Vive Latino 2013… la nostalgia de los buenos tiempos

Por: Paola Zamora — 19 de marzo, 2013

“Venimos para pasarla bien y el clima no nos va a detener” y es que todos los asistentes venían con esa actitud. Aunque el clima no estuvo de nuestro lado los primeros días del Vive Latino 13, fue factor para que el ánimo y la buena vibra se hiciera presente en el escenario.

Todo parecía empezar mal; primero, la cancelación de Morrissey un día antes de su presentación; después, los reembolsos que siempre son un castigo para el consumidor y finalmente el clima. Las cosas no iban bien pero todo se iba a definir el viernes, el primer día del festival.

Esta reseña va para los grandes nombres del Vive Latino y eso no quiere decir que las pequeñas bandas no hayan dado presentaciones relevantes y llenas de talento; sin embargo, esta edición se basó en esas presentaciones que movían los sentimientos, los recuerdos y, a veces, las lágrimas de felicidad. El escenario Indio fue la catarsis de todo esto y más.

Los primeros invitados a esta gran fiesta, el viernes 15, fueron Los Amigos Invisibles, originarios de Venezuela y que sin hacerse esperar pusieron a bailar a todos con sus más grandes éxitos. Unos de antaño y otros más recientes pero todos bailaron en el escenario principal. En seguida, llegaron Los Auténticos Decadentes y la euforia se incrementó, la presencia en el escenario de esta banda tan querida por los mexicanos enloqueció a todos, quienes corearon a todo pulmón esas baladas tan añoradas.

Finalmente, los Yeah Yeah Yeahs encontraron en este espacio un lugar para recordarnos porque debían estar en un escenario principal. Los beats y los solos de guitarra prendieron al público quienes se les entregaron por completo.

Sábado 16, la fiesta continúo pero el frío no cedió. Se empezaron a escuchar los gritos mientras la “banda se dejaba venir”. El tri ya estaba en el escenario y todos empezaron a sentirse melancólicos pero con la energía al tope. Todas las edades en un solo lugar, niños, jóvenes, adultos y ciertas personas de edad avanzada. Todos reunidos para escuchar La Piedras Rodantes, Triste Canción, Nostalgia, A.D.O. y Todo me sale mal, entre otras.

Ese fue el inicio de un gran segundo día de festival el cual siguió con la aclamada presentación de Los Ángeles Azules en el escenario Unión Indio; he aquí la primera de dos excepciones que se harán con respecto a los escenarios y es que esta agrupación pudo convocar a cientos de asistentes con sus éxitos Entrega de amor, 17 años o Como te voy a olvidar. Es uno de los eventos que quedará en la memoria de todos, pues el ritmo cumbiero no defraudó y se implantó como uno de los géneros favoritos del público, gracias a la colaboración de Camilo Lara y Toy Selectah.

Toy Selectah, en la carpa sonidero, fue la culminación de tal estilo “guapachoso”. El talento que tiene para mezclar ritmos que aparentemente son antagónicos y unirlos en un beat sin igual, es una de las grandes cosas que este DJ de Monterrey nos ha regalado. Éxitos de años atrás mezclados con dubstep, tribal con hip hop e incluso banda con electrónica, fueron los invitados de honor a esta fiesta donde todos, absolutamente todos, disfrutaron y bailaron hasta que las piernas aguantaron, sin duda uno de los grandes talentos que este país tiene.

Regresando al escenario principal, Fobia comenzaba su set con grandes invitados al escenario como Pato Machete, Enjambre, La Gusana Ciega, entre otros. Sus canciones estuvieron plagadas de rock y sentimentalismo por esas buenas canciones que han estado clavadas en la memoria de los asistentes.

Para cerrar este segundo día, el tan esperado grupo Blur llegó al escenario con la energía reunida en un solo momento. El vocalista, Damon Albarn, prendió a todos los asistentes con sus más grandes éxitos tales como Girls & Boys y Coffee and TV, donde todo el escenario principal se cimbró con los saltos de los asistentes. La banda hizo un recorrido por su discografía y complació a todo el público, quiénes no dejaron de corear en ningún momento a tan esperada banda. Sin duda un concierto que muchos guardarán en su memoria.

Domingo 17: la gente se veía cansada, agobiada y exhausta, sin embargo se podían ver las ganas de pasarla bien, de escuchar a esas bandas que cierran un domingo de fiesta y de unión. El escenario principal estaba a reventar, las gradas, aún con asientos, esperaban ansiosas a ser llenadas por los asistentes. La cancha era un mar de gente donde las “chelas” tienen más actividad que en otros días.

El momento llegó, Panteón Rococó tomó el escenario y el ska se hizo presente, todos bailando y coreando los grandes éxitos de esta agrupación que cumple la mayoría de edad: 18 años, no dejando de lado su crítica hacia la situación del país pero siempre fomentado la paz entre todos.

Mejor público no pudo asistir al cierre del festival, SKA-P y su resistencia le pusieron el toque agridulce al evento, con sus letras de crítica hacia el sistema capitalista y la opinión de la situación política que vive México. Ellos fueron la antesala para lo que todos habían estado esperando: Los Fabulosos Cadillacs, quienes fueron la culminación perfecta en medio de un mar de emociones y recuerdos, asistentes eufóricos y parejas en pleno romanticismo.

Su set no dejó de ser coreado por los asistentes, quienes a todo pulmón acompañaron a Vicentico en cada canción. Desde el silencio, hasta la destrucción musical, el Vive Latino se sintió más vivo que nunca. Todos unidos en un sólo lugar. Esta edición fue más que bandas y nuevos talentos, fue el momento donde todos sintieron que eran parte de un gran festival. ¡Larga vida al Vive Latino!