
Por: Marcela Chávez — 12 de marzo, 2012
Como buen cuento, en esta obra todo inicia con un narrador (que al parecer se trata del legendario Julio Verne) que nos presenta al héroe de la historia, el caballero británico Phileas Fogg, amante de la exactitud y la puntualidad, quien en una insólita apuesta con sus amigos del Reform Club se atreve a asegurar que él será capaz de lograr dar La vuelta al mundo en 80 dÃas y por esto, como buen amante de los números, que “sabe que lo impredecible no existeâ€, está tan seguro de ello que apuesta la mitad de su fortuna.
Por supuesto que dirás: ¡que chiste!, ahora con aviones que se dirigen a cualquier lugar en el mundo, coches súper rápidos, carreteras derechitas, puentes que atraviesan el vacÃo y demás menesteres modernos para viajar sin ningún contratiempo, semejante odisea te parecerá pan comido, cosa muy fácil de lograr, pero no en 1872, tiempo en que se sitúa la acción de esta singular travesÃa, recorrer el mundo en 80 dÃas era algo inimaginable, algo que sólo un hombre intrépido podÃa lograr.
Es asÃ, que la nueva propuesta de la CompañÃa Seña y Verbo: Teatro de Sordos que lleva por ende el tÃtulo de La vuelta al mundo en 80 dÃas nos traslada hasta la Inglaterra del siglo XIX donde el educado Phileas Fogg, con la ayuda de su simpático valet Passepartout inician un divertido viaje donde recorren desde Calcuta, Hong Kong, San Francisco y Nueva York, hasta más allá del Atlántico y el desierto para lograr su cometido.
¿Te interesa?, y te interesará más cuando descubras que hay otros personajes que le pondrán más chispa a este recorrido por el mundo, ya que los aventureros incluiyen en su viaje a Auda, una amiga de la India y en su travesÃa se encontrarán con otros viajeros menos amables que harán todo lo posible por impedir que logren su cometido.
En esta nueva producción, Alberto Lomnitz nos transporta a un simpático relato con música, expresiones de mÃmica, sonidos y una gran de actuación que conlleva una gran carga de trabajo gestual, un divertido viaje que con la imaginación te descubre otros mundos y atrapa la atención de los peques y porque no, también la de los más grandes.
La vuelta al mundo en 80 dÃas es una puesta en escena donde sólo participan cuatro actores sordos: Montserrat Marañón, Roberto de Loera, Eduardo DomÃnguez y Jofrán Méndez, quienes con mucho talento e ingenio presentan todas las peripecias que sorteán los protagonistas que suben a un tren, bajan de un barco, corren en una diligencia y hasta dan un paseo en elefante, todo ello recreado con el apoyo de una sencilla pero dinámica escenografÃa realizada por Macedonio Cervantes.
La aventura teatral ocurre junto a la máquina de contar historias creada por Verne, quien es interpretado por una actriz vocal llamada Lucila Olalde que narra, dialoga y cuenta lo que ocurre en el escenario con ayuda de movimientos y escenas con sonidos, logrando una complicidad escénica que hace de este texto una propuesta ágil y divertida que arranca sonrisas y hasta carcajadas.
“Estamos los cuatro actores sordos en la escena, podrÃa pensarse que es un poco confuso, pero no, realmente el apoyo es de la actriz vocal y el buen uso del espacio, el lenguaje corporal, el uso de las manosâ€, puntualizó Roberto de Loera, quien interpretará al simpático sirviente Passepartout.
Adaptada por Haydeé Boetto, esta versión de la CompañÃa Seña y Verbo: Teatro de Sordos contiene la esencia de la novela del inmortal de Julio Verne, que en su contenido resalta el valor de la amistad que surge entre Phileas Fogg y Passepartout y el profundo sentimiento que puede ser el amor que nace entre el protagonista y Auda, asà como la convicción por alcanzar lo que deseamos, una valiosa anécdota que hoy como hace más de un siglo sigue alimentando el corazón del ser humano.
Para todos aquellos que estén dispuestos a visitar lugares remotos sin salir de esta ciudad y divertirse con una obra ingeniosa que nos regresa a la fantasÃa, La vuelta al mundo en 80 dÃas es una obra que hay que ver, escuchar y descubrir, todos los domingos en el Centro Cultural Helénico. No se la pierdan, es teatro de sordos para todo el público.
“Escogimos esta obra porque nos pareció un reto interesante crear con pocos elementos, que son básicamente los actores con sus cuerpos, todas las imágenes de esta historia para dar la vuelta al mundoâ€, Alberto Lomnitz.
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