
Por: C. Magun y S. Fernández — 1 de junio, 2012
Sabina Berman regresa a la escena teatral con El narco negocia con Dios en el Foro Shakespeare.
Con una clara dedicatoria a todo aquel polÃtico que a expensas de su puesto y abuso de poder ha obtenido todo tipo de beneficios, la directora y dramaturga Sabina Berman nos presenta un texto ex profeso para los tiempos que corren.
El narco negocia con Dios es la nueva puesta escénica que bajo la dirección de Ana Francis Mor, integrante del colectivo escénico Las Reinas Chulas, viene a sumarse a ese espÃritu de descontento que hoy experimenta gran parte de la sociedad de este paÃs.
Se trata de un trabajo escrito en 1994 que refleja la posición polÃtica de su autora y que con una clara intención eligió estrenar en este momento histórico para lanzar desde el escenario una pregunta a quién está sentado en la butaca sobre su condición y responsabilidad ante lo que sucede a su alrededor.
Y es que en El narco negocia con Dios el conflicto –aparentemente sencillo– que se desata entre Ramón, un traficante sinaloense, y Alberto alias “el gordoâ€, un seudo intelectual y periodista (interpretados por Moisés Arizmendi y Juan Carlos Vives, respectivamente) es mucho más que el de dos amantes enfrentados por una mujer, es una batalla que como dice Juan Carlos Vives “habla de esta delgada lÃnea divisoria entre lo ético y lo moral, qué es lo humanamente que nos permitimos y qué es lo que nuestra moral, nuestros principios y nuestras convicciones nos impiden hacer o no hacerâ€.
En un diálogo sin juicios moralinos que le otorga un lugar a las partes involucradas en el problema del narcotráfico, donde los personajes de esta trama exponen la doble moral que existe en México. Ese doble discurso al respecto de la legalidad, la religión y la legitimidad que pretende regir el actuar de los ciudadanos.
“Sabina plantea textualmente un cuestionamiento a la corrupción desde el punto de vista del narco que se legitimiza diciendo: ¡A ver, tranquilo papacito, aquà todo el mundo pasa lista, el gobernador tal, el policÃa tal, etcétera!, en este punto cuestiona a todos los polÃticos de todas las épocas y eso se queda en el públicoâ€, Moisés Arizmendi.
Con una buena dosis de humor al estilo de Sabina Berman, El narco negocia con Dios es un ejercicio que también pone el dedo en la llaga en el aspecto de la religión como una práctica que impide el cuestionamiento del poder y va más allá al lanzar la interrogante sobre qué tanto somos responsables de lo que sucede a nuestro alrededor.
“La obra le pregunta a la sociedad: ¿qué haces para cambiar lo que sucede?, pero también hace una crÃtica a aquellos que teorizan bastante y no accionan. Cuando abres preguntas como éstas te obligas a buscar respuesta y es entonces cuando se da un cuestionamiento moral que en este caso es bien importante viniendo de quien vieneâ€, comentó Itari Marta, actriz que interpreta a Patricia, amante del narco y esposa de “el gordoâ€.
Con un estreno previsto para el próximo 15 de junio en el Foro Shakespeare, El narco negocia con Dios promete ser un ejercicio de análisis y reflexión a la mexicana, una de esas sesiones de catarsis donde te rÃes porque no te queda de otra.
“Esta es una comedia romántica, y como toda buena comedia que se aprecie de serlo tiene cierta dosis de violencia. ValdrÃa recordarle al público que las comedias presentan lo peorcito de la sociedad, el ser avaro, mezquino y violento, está en la capacidad de quién escriba dichos textos y de quién los actúe de una manera tal que no quede de otra que no permanecer indiferente ante tal asunto que está sucediendoâ€, Juan Carlos Vives.
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