Teatro

Los pasos de la muestra en Zacatecas

Por: Colaborador Invitado — 21 de noviembre, 2007

XXVIII Muestra Nacional de Teatro, 21 de noviembre, Zacatecas.

La inmovilidad no siempre es una condición de la cual se pueda evadir, pues en ocasiones es una consecuencia directa del entorno que nos rodea (las zonas rurales sobre todo), del contexto social en el cual nos encontramos insertos (las zonas marginadas de las grandes urbes) o simplemente una situación que escapa incluso de las posibilidades personales por ser una cuestión de inercia social (el repetir, generación tras generación, los mismos modelos de comportamiento por carecer o desconocer otras opciones).

La niña de Tecún de Austin Morgan se presentó en la XXVIII Muestra Nacional de Teatro De ahí que en un solo territorio puedan coexistir a un mismo tiempo realidades tan dispares que únicamente baste con cruzar una línea imaginaria para estar en una cotidianidad atrapada en el siglo XIX, confrontada con otra en pleno desarrollo tecnológico del siglo XXI. Pero también es posible que en diversas regiones se den situaciones tan similares que se llegue a encontrar una realidad casi idéntica al mismo tiempo en dos lugares tan lejanos como lo es, por ejemplo, Tijuana, y la zona del Tecún, Uman, una pequeña ciudad guatemalteca que hace frontera con Chiapas, conocida como “La pequeña Tijuana”.

Y es precisamente en este sentido que se inscribe la puesta en escena La niña de Tecún, representante de Veracruz, de y bajo la dirección de Austin Morgan y las actuaciones de Rosa Eglantina, Karina Eguía y David Ike, adaptación basada en el cuento La pequeña Tijuana, de Virginia Hernández, presentada el día 20 de noviembre en el Teatro del IMSS en el marco de la XXVIII Muestra Nacional de Teatro.

La niña de Tecún de Austin Morgan se presentó en la XXVIII Muestra Nacional de Teatro La historia tiene como personaje principal a La Armida, una pequeña niña quien es vendida por su padre a la Seño Torina, matrona de una famosa casa de citas conocida en toda la zona, para conseguir el dinero suficiente y poder cruzar la frontera de Guatemala con México en busca del sueño americano. A partir de esta situación, que se complica aún más con la muerte del padre a manos de un matón llamado Yakusa, Torina quedará al amparo de la Toña, otra niña que, a pesar de ser obligada a prostituirse, todavía conserva cierta inocencia infantil que la ayuda a salir avante a través de las historias que gusta de contarle a Armida.

Así pues, al amparo de la Toña, y con la firme convicción de que no todo es tan malo cuando se tiene la capacidad de soñar con un futuro más prometedor, Armida tendrá que vivir su infancia en una realidad plagada de violencia, abusos infantiles, maltratos, pobreza extrema y una inmovilidad casi asfixiante de no ser por esos momentos que comparte con Toña, El tambuco (un “muertero” medio atolondrado, enamorado de la Toña) y las demás niñas presas en la casa de la Seño Torina.

La niña de Tecún de Austin Morgan se presentó en la XXVIII Muestra Nacional de Teatro A pesar de que no parece haber escapatoria alguna más allá de los cuentos y los sueños de la Toña, la oportunidad real de escapar de aquel pequeño infierno surge cuando a Tecún llega un circo ambulante, El Albatros, y con él la posibilidad de cruzar la frontera con Chiapas y empezar una nueva vida. Pero justo cuando ya todo está dispuesto (la Toña logra conseguir un trabajo como lavandera en el circo, el cual partirá dos días después), a consecuencia de un mal intestinal y de los maltratos de la Seño Torina, la Toña muere y deja en total desampara a la Armida, condena a repetir y a ocupar su lugar.

Cabe destacar que este montaje de La niña de Tecún está planteado para títeres de mesa, lo cual tienen varios puntos interesantes por su propia naturaleza: la posibilidad de ver a títeres fuera del contexto de corte infantil y didáctico en el que comúnmente se les ubica, al se una obra enfocada a un público adulto; el distanciamiento objetivo hacia una realidad concreta, lejos del melodrama telenovelero (aunque la obra misma sea un melodrama); el manejo de distintos escenarios a escala ubicados en cuatro puntos específicos (los extremos del escenario), lo cual tiene sus ventajas y desventajas, pues lo mismo permite ubicar con claridad en dónde se desarrolla las acciones, pero también imposibilita la buena visión del espectador, quien ve limitado su ángulo de visión si no está en la primera fila de sillas; y, paradójicamente, el intimismo logrado al estar tan cerca de las acciones, además de hacer uso de otros recursos escénicos como lo es el teatro de sombra, y una musicalización acorde con la historia y la propuesta.

Un gambusino zacatecano bajo la dirección de Leopoldo Smith MacDonald se presentó en la XXVIII Muestra Nacional de Teatro Lo cuestionable sería, tal vez, la inclusión de ciertos personajes como Yakusa, que en un principio parece tendrán un mayor peso en el desarrollo de la trama pero que poco a poco se diluye, así como ciertos momentos en lo que parece no pasar nada, puntos que quizás tengan más que ver con el texto que con la dirección o las actuaciones.

La otra obra del día 20 fue Un gambusino zacatecano, la otra representante de Zacatecas, montaje basado en la leyenda de Trinidad García, bajo la dirección de Leopoldo Smith MacDonald con el grupo De la Caja, presentada en la Mina del Edén.

Más que ser una puesta en escena, esta propuesta puede ser tomada más bien como una representación anecdótica incluida en el recorrido de la mina, pues si bien el espacio no puede ser más propicio para contar la historia, en realidad hay una mínima estructura dramática y una dirección un tanto ingenua, la cual tiene como principal acierto hacer uso de los diversos espacios naturales de la mina. Propuesta que podría funcionar para grupos de 15 a 20 personas, pero no para un público de 60.

La programación para este miércoles incluye Crack, o de las cosas sin nombre, de Edgar Chías, bajo la dirección de Martín Acosta, obra representante del DF; Odio a los putos mexicanos, de Enrique Gutiérrez, bajo la dirección de Alba Domínguez y Miriam Cházaro, representante de Veracruz. Mañana jueves se presentarán Piedras de la fe, de Angel Matín López, representante de Oaxaca; Cielo rojo, de Alejandro Román Bahena, representante de Nayarit, y La Iliada, versión 7.3, de Alexis Braulio, de Durango.

Los comentarios están cerrados.

Directorio

Un listado de enlaces a centros culturales, música, teatro, danza, infantiles, festivales y medios y más.

“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.