Teatro

Tomar partido, duelo histriónico entre Rafael Sánchez Navarro y Humberto Zurita

Por: Josué Romero — 20 de enero, 2013

¿Quién tiene la verdad?

Humberto Zurita y Rafael Sánchez Navarro actuán en Tomar partido, un texto de Ronald Harwood, que se presenta en el Foro Cultural Chapultepec, enero 2013 Después de la Segunda Guerra Mundial, una fría mañana de febrero de 1946, en la zona americana de Berlín, el mayor Steve Arnold investiga e intenta inculpar ante la Comisión Antinazi al famoso y legendario director de la Orquesta de Berlín, Wilhelm Furtwängler quien decidió quedarse en la Alemania Nazi.

Así empieza Tomar partido, una puesta en escena aguda, inteligente y sarcástica del dramaturgo sudafricano Ronald Harwood, quien a través de un gran texto cuestiona, y nos obliga a reflexionar, entre otras cosas, sobre ¿cuál debe ser el papel del artista ante una situación social como aquella o cualquier otra?, ¿puede existir la independencia entre el artista y la política?, ¿cuál es el compromiso del creador con su público? y, sobre todo, a enfrenarnos a las acciones redentoras llenas de bondad versus las acciones dolorosas e irreparables.

Tomar partido, un texto de Ronald Harwood con la dirección de Antonio Crestani, se presenta en el Foro Cultural Chapultepec, enero 2013 En Tomar partido no existen las concesiones. Ante la avalancha de preguntas y acciones, el también ganador del Óscar en 2002 por el guión de El Pianista, nos obliga y desafía, desde nuestra butaca, a través de un cúmulo de emociones que transitan entre la ira y la indignación, a buscar la verdad entre dos posiciones, dos actitudes y dos maneras de enfrentar la terrible realidad de aquellos años. En suma nos incita a tomar partido.

Los argumentos son presentados de manera descarnada. Por un lado, Humberto Zurita se mete en los zapatos de un vulgar, agresivo, irritante, y mal educado Steve Arnold, un persistente mayor del ejército norteamericano que de alguna manera quiere contribuir a los cimientos de una nueva sociedad alemana donde prevalezcan la verdad, la responsabilidad y la justicia.

Tomar partido, un texto de Ronald Harwood con la dirección de Antonio Crestani, se presenta en el Foro Cultural Chapultepec, enero 2013 Por el otro lado, se encuentra la seductora fascinación de un interesante personaje ante la belleza de la música, personificado magistralmente por Rafael Sánchez Navarro, quien interpreta con energía y carisma al genial compositor y director de orquesta Wilheim Furtwängler, un hombre capaz de revelar la grandeza de la música con la convicción total de que “el arte debe estar por encima de cualquier posición personal”.

“Algo que me parece maravilloso del texto original es que no toma partido ni tendencia de si el personaje fue nazi o fue aliado,culpable o inocente. Nada más te expone los dos puntos de vista y hace que como público tú decidas”, Rafael Sánchez Navarro.

Para completar el cuadro aparecen: Marina de Tavira (Emmi Straube), llevando el papel de la secretaria del mayor, hija del general que trató de asesinar a Hitler; Sergio Bonilla (teniente David Wills), un hombre sensible que respeta la calidad artística y moral de Wilheim Furtwängler.

Tomar partido, un texto de Ronald Harwood con la dirección de Antonio Crestani, se presenta en el Foro Cultural Chapultepec, enero 2013 También se suma Martín Altomaro (Helmuth Rode) como el segundo violín de la Orquesta de Berlín, un hombre que es víctima de la codicia artística; y por último, Stefanie Weiss (Tamara Sachs) una confundida sobreviviente de la guerra y esposa de un judío pianista que Furtwängler salvó de las violentas decisiones del nazismo.

Todos estos personajes llevados por la dirección de Antonio Crestani, contribuyen al veredicto y nos involucran en un juicio donde desde la butaca nos convertimos en juez y parte.

El texto es tan perfecto que no hay veredicto. De pronto nos convertimos, como espectadores, en esa parte acusadora o en víctima de una acusación, y nos sitúa en la posición de los personajes: ¿Por qué tomar partido? ¿Qué tendría que haber hecho Fürwangler? ¿Debió quedarse? ¿Tendría que haber huido? ¿Estuvó en lo correctoal haber colaborado con el nazismo? ¿Tendría que haber denunciado? ¿Por qué ayudar a otras personas?

Humberto Zurita y Rafael Sánchez Navarro actuán en Tomar partido, un texto de Ronald Harwood, que se presenta en el Foro Cultural Chapultepec, enero 2013 Se trata de un debate que confieso, como espectador y amante del teatro, que aún no me atrevo a dar una respuesta, pues parte de la discusión se situa sobre la relación entre el arte y la política; sobre el hombre y el artista-creador; y sobre la miseria y grandeza del ser humano.

Aquí en InterEscena te invitamos a asistir cualquier viernes, sábado o domingo al Foro Cultural Chapultepec (Mariano Escobedo No.665) a tomar partido y ser parte ante dos posiciones con gran sentido moral pero totalmente contrapuestas, lo que implica, y nos obliga una vez más como sociedad, a examinarnos respecto a cómo enfrentar moral y socialmente nuestra historia.

“Lo ideal sería que el público diera el veredicto y no nada más eso, sino que salgan peleados con el ‘sí lo era’ (culpable) o ‘no lo era’, que las parejas se vayan discutiendo al respecto y eso los haga regresar a ver la obra una segunda o tercera vez, le pongan más atención y descubran cosas nuevas”, Humberto Zurita.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.