
Por: Aracely Cortés — 10 de mayo, 2012
La distribuidora de cine CANANA Films, estrenó en Cinepolis el documental Pina 3D, una muestra que parte del trabajo que la coreógrafa alemana Pina Bausch (1940-2009) hiciera con su compañÃa en distintos momentos de su carrera. Una visión del cineasta Wim Wenders, a través del ensamble Tanztheater Wuppertal Pina Bausch, representando el único e inspirador arte de la gran coreógrafa fallecida en el verano del 2009.
Un film que lleva a las audiencias por un sensual, visual y asombroso viaje de descubrimiento hacia una nueva dimensión: directo al escenario. Haciendo uso de las coreografÃas: Café Müller, Le Sacre du printemps, Vollmond y Kontakthof, el cineasta alemán encontró los medios estéticos para lograr llevar la plasticidad única y el expresionismo emocional del Taztheater.
Un proyecto impecable que aun cuando en un inicio se planeó su realización con la propia bailarina, la cristalización del mismo se hizo sin ella, un año después de su lamentable muerte. En este documental Wenders hace un homenaje que trasciende el concepto de despedir a un amigo, más bien, se trata de un tributo al trabajo de expresión artÃstica que representó la propia Bausch.
Y es que el legado de esta icónica coreógrafa esta vigente no sólo para la danza europea, también se mantiene en los bailarines de todas las tendencias y en la expresión corporal que hoy se percibe en el concepto estético de los ensambles más importantes de la danza. Pero sobre todo, representa un una máxima para todo aquel que es capaz de percibir una fuerza vital que no tiene caducidad y que es la máxima aportación de Pina Bausch.
Los paseos por la ciudad Wuppertal, aquella que la vio crecer y formarse como artista, como bailarina y que años más tarde la vio volver a sus calles, ya como coreógrafa consagrada fueron el marco para desarrollar algunas piezas dancÃsticas presentadas por máximos intérpretes de la danza que estuvieron bajo su dirección y que reconocen en ella una posibilidad de manifestación sublime que los marcó como artistas, pero principalmente, como seres humanos.
Una muestra del trabajo de Pina como directora de la compañÃa Tanztheater Wuppertal, de la cual, Wenders seleccionó estas cuatro magnÃficas piezas, que son las que podemos apreciar en la pantalla.
Con música Igor Stravinsky, La consagración de la Primavera, que retomara la directora a mediados de la década de los 70 para crear una sublime versión dancÃstica, en la cual se nos permite ver cómo el movimiento en una absoluta precisión y belleza se transforma en una perfecta seducción.
La segunda pieza, Café Müller, que se estrenó en el año de 1978, donde el cuadro con sillas muestra el movimiento de los cuerpos que tan atropellados desconciertan, pero conforme se armonizan con la música se funden en una expresión sincrética a partir de una fotografÃa excelente que nos lleva por la experiencia de ver danza contemporánea en tercera dimensión.
Las dos piezas restantes dan cuenta de algo que a veces pareciera más un cliché, un anuncio publicitario, pero en este caso, sà se cumple la máxima que expresa: para el arte no hay fronteras; y asà lo vemos en la escena a través de un grupo de bailarines de diversas caracterÃsticas fÃsicas y edades que marcan una diferencia importante entre unos y otros; los vestuarios, los maquillajes y, la casi permanente desnudez de los pies de los bailarines dan un impacto visual pocas veces experimentado.
La costumbre de ver a los bailarines deslizarse sobre pulidas duelas contrasta con el contacto de los pies que bailan en medio de una zona industrial, en un piso que se antoja áspero y caliente, pero que pareciera que el movimiento lo transforma en suaves nubes de helio.
A lo largo del documental Pina 3D aparecen varios de los bailarines con los que Pina trabajó, quienes nos descubren su sentir, sus pensamientos y especialmente el trabajo que hacen en el escenario, un profundo reconocimiento que hacen a quien los enseñó, a quien los guió.
El testimonio de los bailarines, españoles, franceses, japoneses colombianos, norteamericanos que pasaron bajo su mirada, aunados a la dirección de un maestro detrás de cámaras, como lo es Wim Wenders, dan como resultado un esplendido proyecto que le está dando la vuelta al mundo, recordándonos cómo el arte nos permite ser.
Por último, cabe mencionar, que la pieza que hace honor a la Luna, es una mezcla de erotismo y pasión que refleja el trabajo de muchas personas, y el poder verlo, oÃrlo y sentirlo nos remite al sentimiento humano que sólo el arte puede dar.
Es por esto y por mucho más que Pina 3D, es un proyecto que vale la pena ver. Y es que ver y vivir el arte, en cualquiera de sus manifestaciones, nos hace ser distintos porque nos permite encontrar parte de lo que queremos decir y a veces no sabemos cómo.
En el caso de la danza contemporánea, el trabajo de Pina Bausch ha sido citado y retomado en diferentes disciplinas, desde la propia danza, hasta el teatro y el cine.
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