
Por: Susana Fernández — 22 de octubre, 2007
Después de una exitosa presentación en el XXXV Festival Internacional Cervantino, el grupo esloveno Teatro Mladinsko envolvió al público del Teatro de la Ciudad con la belleza y delicadeza de la puesta en escena de Blanca Nieves y los siete enanos, clásico infantil en versión gótica que sin necesidad de palabras llevó a los espectadores de la ternura a la risa, para dar paso a la esperanza.
Sin la necesidad de un lenguaje especÃfico, a penas algunos sonidos guturales que emitÃan los actores, esta extraordinaria agrupación fue tejiendo un halo de magia desde el primer instante en que subió el telón. Enmarcada con la música de Johannes Brahms y enfatizando cada momento con la iluminación, la historia por todos conocida fue desarrollándose sin prisas, con un lenguaje poético que permitÃa utilizar pequeños e ingeniosos recursos para plasmar la envidia y la crueldad.
Poco a poco, sacando el máximo provecho a escasos recursos escénicos, se sintió la maldad de la reina y la inocencia de la protagonista, la sucesión de las acciones y el hilo de la historia eran enganchadas por el movimiento de los actores, dramáticos y divertidos silencios, un lenguaje desconocido y, sin lugar a dudas, los siete enanos, todos distintos e iguales, simpáticos, que sin caer en el falso cliché hicieron que surgiera la ternura y la risa.
Pese a lo que pudiera pensarse, la sencillez de la puesta y la universalidad de la propia historia, lugar común de la etapa infantil, nunca se cayó en la simplicidad u obvio, desde el principio hasta el fin se trató de un montaje cuidado, llevado con un trazo limpio y con el arte que no necesita falsas pretensiones ni adornos en demasÃa.
Bajo la dirección de Vito Taufer, Blanca Nieves y los siete enanos nos habla de un mundo dividido entre el bien y el mal, en el que la maldad nace del narcisismo y el ego insatisfecho. Es un cuento de hadas que trata acerca de mirar la imagen propia en el espejo del deseo. Una historia sobre el poder salvador del amor, donde el beso tiene la facultad de revivir la esperanza.
Fue asà que, Janja Majzelj (Blanca Nieves), Maruša Geymayer-Oblak (la malvada reina), Ivan Dognic, Sandi Pavlin, Ivan Peternelj, Robert Prebil, Pavle Ravnohrib, Ravil Sultanov y Dario Varga (los siete enanos), revivieron una historia que se mantiene viva en el imaginario de innumerables generaciones.
Fundado por Balbina Battelino Baranović en 1955, Teatro Mladinsko es la primera compañÃa de teatro profesional para niños y jóvenes en Eslovenia, su historia siempre ha estado regida por la búsqueda y la experimentación teatral.
En sus representaciones, el grupo esloveno se esfuerza por tematizar las paradojas universales de la civilización humana, a través de un programa basado en la problematización de los nuevos tiempos y espacios. Actualmente continúan con el desarrollo de un código innovador para la práctica teatral, a través de originales paradigmas visuales.
La presentación de Blanca nieves y los siete enanos, dentro del Festival Otono en el Teatro de la Ciudad nos deja con un buen sabor de boca, con la va ilusión de volver a vivir fantasÃa y magia en los espectáculos que están por venir.
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