosos textos para el público infantil.

En esta trayectoria autoral dedicó su talento a la creación literaria infantil, entre muchas publicaciones se pueden mencionar obras de teatro de títeres y cuentos reunidos en los libros: La boda de la ratita y otros cuentos, La cigarra, el chapulín y la hormiga, El Cuento más antiguo Los ciegos y el elefante, Francisca y la muerte y otros teatrocuentos y ensayos como Apuntes sobre la experiencia artística, entre otros.

Por el desarrollo de este género fue galardonada con importantes reconocimientos como el Premio Nacional del Literatura Infantil Juan de la Cabada, otorgado por el Instituto Nacional de Bellas Artes y el Gobierno del Estado de Campeche por Viajes de Ozomatli y Don Armadillo. Asimismo, fue distinguida con el Premio Rosete Aranda del Museo Nacional del Títere en Tlaxcala y con la medalla “Mi vida en el teatro” por el Centro Mexicano ITI/UNESCO/UNIMA.

Además de ser una talentosa creadora de muñecos y de obras, Mireya Cueto ha sido una gran promotora de la difusión preservación del arte titiritéro, fue miembro del Patronato del Museo del Títere en Huamantla, Tlaxcala y desde 2001, la Coordinación Desarrollo Cultural Infantil, Alas y Raíces creó el Festival Nacional de Títeres Mireya Cueto como un homenaje a la maestra, que con creatividad y respeto por la inteligencia e integridad de los niños trabajó tanto tiempo. En los últimos años el Festival tuvo cobertura nacional, ya que convocó a todos los estados de la República para que realicen presentaciones de este género con sus compañías y grupos.

“En diferentes etapas de mi vida he pensado por qué hago títeres. En cada una de ellas me he respondido a mí misma algo diferente, mis sentimientos y enfoque hacia lo que hice han ido cambiando, sin embargo nunca he dudado de mi vocación. Yo cumplí con mi trabajo. Todo lo que hice me encantó y lo disfruté”, Mireya Cueto.

Larga vida a Mireya Cueto y a todas aquellas historias y personajes que acompañaron e iluminaron su vida…