Por: Claudia Magun — 17 de enero, 2013
“En los últimos 12 años se ha demostrado la vigencia del proyecto del Teatro La Capilla. Hay más público, mejores propuestas, más grupos profesionales que se quieren presentar aquÃ. Si nos buscan es porque el espacio está reconocido, tiene imagen e importancia en el medio teatral mexicano, como un foro independiente abierto a mostrar nuevas propuestasâ€, Boris Schoemann.
DifÃcil es creer que cualquier institución llegue a cumplir 60 años y si se trata de un organismo cultural, se puede decir que es imposible, porque hoy todo es lo imediato, ya nada prevalece… para Boris Schoemann el jactarse de que “la Capilla cumple seis décadas como un espacio dedicado al teatro†confirma que esta satisfacción le sale del alma.
Para Schoemann, aun cuando no es fundador de La Capilla, esta celebración realmente es muy suya, porque con su aguda percepción y mucho trabajo, ha concretado aquella visión que Salvador Novo siempre mantuvo en su mente y en su corazón: llevar a este espacio la dramaturgia contemporánea y al mismo tiempo impulsar a noveles autores y grupos independientes interesados en el quehacer escénico.
“El Teatro de la Capilla puede ser ahora, y mañana, muchas cosas: una contribución modesta al auge del teatro en México, un lugar elegante de reunión; un laboratorio experimental. Para mÃ: […], un sueño cumplido…†Salvador Novo.
Boris es un gentil y pragmático personaje canadiense, hoy chilango de Coyoacán, que llegó hace 12 años –por culpa de una huelga en la UNAM– a La Capilla, buscando un teatro para presentar la producción de Los Endebles con un grupo de actores del CUT. Fue asà que después de una exitosa temporada, Jesusa Rodriguez le entregó las llaves y le encomendó la suerte de este espacio. Es a partir de entonces cuando no sólo se retoma la programación regular del teatro, sino que se funda la compañÃa Los Endebles, grupo teatral que hasta hoy dirige y destaca como uno los protagonistas de la escena nacional.
“Cuando Boris me planteó esto, significó para mà encontrarme con un cómplice, con un aliado, es un hombre que admiro y sé que tiene la capacidad de levantar una programación de gran calidad; se va a aventar del trampolÃn de 10 metros a una alberca sin agua y lo hará con calidad teatral, ¿qué más quiero? Esto es un regalo en mi vidaâ€, Jesusa RodrÃguez.
Se trata de un escenario pequeño que como todo espacio independiente que subraya su actividad en el desarrollo cultural sufre de un sustento económico para sostener y desarrollar polÃticas estratégicas que los lleve a conquistar la fidelidad del público. Sin embargo, la creatividad y el trabajo tenaz de Boris, un buen equipo y los diferentes polos de producción han logrado un proyecto bastante certero en una ciudad donde el buen arte teatral sufre las de CaÃn.
“Nosotros que lo dirigimos desde el año 2000, hemos estado muy interesados en las explorar las nuevas dramaturgias. Siento que en este sentido estamos muy cercanos a Novo, porque La Capilla es un semillero, lo ha sido desde el principio. Con el tiempo esto nos ha fortalecido porque nos reconocen como un espacio de la ciudad con un perfil peculiar que impulsa a jóvenes que al principio nadie conoce. Esto es precisamente nuestro orgullo, ha hecho que la gente que viene sepa con qué se va a encontrarâ€, Boris Schoemann.
AsÃ, La Capilla permanece y con esto beneficia a todo un núcleo de la comunidad teatral que no por ser menos conocido o reconocido hacen un trabajo poco interesante, por el contrario con poco presupuesto logran establecer un diálogo pensante con un público que participa de su arte y que con el tiempo ya se acostumbró a que llega a La Capilla buscando conceptos más originales.
Una constante actividad que integra una programación estable que ofrece alrededor de nueve obras distintas por semana, de casi 40 compañÃas diferentes, invitadas o en residencia, que suman 450 funciones por año, gracias al apoyo principalmente del Programa México en Escena del CONACULTA-FONCA (desde 2004), y al apoyo de difusión de la Fundación Bancomer.
“La Capilla sirve como un empujón de inicio para los jóvenes a quienes se les da la posibilidad de experimentar, arriesgarse, equivocarse y tener aciertos afortunados. Creo que ese es el espÃritu que dejó Novo en el teatro, mismo que queremos conservar y a 60 años estamos orgullos de que asà seaâ€, Hugo Arrevillaga, co director artÃstico.
Es asà que para celebrar estos sus primeros 60 años, que como dice Boris, con una gran suerte por haber podido mantenerse a pesar de “ciertas adversidades o momentosâ€, este importante festejo de aniversario contempla presentar del 20 de enero al 3 de febrero, siete obras de la compañÃa Los Endebles: Bashir Lazhar de Evelyne de la Cheneliérer; Kiwi de Daniel Danis; Alphonse de Wadji Mouawad; Sensacional de Maricones de Luis Enrique Gutiérrez Ortiz Monasterio; Los cuervos no se peinan de Maribel Carrasco, Apocalipsis Antinavideño: Cuentos antinavideños 2012 (de varios autores); además de la lectura de La repetición de un drama romántico de Michel Marc Bouchard.
Asimismo se presentarán los espectáculos: El hijo de mi padre de Adrián Vázquez y Barbie Girls de Mario Cantú, ambas de Veracruz; De jueves a martes de Nora Cross (Nuevo León); y Un tutú muy apretado de Sherryl Clark, Ricardo Pérez, Manuel Parra y SofÃa Olmos (Jalisco).
Y para completar con bombo y platillo estos festejos, el miércoles 23 de enero se presentará el libro conmemorativo Teatro La Capilla, sesenta años, prólogo, investigación y recopilación de Alejandra Serrano; posteriormente, Jesusa RodrÃguez y Liliana Felipe recordarán sus éxitos en este espacio con una función especial de El sexto sol, un performance musical que emerge de la irreverencia de estas dos intransigentes mujeres de la escena. Para conocer los detalles de la programación que se presentará en esta celebración de los 60 años de La Capilla, se puede consultar la página oficial de este espacio fundado por Salvador Novo, en el año de 1953 y que hoy acertadamente dirige Boris Schoemann: www.teatrolacapilla.com/inicio/
“La Capilla se ha fortalecido dÃa con dÃa gracias a las compañÃas que se han programado en los últimos años. Es un semillero, lo ha sido desde el principio, esto nos ha provocado una gran satisfacción el brindar un espacio que funcione a grupos que pueden darse a conocer, asà como juntar a un público que la mayorÃa de veces sale contento. Aquà se pueden ver obras que hemos podido coproducir de jóvenes que al principio nadie conoce, eso es de mayor orgullo más allá del esfuerzo y complicaciones que significa estar al pie del cañónâ€, Boris Shoemann.
Asà que, apuntese para celebrar todos juntos el 60 aniversario del teatro La Capilla… ¡Larga vida al teatro La Capilla!
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