La misa del gallo: un montaje que explora la violencia a través de la fatalidad que genera

Por: Arturo Carrasco — 20 de marzo, 2013

“Todos los que participamos somos de barrios populares de la Guerrero, La Raza, Cuautepec. Con esta obra queríamos decir lo que vivimos día con día y a partir de ahí, es que surge la idea de hacer el montaje”, Ángel Rubio.

La misa de gallo es aquella que se ofrece en la medianoche de Navidad con el fin de celebrar y conmemorar el nacimiento de Jesucristo, es decir, es una ceremonia que se realiza para anunciar una noticia que, se supondría, se refiere a un momento de dicha y alegría.

Bajo este nombre poco común es que se desarrolla la puesta en escena escrita por el dramaturgo Alejandro Román, una texto más de quien es Premio Nacional de Dramaturgia Fernando Sánchez Mayans (Campeche, 2007) y que como bien dice “Con todas mis obras lo que trato es hacer una serie de crónicas, un teatro documental sobre los hechos que suceden en el país. Tomar tal cual notas periodísticas y a partir de ellas plantear una metáfora escénica”

La misa del gallo es una obra dirigida por Ángel Patricio Rubio que nada tiene ver con la celebración navideña antes referida. Al contrario, nos relata tres historias que convergen con un común denominador: la fatalidad, tres narraciones acontecidas en diferentes partes de México y que lentamente se van conjugando gracias a la situación de violencia que vive nuestro país.

Una madre que vive en Oaxaca y que a causa del conflicto magisterial pierde a su nieto; un cantante norteño de música popular que es asesinado por el crimen organizado y un vendedor de droga y piratería de Tepito que ve frustrado sus sueños de grandeza por la incursión de la policía federal en el “Barrio bravo”, son las tres historias que se nos presentan y que tuvieron lugar en algún momento de diciembre de 2006, de ahí el título de la puesta dramática.

Esta propropuesta de Rubio, que originalmente se pensó para presentarse únicamente en espacios al aire libre, trata de ilustrar de manera visual y auditiva las situaciones que enfrentan los personajes, razón por la cual mientras un actor asume a un personaje, el resto realiza movimientos escénicos y secuencias para crear un ambiente que sirva para ilustrar lo realizado por el personaje en cuestión.

Para lograr cumplir con lo anterior de mejor forma, el montaje se convierte en una especie de teatro documental que se apoya en el lenguaje coloquial propio de las regiones del norte del país y los barrios marginales, así como en hechos reales registrado en diferentes notas periodísticas.

El recurrir a este método de expresión es con el fin de llamar nuestra atención sobre la inseguridad pública que nos acompaña cotidianamente y que, hoy día, ha llegado a rebasar lo que nuestra imaginación puede pensar o lo que los medios de comunicación pueden decir. Esa realidad, donde la inseguridad es tan profunda como las heridas que deja y llega a exceder incluso las fronteras físicas para clavarse en la mente y el corazón y así llevarla uno en todo momento como una sombra que nos persigue a todos lados.

Precisamente, para el autor Alejandro Román la importancia de hablar sobre este tema radica no sólo en dar a conocer la consecuencia de la violencia en la vida de las personas, sino en emitir un mensaje directo al público para que atraiga su atención sobre los hechos que suceden en el país y que día a día nos van sumergiendo en un terreno que cada vez se acerca más al barranco.

Fiel a su concepto de creación escénica, Román se apoya en investigaciones periodísticas y de esta manera el diálogo de sus personajes se convierten en testimonios de víctimas.

La obra es protagonizada por Amanda Gámez, Gerardo Sotelo Manríquez, Violeta Elizalde, José Guadalupe Ángeles Castro y Carlos Sarza quienes forman parte del grupo Sin Frontera, el cual ha participado en diversos foros del país, así como en proyectos dirigidos especialmente a espacios públicos.

La misa del gallo, culmina temporada el próximo 24 de marzo, en el Foro de las Artes del Centro Nacional de las Artes, un trabajo de reflexión, ágil y contemporáneo que muestra la forma en que hoy abordan los creadores el tema de la violencia que nos aqueja.

“Nos encontramos en un momento en que la violencia más explícita es nuestra realidad, donde los muertos son cifras y la sangre ha dejado de tener el significado que alguna vez tuvo. El crimen organizado, la corrupción y la manipulación mediática son algo sucede a cada instante”, Ángel Patricio Rubio.