Orgánica, potente y multimedia, Björk cantó a los Dioses Totonacas.

Por: Oscar Martínez — 25 de marzo, 2012

Tan etérea, como un sueño largamente anhelado, apareció la diosa nórdica de la música experimental, Björk, en el escenario de Cumbre Tajín 2012 envuelta en un cielo azul eléctrico y con una copula roja encrespada que incendió a los casi 10 mil asistentes que se dieron cita desde distintas regiones del país, sólo para algún día decir “yo estuve ahí”.

Fuera de cualquier forma pretenciosa, disfrutar de un show en vivo de la cantante islandesa es, sencillamente, un espectáculo imprescindible, equiparable a aquellos conciertos de antaño, que hoy son leyenda; experiencias que se vuelven referencia en la historia de la música. Y sí, Björk hizo historia la noche del 21 de marzo de 2012.

Björk apareció sobre el escenario en punto de las 21:30 horas envuelta en una horda de gritos y aplausos. Con un imponente órgano victoriano de fondo escenográfico, dos turbinas de Tesla suspendidas en lo alto del stage y varias pantallas a su alrededor, la islandesa se hizo acompañar de un coro compuesto de veinte jóvenes mujeres quienes hicieron espectáculares coros a cada una de las canciones que interpretó.

La euforia colectiva derivó en locura con el primer tema de la noche Cosmogony que llenó de fuerza nórdica el ya famoso Parque Temático Cumbre Tajín. La voz de esta talentosa cantautora europea jugaba magistralmente con sus modulaciones que de pronto remitían a una dulce niña jugando con carroña marina, para dar el salto a una potente vikinga, rapaz, ama del mar que se proyectaba en la pantalla central.

Sutilmente, al terminar este primer hit, remató cantando en español con un Gracias, que desató la furia de los miles de espectadores que nos rendimos, sin más, ante la calidad interpretativa y rudeza con la que Björk dominó Tajín.

De pronto, la oscuridad, y de ella salieron los acordes de un inigualable Hunter, el cuál intimidó al mismo Dios Totanaca del Rayo. La multitud embravecida coreó este enorme tema, sólo para dar paso a Thunderbolt.

Con Crystaline, primer single de su más reciente producción Biophillia, la también actriz ganadora de la Palma de Oro en Cannes, dejó claro que le era más importante ver nuestros rostros, no las cámaras. Esto no la detuvo y con esta consigna dada entonó You’ve been flirting again.

Una posesión orgánica-musical ejerció sobre los presentes en la primera parte de su presentación. Canciones que fusionaban sonidos naturales, una voz que se diluía entre agua, hongos, focas muertas, pepinos marinos, rayos eléctricos de turbinas de Tesla, fueron el preámbulo para, un éxito que no es lo mismo una vez que se escucha en vivo, Isobel, con la que finalizó esta primera parte del concierto en Cumbre Tajín 2012.

Con plena conciencia de lo que había generado, cual niña divertida a causa su malvada travesura, emitió “¿Qué pasa?”, en español para sorpresa de todos que estaban poseídos por el poder de sus canciones, y sirvió de entrada a un segundo bloque totalmente volcánico como su natal Islandia “Virus” y “Joga” que desataron una euforia colectiva sólo equiparable a la danzas totonacas o al grito vikingo.

La noche cayó por completo y “Declare Independence”, marcó el fin de este encuentro extraordinario que dejó pasmados a los espectadores, y quizá también, a la misma Björk que sin decir más desapareció del stage. Quizá las fuerzas dominates del dios Tajín y de esta diosa musical no se repelaron, tan sólo se respetaron en mutua ofrenda. A veces, la trascendencia de la música nos lleva a universos tan inexplicables que los mismos dioses se intimidan. Sólo Björk sabe.