Navidad en el Auditorio Nacional

Por: María Teresa Adalid — 10 de diciembre, 2005

Irma Morales, 20 aÃ�±os de trayectoria con la CND

La época decembrina es el pretexto necesario para asistir a ver obras artísticas con temáticas navideñas. A partir del 15 de diciembre uno de los eventos más esperados del año, con apoyo del Instituto Nacional de Bellas Artes – este año es en colaboración con OCESA, Auditorio Nacional, CONACULTA -INBA y la Compañía Nacional de Danza- dará inicio en el Auditorio Nacional, que además en esta temporada celebra su 25 aniversario.

El Cascanueces es una obra de tradición navideña que se caracteriza por ser sumamente emotiva. Fue escrita en alemán en 1816 por Ernst Theodor Amadeus Hoffmann. Más tarde Alejandro Dumas lo adaptó al francés y no fue sino hasta 1891 que el coreógrafo Marius Petipa propuso al compositor ruso Piotr Ilich Tchaicovsky realizar un proyecto para la adaptación del cuento al Ballet Case-noi-sette (Cascanueces).

El resultado fue el estreno el 17 de diciembre de 1892, con coreografía de Ivanov en el teatro Marinsky de San Petersburgo.

foto: Gerardo PeÃ�±a El ballet se divide en dos actos. Ha sido representado en prácticamente todos los escenarios del mundo previo a los días de Navidad, logrando consagrar un lugar universal y de perpetuidad en el gusto del público.

La danza, elegante y rítmica, acompaña la narrativa de las tradiciones rusas.
La historia se rodea de un clima con copos de nieve, aproximadamente en el año 1850, en casa de la familia Stahlbaum, donde una niña de nombre Clara recibe de manos de su padrino, Herr Drosselmeyer, tres grandes regalos: uno de ellos contiene un cascanueces, que va más allá de una frívola apariencia pues sabe cantar, reír, bailar, y jugar, dicho obsequio causa la envidia y los celos de su hermanito Fritz.

El segundo acto comprende un viaje imaginario hacia El país del Azúcar. En éste, Clara es transportada a un maravilloso mundo donde desfilan múltiples personajes que interpretan danzas de diferentes orígenes, en los cuales destacan los cuadros: el chocolate de España, el café de Arabia, y el té de China, porque se conjuga el profesionalismo de los bailarines con la acertada utilización de los elementos musicales de Tchaikovsky.

El montaje es estelarizado por la Compañía Nacional de Danza, quienes entre partituras, accesorios escenográficos, la luz y el sonido nos hablan de un hermoso lenguaje corporal irreal que despliega sensaciones extraordinarias al público. Entre los primeros bailarines que conforman el elenco se encuentran Sandra Bárcenas, Irma Morales, Laura Morelos, Raúl Fernández, Jaime Vargas y Jorge Vega. En lo que respecta a los primeros solistas están Carmen Correa, Alma Rosa Cota, Jacqueline López, Aurora Vázquez, Jiandy Martínez y Rafael Santiago. Mientras que los solistas serán Iratxe Beorlegui, Martha de Ita, Giselle Gómez, Slauka Ladewig, Patricia Orozco, José Luis González, Ryoichi Iketan, Ares
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y Guillermo Ríos.

Foto: Gerardo Peña Para acompañar a esta celebración, miles de luces iluminarán la entrada del recinto que también será acompañada por cantos de villancicos.

El Cascanueces, en su temporada 2005, a partir del 15 de diciembre en el Auditorio Nacional, es el todo en un espectáculo; es la conjunción de valores, la exposición de la danza al desnudo, la música que florece, coreografía y luces, una excelente opción para dejarse tocar por un mundo de ensueños y cultura con acentos rusos, para deambular por pasajes melódicos, y acariciar los estímulos que producen la fuerza de la emotividad de los temas en Tchaicovsky.
Fotografías: Gerardo Peña

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.