
Por: Colaborador Invitado — 1 de marzo, 2006
Artista de la luz, René Mendoza perteneció a una generación que aprendió a conocer todos los secretos del escenario por el escenario mismo. Se formó como bailarÃn y abrazó la vocación de iluminar los cuerpos en movimiento, para construir con su visión la magia del lenguaje corporal… Asà después de más de 20 años de labor escénica, sus ojos que dieron luz a innumerables escenas se cerraron para mirar otras latitudes: René Mendoza murió el pasado 13 de febrero a los 42 años de edad.
Estudió en la UNAM medios de producción para teatro musical en la década de los 80 con Germán Pliego y sus maestros en escenografÃa e iluminación fueron Félida Medina y Arturo Nava.
Su trabajo como iluminador no se circunscribió solamente a la danza clásica, también trabajo con compañÃas de danza contemporánea y diversos grupos teatrales. Su trabajo se vio plasmado en diversos ejercicios escénicos representados por lo más representativo de la danza en nuestro paÃs, como son: UtopÃa Danza-Teatro de Marco Antonio Silva, Contempodanza de Cecilia Lugo, Jorge DomÃnguez, Rosa Romero, Contradanza de Cecilia Appleton, En Movimiento de Rolando Beattie y Leticia Alvarado, Barro Rojo de Laura Rocha y Francisco Illescas, Aksenti de Duane Cochran y Antares de Miguel Mancillas, entre muchos otras consolidadas compañÃas. Además fue parte de proyectos realizados por noveles generaciones, como Quiatora Monorriel de Evoe Sotelo y Benito González, Alicia Sánchez, y Delfos de Claudia Lavista y VÃctor Ruiz.
Otra faceta interesante fue su colaboración con grupos musicales como Euterpe, Tambuco; en este mismo género trabajó para directores como Eduardo Diazmuñoz y Paul Elwood, asà como para la Camerata de la Orquesta Sinfónica de Oaxaca. A últimas fechas preparaba un proyecto con Ãntimo Tango de Elisa RodrÃguez.
Su trayectoria fue intensa, René Mendoza creó alrededor de 130 diseños para obras coreográficas exclusivamente. Se suman los que hizo para teatro y su participación constante en Festivales artÃsticos, como el Internacional Cervantino, el José Limón, el de Danza del Golfo, Un desierto para la Danza, The Dance Center of Columbia College, Arts of Americas, y el Tanzhaus NRW en Dusseldorf.
Entre los diseños de iluminación que le valierón el reconocimiento del gremio se pueden nombrar las obras: Lo que cala son los filos de Mauricio Jiménez, La Pastorela de Enrique Alonso, El burgués gentil hombre de Rolando Beattie y Fe de erratas de AgustÃn Meza. Además su trabajo con la CompañÃa Nacional de Danza del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) de 2000 al 2003.
A pesar de la corta travesÃa por este mundo, para René Mendoza, su vida en el escenario fue intensa, amplia y reconocida, su constante era la meticulosidad y el rigor.
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