
Por: Arturo Carrasco — 29 de enero, 2013
Una historia de amor con la que cualquiera se puede identificar…
Alguien dijo que la muerte era fácil, que lo difÃcil, lo realmente difÃcil de la vida era el amor. Y esto es porque el amor no termina cuando todo se acaba, como sucede con la muerte, sino que deja sus huellas, marcas y memorias que nos acompañan para bien o para mal, es decir, para ayudarnos a emerger o ahogarnos en nuestros recuerdos.
A partir del tango Confesión, una obra clásica del compositor argentino Enrique Santos Discipolo (y que para más señas en algún momento interpretó el español Enrique Bunbury) es que surge la inspiración para crear Sumergibles, una propuesta teatral que aborda los problemas del amor a partir de los encuentros y desencuentros que vive una pareja.
Sumergibles, que se estrenó el pasado 20 de enero, nos habla del amor a partir de lo que pareciera, en un primer momento, un absurdo, por que en la vida real nos preguntarÃamos: ¿cuándo veremos una historia de amor entre una joven, guapa y rica curadora de arte con un pobre y triste vendedor que además es escritor…? pero, en esta ópera prima escrita por la joven dramaturga y actriz Daniela Zavala, gracias a una historia finamente trazada, el absurdo se convierte en una serie de cuadros escénicos en los que el amor, la incertidumbre y, sobre todo, la amenaza del abandono, parecen sumergir a la pareja al punto de estar cerca de ahogarse. Ante esta situación, ambos descubren que pese a su deseo por permanecer unidos, ante ellos sólo existen dos caminos posibles: hundirse y morir o emerger y renovarse.
“Sumergibles es ante todo una confesión, de los personajes y desde luego personal, pero no de una manera autobiográfica, sino que con el propósito de generar empatÃa con el público; es una historia de amor que plantea una travesÃa por todas sus posibilidades, por lo que espero que el espectador termine de ver la obra y tenga una razón para disfrutar en primer término del teatro, y luego tener la sensación de que algo ha enriquecido su vida”, Daniela Zavala.
En Sumergibles, la Zavala nos trae un proyecto que bajo la dirección de José Alberto Gallardo busca ser Ãntimo, cercano a los espectadores, de ahà que para expresarse haga uso de los mÃnimos recursos en un escenario harto minimalista que tiene como fin el explotar al máximo el talento actoral a partir de una trama que nos da a conocer una historia que explora las transformaciones más diversas por las que pasan los sentimientos en una relación.
Además de haber escrito el guión, Daniela Zavala también actúa en la obra junto a Francisco Rubio, la pareja se acompaña por Nicolás Santella, quien a través de su talento y sus arreglos musicales se descubre como un tercer personaje, que aunque no se encuentra propiamente en la escena, expresa los sentimientos no vertidos por los protagonistas. Lo mismo sucede con una gran maleta azul que representa de manera simbólica los vÃnculos, gozos y sufrimientos de los personajes que parecen estar destinados a un fatÃdico destino.
“Se trata de un salto hacia un precipicio, como ocurre en todas las relaciones intensas que una persona puede experimentar en su vida, en el cual te sumerges, tomar una última bocanada de aire o de plano ‘sucumbir ante el oscuro mar del desencuentro’, esta última frase, la dice uno de los personajes de la obra y describe mucho del espÃritu de este texto que hemos desarrollado en el escenario en un espacio vacÃo, que dialoga constantemente con la iluminación, que es habitado por dos personajes quienes conviven con una maletaâ€, José Alberto Gallardo.
Otro ingrediente interesante en esta propuesta es la participación de la cantante Ely Guerra quien presta su voz a los pensamientos perdidos de Danny –el personaje interpretado por la Zavala–, sensación que se persibe como si fuera un personaje más, lo cual nos permite descifrar algunos elementos inconexos de su ser material.
Sumergibles, una producción de Ari Borovoy y Paola Núñez, se presenta los domingos –hasta el próximo 13 de abril– en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico, aunque por el éxito que está logrando no serÃa de extrañar que se decida ampliar la temporada para asà responder mejor a la demanda del público.
“Esta historia posee a dos personajes entrañables que transitan por una amplia variedad de esos sentimientos, asà que el público que nos acompañe en esta temporada podrá divertirse, al tiempo de reflexionar sobre el amor y la vida misma. Es como un postre, uno que si te gusta repites una y otra vez, pero que si no, de todos modos te deja una gran experiencia”, Ari Borovoy.
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