Teatro

El desaliento de la existencia

Por: Oswaldo Valdovinos — 1 de febrero, 2006

Galeón 06 de Teatro Línea de SombraToda irrealidad empieza por el camino del retiro. Uno quema sus naves para no tener a dónde regresar y buscar el consuelo de la conmiseración y el abandono, y mucho menos un reducto para guarecerse de la inclemencias que surgen con el paso de los años y de los sinsabores que van determinando la miseria y el desconsuelo. Sin embargo, paradójicamente, al abandonar todo para encerrarse en sí mismo también se renuncia a la posibilidad de las alternativas, se dejan los riesgos atrás para sumergirse en una coraza que de una manera u otra, a la larga, terminará siendo una prisión de la que, en efecto, no será posible escapar. Así, la espiral se desvanece en círculos que se cierran uno a uno hasta terminar en un punto donde no hay nada más que la soledad misma.

Alguien va a venir, dirigida por Jorge Arturo VargasBajo esta perspectiva, y como parte de la temporada Galeón 06 de Teatro Línea de Sombra, se presentan, durante cuatro meses, cuatro montajes que ocuparan este espacio escénico, siendo el primero de ellos la obra Alguien va a venir, de Jon Fosse.

La obra se sitúan en una vieja casa abandonada, sostenida sólo en sus cimientos mohosos y llena de vestigios de su última habitante que no termina por irse, donde una pareja ha elegido vivir “lejos de otras casas, lejos de cualquiera, una casa donde por fin pueden vivir, solos, juntos, solos uno con el otro”. Sin embargo, a pesar de haber dejado el mundo atrás, existe en la duda en ella de si en realidad es posible desentenderse del entorno y sólo mirar el uno al otro, duda que se va intensificando en la medida en que lo que parecía perfecto se va tornando en algo absurdo, hasta tomar tintes verdaderamente obsesivos. No obstante, la obsesión se vuelve realidad cuando el antiguo dueño se presenta en la casa “para conocer a los nuevos huéspedes” y estar a sus órdenes. Es ahí cuando los temores se hacen realidad y se materializan en una presencia de la cual la pareja parece no podrá desprenderse más.

Algien va a venir, con las actuaciones de Sergio Cataño, Marina de Tavira y Rodolfo Arias. Foto de Jesus Hernandez JellinCabe mencionar que un elemento esencial es, sin duda, el video, que además de ser el soporte básico en la propuesta escenográfica, es en sí mismo un medio capaz de potenciar los espacios virtuales y reales que se circunscriben a un mismo concepto: la interiorización de los personajes. Así, es posible ver el mar que rodea la casa en ruinas, la entrada principal, el patio, la sala, el comedor, traspasar las paredes para observar lo que pasa afuera, en el patio, e incluso llegar hasta la intimidad del viejo cuarto derruido de la última moradora de la casa.

Alguien va a venir, de Jon Fosse, está dirigida por Jorge Arturo Vargas, con las actuaciones de Sergio Cataño, Marina de Tavira y Rodolfo Arias. El diseño sonoro es de Rodrigo Espinosa y Sergio Cataño, la iluminación de Víctor Zapatero, y el diseño de escenografía y vestuario de Edyta Rzewuska. Alguien va a venir, se presenta de viernes a domingo en el teatro El Galeón del Centro Cultural del Bosque.

Qué mejor manera de abismarse que arrojarse a las profundidades de la incertidumbre y la duda…

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.