Por: Fritzi Mazari — 10 de enero, 2013
“La danza es un lenguaje sin palabras, pues éstas pueden mentir, pero el cuerpo no, es por ello que existen las danzas mÃsticas, porque son oraciones en movimiento. El aplauso es para mà algo inigualable que me da la razón de ser, y al mismo tiempo, el deseo de superarme, de ser todavÃa mejor. Soy perfeccionista y el aplauso y la ovación son mi termómetro y la gratificación a mi esfuerzo, por pequeño o grande que éste sea”, Gloria Mestre en entrevista para Notimex en ocasión de su cumpleaños número 77.
El año pasado por falta de tiempo omitimos varios importantes acontecimientos que sucedieron en nuestro paÃs, entre éstos InterEscena no público en su momento el fallecimiento de Gloria Mestre, acaecido el domingo 9 del pasado mes de diciembre a los 84 años de edad en su casa de la sur de la Ciudad de México.
El cine, la televisión, el cabaret y sobre todo los escenarios dancÃsticos dieron prueba de una larga y exitosa trayectoria de esta bella mujer nacida en Villahermosa, Tabasco, el 28 de julio de 1928, quien como bailarina obtuvo la llamada “perfección en lÃnea” y por esto se dice que se le conocÃa como la intérprete “de los pies alados”.
La también nombrada “diosa de la danza†fue protagonista de uno de los mejores momentos en la historia de la danza mexicana en los años cuarenta y cincuenta del siglo XX, un sueño que desde muy pequeña descubrió y lo inició en la Academia Alma Mexicana. Después se formarÃa profesionalmente en la Escuela Nacional de Danza bajo la tutela de las hermanas Nellie y Gloria Campobello, graduandose al mismo tiempo como Maestra Normalista.
En su fecunda carrera como precursora de la danza moderna mexicana, la Mestre fundó y dirigió la Escuela de Danza y el Ballet de la Asociación Nacional de Actores, del cual surgieron figuras como Alfonso Arau, Sergio Corona, Aurora Clavel, Irma Dorantes, y Sonia Amelio, entre otros. Su debut en los escenarios de la danza ocurrió en 1945 con el Ballet Masas Siembra, en el Teatro de Bellas Artes, fiel testigo de su carrera como bailarina y como docente.
También colaboró como coreógrafa con la Ópera Nacional del INBA y, posteriormente con el Original Ballet Ruso, con el cual realizó giras por algunas de las principales ciudades de la República, La Habana, Brasil y Estados Unidos, hasta 1947.
En 2008, la Primera Bailarina quien también fuera directora del Ballet Chapultepec presentó su libro autobiográfico Gloria Mestre, Senderos de gloria, en la Sala Manuel M. Ponce de éste mismo escenario, sobre el cual la artista se referÃa como su segunda casa, ya que entre las clases que tomaba e impartÃa, los ensayos y las funciones “ pasaba más tiempo en él que en mi propio hogar”. Esta edición que actualmente es difÃcil encontrar, narra sus experiencias de vida y anécdotas en los escenarios, el cine y la televisión, desde 1946.
Su proyección internacional la llevó a vivir grandes momentos en diferentes instituciones, como la CompañÃa de Katherine Dunham, con la que conoció los teatros más bellos de Europa; además, llegó a ser Prima Ballerina del Teatro de la Opera San Carlo di Napoli y en la modalidad de diva de cabaret se presentó en famosos centros nocturnos como el Olimpia de ParÃs y en el célebre teatro de revista del Moulin Rouge.
En su carrera cinematográfica participó en más de 100 pelÃculas, como en la pelÃcula inglesa de Fox Hole in Cairo, una historia sobre la Segunda Guerra Mundial dirigida por John Llewellyn Moxey que en la escena nacional se exhibió como La espÃa de Rommel; asimismo se desarrollo en el cine italiano donde filmó El prÃncipe Fausto y yo. En la pantalla chica –en la que debutó en 1950– destacó por su participación en tres programas a la semana, los cuales alcanzaron tal éxito que se trnsmitieron durante diez años. “Fui la primera que pudo integrar los dos estilos, en el escenario, el clásico y el contemporáneo y además bailar de puntas en el cine y la televisión”.
Gloria Mestre declaraba en aquella la misma entrevista con Notimex que a lo largo de siete décadas de trayectoria, su trabajo ha girado en torno a dos ejes fundamentales: la difusión y la internacionalización de la danza. “Para mÃ, lo más importante ha sido que la danza clásica se difunda, y en segundo término que las danzas del pueblo, que son nuestra raÃz, sean llevadas a los escenarios más importantes del mundo para mostrarlas como obras de arte”,
“Envejecer está en la forma de ser, en la actitud que uno toma hacia las cosas y se puede ser joven viejo o viejo joven”, Gloria Mestre.
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