Por: Roberto Sosa — 20 de noviembre, 2011
“Una propuesta que aborda un tema cabalmente enigmático, de conectar y abrirse a aquello que no se puede explicar; es no saber aquello que es tan profundo, que necesita de ser visto, pero que no puede ser explicadoâ€, Mauricio GarcÃa Lozano.
Gracia está de pie frente a la escalera, al final está la habitación, en silencio se aproxima hacia la entrada, se detiene, mira la puerta cerrada; no sabe que hay dentro, no sabe lo que va a encontrar. Gracia lo tiene todo: joven, bella y el amor de un esposo millonario, una casa enorme con 28 habitaciones -10 para las visitas-, alberca, jardines, salones, joyas, todo aquello que una mujer puede desear.
Es sólo una gran mansión donde ella puede disponer de todo, sin embargo existe una habitación donde se le tiene prohibido entrar, es La pequeña habitación al final de la escalera.
Pero ¿qué es aquello que le atrae a está habitación? ¿Por qué su marido le tiene impedido entrar? ¿Qué le oculta? Su mano desliza la cerradura, la puerta se abre, la impenetrable oscuridad no le permite ver, se queda parada en medio de la penumbra… escucha de pronto una respiración, leve, viene del fondo de la habitación, del piso; la voz de Enrique, su cónyuge, irrumpe el silencio, la llama desde el otro salón, Gracia cierra la puerta y apresurada va a su encuentro.
Gracia tiene en su madre Jocelyne, a su mejor consejera y en su hermana Ana, a su peor aliada. Jenny es la fiel sirvienta, descubre las visitas que Gracia hace a la habitación, pero su silencio es comprado con las joyas que ella le obsequia.
¿Es real lo que descubre dentro de ese cuarto abandonado? ¿Es producto de su imaginación? Desde su temprana infancia, Gracia lloraba todas las noches en silencio, Ana nunca supo el motivo, ¿ahà encontró la respuesta?
La pequeña habitación al final de la escalera, a partir del cuento Barba Azul de Charles Perrault, en una creación de Teatro del Farfullero, se presenta en el teatro El Granero, Xavier Rojas con la dirección de Mauricio GarcÃa Lozano, quien la trasforma al lenguaje teatral y lleva a la protagonista a narrar su propia historia, en la cual ella no es ella sino lo que los demás quieren que sea.
El elenco lo conforma: Karina Gidi, Verónica Langer, Aileen Hurtado, Carlos Corona y Gabriela Pérez Negrete. El escenario es el teatro El Granero, Xavier Rojas, con funciones de jueves a domingo, hasta el 11 de diciembre y una nueva temporada en el 2012.
La pequeña habitación al final de la escalera trata de la imposibilidad de explicarse; de la inconformidad, la obsesión y la alucinación. Una enorme mansión con una pequeña habitación al final de la escalera, un sitio paradójico, un espacio que guarda las emociones, los resentimientos y la necesidad de encontrar, de tener, de poseer.
A pesar de los lujos, Gracia se atreve a desafiar la voluntad de Enrique, las ostentaciones que la rodean no la satisfacen, la terquedad la domina. La habitación es como un imán que la atrae irremediablemente.
De frente al escenario la pieza se desarrolla como si tuviéramos en nuestras manos este texto escrito por Carole Fréchette, donde de pronto los personajes se salen del libro para contar el relato, en un escenario vacÃo, sin más elementos que la voz de cada intérprete.
La escena le devuelve al público, lo que su imaginación le dicta. Una obra con un texto sólido, con personajes bien plantados en el escenario. La escenografÃa de Jorge Ballina no reproduce la lujosa residencia, muestra una plataforma negra, un rectángulo donde la iluminación desde el piso traslúcido delimita los espacios, las habitaciones y los salones.
Los personajes se manifiestan sobre el escenario a través de los intérpretes: Gracia transforma a Karina en una mujer obsesiva, débil y emocionalmente afectada; Verónica se sujeta a Jocelyne, un personaje sin sentimientos, preocupada más por las apariencias, que pretende vivir su existencia vacÃa a través de Gracia; Ana se mete en Aileen, para volcar su frustración en la aparente felicidad de su hermana; a Carlos lo toma Enrique para hacer de éste un Barba Azul contemporáneo, más humano; Jenny mueve la avaricia en Gabriela, capaz de hacer lo que sea por alcanzar su propósito.
“Sinceramente no recuerdo un reto igual, no sólo por lo que implica el texto y el personaje, y al mundo que quiere traspasar y la lÃnea que quiere transgredir, sino por el montaje mismoâ€, Karina Gidi.
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Una estupenda obra. Realmente magnÃfica. Hay que aprovechar e ir al teatro! Los lunes en el Helénico.