Infantil

En busca del Snark, una aventura en el mar de la imaginación

Por: Josué Romero — 12 de noviembre, 2012

En busca del Snark, obra de Eleonora Luna, se presenta en el Teatro El Granero, noviembre 2012 “Yo quise rescatar la imaginación y el juego, reflejar que los niños pueden divertirse con lo que sea y para nosotros como adultos resaltar que es importante jugar de vez en cuando”, Eleonora Luna.

El otro día me dijeron que cada uno de nosotros tenemos un Snark. ¿Un Snark? Y eso ¿qué es?, ¿con qué se come? También me dijeron que es un terrible monstruo y que está escondido en mi recamara. ¿Un monstruo en mi recamara? Pregunté más confundido que espantado. Sí, me dijeron.

Lleno de intriga fui por Carlos, mi hijo de diez años y le pregunté: oye ¿tú has oído hablar del Snark? Sí papá, me contestó. El otro día, cuando iba a la escuela, escuché en la radio que hablaban del monstruo ese y, además, decían que le habían hecho una obra de teatro.

En busca del Snark, obra de Eleonora Luna, se presenta en el Teatro El Granero, noviembre 2012 Con que una obra de teatro, me dije en voz alta. Si papá, contestó Carlos con naturalidad y un poco enfadado ante mi incredulidad preguntó: ¿Me llevas a ver En busca del Snark?

Más que una pregunta fue una exigencia, después me contaría que al escuchar la entrevista en la radio le había llamado la atención el animalejo ese y sintió una gran curiosidad de conocer a un aventurero extraordinario al que llamaban el Capitán.

Ese mismo día encontramos, gracias a la maravilla de la Internet, En busca del Snarkuna obra de Eleonora Luna que realizó a partir del poema La caza del Snark de Lewis Carroll, el mismo escritor que escribió Alicia en el país de las maravillas. El asunto prometía, me dije para mis adentros, pues también descubrimos, Carlos y yo, que este proyecto fue ganador del Premio Bellas Artes de Obra de Teatro para Niños 2010.

Eleonora Luna presenta En busca del Snark en el Teatro El Granero, noviembre 2012 Así que dispuestos a descubrir lo que era un Snark, al otro día llegamos al Teatro El Granero (del Centro Cultural del Bosque, atrás del Auditorio Nacional) y al entrar hicimos nuestro un escenario que está lleno de imaginación.

Ahí, en el centro, estaba Beto, un niño como cualquier otro, cuando de pronto descubre, gracias a un Castor, que tiene un Snark, una terrible bestia marina que está fuera de control y, lo peor de todo, es que se esconde en su cuarto.

Sin proponérselo Beto (Jorge Luna) es el responsable de que este terrible animal exista; y por si esto fuera poco, también tiene problemas de comunicación con su papá (Dettmar Yañez) y con su mamá (Carolina Contreras) que sin saberlo también son parte del problema.

Eleonora Luna presenta En busca del Snark en el Teatro El Granero, noviembre 2012 En un momento de la obra, Beto escucha de su amigo entrañable, quien después de todo no parece tan temible: “Todos tenemos un Snark que nos acompaña siempre y el tuyo es una bestia insaciable”. Para acabar con la temible criatura, Beto se embarca en una singular aventura para atrapar al Snark con ayuda de un grupo de amigos muy poco convencionales: un locuaz Capitán (Rodolfo Nevarez), una valiente tripulación integrada por el Marinero No (Daniel Haddad) y el Marinero Sí (Meztli Gutiérrez), acompañados del no tan valiente Castor (una marioneta que te hará recordar a tu mejor amigo imaginario).

Es así que en En busca del Snark, todos los personajes le enseñan a Beto que tiene que aprender a ser valiente y afrontar sus emociones más oscuras para cazar al terrible monstruo que parece tener cautivos a sus padres y así, vivir la vida junto a ellos como siempre ha querido, como un niño.

“Lo maravilloso de Beto es la experiencia que desarrolla a lo largo de la obra y su interacción con los personajes de Lewis Carroll, que son extrañísimos y que no dejan de jugar, pues son esencialmente niños. Mientras intenta controlar su monstruo, Beto descubre que lo importante es divertirse, crecer y aprender, pero sin dejar de ser niño”, Eleonora Luna.

Al salir del teatro, puedo decirles que yo vi un espectáculo para toda la familia muy equilibrado entre el mundo de la ficción y la realidad. Carlos aprendió que su Snark lo acompañará toda la vida y cuando sortee sus dificultades como niño siempre lo acompañara. Al final ambos aprendimos que la comunicación es la mejor herramienta para dirimir nuestras diferencias, como padre e hijo, y ser felices como familia. Porque finalmente descubrimos que nuestro Snark es tan chiquitito que cabe en una caja de cerillos.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.